Aida Morant junto a sus dos compañeros sanitarios.
Todavía permanecen en la retina de
Aida Morant los recuerdos del barro, los muebles apilados en las calles y la desesperación en las miradas de los
habitantes de Catarroja, uno de los
municipios valencianos más golpeados por la DANA. Esta enfermera ha sido una de los cientos de voluntarios que se han volcado en ayudar a la gente y ahora, tras el puente, Morant ha vuelto al
Hospital Universitario de la Ribera para atender desde allí a la población. Eso sí, el personal del centro sigue comprometido con la situación y se encuentra doblando turnos para
cubrir los puestos de los compañeros que no pueden llegar hasta su puesto de trabajo. “Hay mucho compañerismo entre nosotros y sé que harían lo mismo por mí. Entre todos
tenemos que arrimar el hombro”, ha resaltado.
El Hospital Universitario de la Ribera, en Alzira, es el
centro de referencia de todos los pueblos afectados por la DANA. Allí Morant está actualmente trabajando
16 horas seguidas para
cubrir las necesidades de sus compañeros. “Lo estoy llevando lo mejor que puedo. Estoy viendo compañeros con sus casas hechas un asco y que aún así están viniendo. Entonces, verlos sufrir de esa manera me da la motivación que necesito para seguir. No me voy a quejar”, ha aclarado a
Redacción Médica.
Esta sanitaria fue al municipio de Catarroja junto a un grupo de personas, entre las que había
un médico y una enfermera. Ellos tres
formaron equipo y, además de
ayudar a mover el barro de los hogares,
portaban medicación para curar a los pacientes que lo necesitaran. “
Cogimos un megáfono y anunciábamos por las calles que traíamos fármacos y atención sanitaria. La gente salía por los balcones y nos decían qué necesidades tenían y
subíamos casa por casa haciendo curas e incluso algunas suturas. También aportábamos fármacos a las personas que lo necesitasen bajo criterio del facultativo que nos acompañaba”, ha relatado.
Aida Morant junto a una compañera en una de las calles más afectadas por la DANA.
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Situación actual de los municipios afectados por la DANA
La situación actual en Catarroja, como era de esperar tras la ayuda humanitaria,
ha mejorado y hay una mayor libertad de movimiento. En algunas calles han conseguido meter
maquinaria, como tractores, y han retirado coches, muebles y otras cosas “inútiles”. “Pero en las más estrechas sigue habiendo grandes cantidades de barro y no se puede acceder.
Necesitamos más manos para vaciar las calles estrechas “, ha subrayado.
Por otro lado, los ayuntamientos de todas las poblaciones afectadas están “repletos” de donaciones de comida, agua, ropa y elementos sanitarios. La cuestión es que ahora mismo
no hay un problema de desabastecimiento, según ha recalcado Morant, sino que
no hay manos suficientes que repartan todo lo que se ha donado. “Hay un punto de recogida, pero hay gente mayor que no puede salir a la calle, o que se encuentra encamada. Entonces algunos vecinos están ayudando a los más mayores”, ha resaltado.
Medicamentos para la población afectada por la DANA
De hecho, las propias
farmacéuticas han organizado
“pastilleros semanales” para que los ciudadanos con problemas de movilidad
no tengan que salir a la calle. “Ellos entregan su tarjeta sanitaria y se les da estos pastilleros para que no necesiten comprar más medicación. Eso sí, esto no se está haciendo de manera generalizada”, ha subrayado.
Aunque ahora ha vuelto al hospital y a su rutina, esta enfermera
pretende volver a Catarroja lo antes posible. En este sentido, ha reconocido que, los primeros días, no hubo muchos
voluntarios sanitarios que se desplazasen hasta allí, a
unque ahora mismo sí que los hay.
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