El conseller de Sanitat de la Generalitat Valenciana, Miguel Mínguez.
8 ago. 2022 20:30H
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La Conselleria de Sanidad ha remitido este lunes a los departamentos de salud el nuevo protocolo de actuación frente a casos de posible sumisión química, que incluye las sospechas de pinchazos, en el que se establece un procedimiento coordinado de actuación con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (Ffccse).
De este modo, el departamento que dirige Miguel Mínguez complementa el Protocolo de atención integral, sanitaria y judicial a víctimas de agresiones sexuales de la Comunidad, que data de 2019, con un apartado específico de actuación ante sospecha de sumisión química dada “la notable relevancia” que ha adquirido este fenómeno en los últimos años “por el incremento de los casos y su importante repercusión social y sanitaria”.
El objetivo es establecer un procedimiento coordinado de actuación entre profesionales sanitarios y Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para la atención de posibles víctimas de sumisión química, garantizando así los derechos de la persona y facilitando una respuesta integral, que incluye también profilaxis postexposición frente al VIH y otras enfermedades por el uso de las agujas y ante patologías de transmisión sexual si además ha habido un contacto sexual.
¿Qué novedades tiene el nuevo protocolo?
El nuevo documento establece que se deberá informar a la víctima de la conveniencia de formalizar denuncia para continuar el proceso judicial, incluso “en el caso de únicamente haber recibido un pinchazo sin clínica de ningún tipo, ya que este también es un delito penal”. Si decide denunciar, se contactará desde Urgencias con las Fuerzas de Seguridad y en los casos de un diagnóstico de sospecha confirmado de sumisión química se comunicará al Juzgado de Guardia.
La sumisión química consiste en la administración de sustancias con efectos psicoactivos a una persona, sin su consentimiento y sin su conocimiento, con fines delictivos, sobre todo para atentar contra su libertad sexual. En la mayoría de los casos, las víctimas son mujeres y las más vulnerables son las más jóvenes. Se han descrito más de treinta sustancias implicadas en casos de sumisión química y el alcohol etílico y los hipnóticos son las más frecuentes.
De este modo, la Conselleria establece un procedimiento de actuación normalizado y homogéneo para la detección clínica y atención ante la sospecha de sumisión química y conseguir que la intervención médica asistencial y, si procede, la intervención de medicina forense sea “lo más precoz posible e independiente de la formulación previa de la denuncia por parte de la víctima”.
Así, en el caso de una atención ambulatoria la posible víctima de sumisión química se remitirá al Servicio de Urgencias del hospital, mientras que la atención extrahospitalaria de un posible caso se reducirá a lo estrictamente necesario para evitar tardanzas y duplicidad en la exploración y en el relato de los hechos, dado que se ha de remitir sin demora al hospital.
Ante la llegada a un hospital de una persona que declara haber sido víctima de posible caso de sumisión química, o únicamente de un “pinchazo”, el jefe de la guardia será responsable de coordinar y garantizar el cumplimiento del presente protocolo. Además, se recalca que tanto si se confirma como si se descarta la agresión sexual, la víctima será atenda en un área donde se le pueda garantizar la mayor privacidad posible.
¿Cuál es la primera prueba?
Lo primero que harán los facultativos será la recogida de muestras para tóxicos, dado que desaparecen con el tiempo, se detallarán los síntomas y se registrará el consumo voluntario de medicamentos o cualquier tipo de sustancias psicoactivas por parte de la víctima que pueden enmascarar los síntomas propios de la intoxicación delictiva.
La atención incluirá una exploración física y un parte de lesiones. Ante la sospecha de que además haya habido una agresión sexual se contactará con el Servicio de Ginecología y el médico forense de guardia, se informará a las Ffccse y se activará el protocolo para estos casos.
Sanidad recalca que se debe garantizar “la trazabilidad, autenticidad e integridad” de las primeras muestras obtenidas por el centro sanitario ya que pueden constituir una prueba.
Además, se valorará proporcionar a la víctima profilaxis frente al VIH y VHB, y en los casos de sospecha de contacto sexual se le practicará asimismo una prueba de embarazo y profilaxis antibiótica para infecciones de transmisión sexual, así como estudiar la necesidad de una profilaxis antitetánica.
Según la sintomatología que se presente, se decidirá si precisa o no ingreso hospitalario y la pertinencia de derivación a otros recursos asistenciales. En todo caso, se remitirá para su posterior control y seguimiento por Atención Primaria u hospitalaria, si necesitara profilaxis postexposición.
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