La
nueva Ley de Salud Pública del País Vasco contempla la
vacunación selectiva de determinados grupos de población o de profesionales vía decretos. En concreto, ampara la
obligatoriedad de vacunarse en situaciones de emergencia sanitaria o pandemia. Una medida que viene para dar respuesta a situaciones como las vividas durante la crisis del Covid-19.
Sin embargo, la obligatoriedad se limitará solo a
profesionales sanitarios o ciertos grupos poblacionales. Este último aspecto, el de elaborar normativa específica que complemente la ley en caso de necesidad,
es una de las principales novedades de la norma dada a conocer este miércoles por la consejera de Salud, Gotzone Sagardui.
También incluye el establecimiento de
restricciones en la libertad de movilidad, y en el ejercicio profesional, en el caso de producirse una nueva crisis sanitaria. Estas medidas, en caso de volver a aplicarse,
deberán tener una duración determinada, ajustada al tiempo necesario para poner fin a esa situación de riesgo.
Gracias a una norma estructurada en
96 artículos distribuidos en siete capítulos, además de tres disposiciones adicionales, tres transitorias, una derogatoria y tres finales, se “amplía el marco legal necesario para dar respuesta de forma eficaz e integral a las nuevas necesidades y demandas sanitarias de la sociedad vasca”.
No obstante, la ley es mucho más amplia y no solo contempla escenarios de pandemia. Sagardui ha asegurado que tiene como objetivo “
salvaguardar y potenciar la salud de la población como bien público de máximo interés, garantizando los derechos de las personas en materia de salud, la igualdad de oportunidades y la equidad”.
Mayor eficacia sobre determinantes de la salud
Así, la propuesta de ley ahonda en el principio de salud en todas las políticas, uno de los pilares de la acción del Gobierno Vasco, con el fin de actuar con mayor eficacia sobre los determinantes de la salud, definiendo claramente las competencias, las prestaciones y los servicios en este ámbito.
De hecho, la Consejera de Salud se ha referido a los retos de futuro o los principales determinantes de salud de los próximos años, como, por ejemplo, la resistencia antibiótica, las enfermedades emergentes relacionadas con el cambio climático (y globalización), la obesidad, sedentarismo y cambios de patrón alimenticio, especialmente en la gente joven o el cambio del patrón climático que tiene que ver con sequías, potabilidad del agua, entre otras cuestiones.
Estos determinantes de salud subrayan la idea de seguir trabajando en el concepto de “salud en todas las políticas” ya que, haciendo referencia a la Organización Mundial de la Salud, el sistema asistencial de un país aporta un 20 por ciento al capital de la salud; un 30 por ciento corresponde a hábitos de vida saludable, un 40 por ciento a otro tipo de políticas públicas. El restante 10 por ciento corresponde a otros aspectos como la carga genética.
Ello supone la configuración del Sistema de Salud Pública de País Vasco como red articulada, en coordinación con el sistema sanitario y las administraciones públicas, y que contará con dos órganos de coordinación y participación. Por un lado, el Consejo Vasco de Salud Pública, integrado por universidad, Emakunde, ONGs, consumidores, Osakidetza, medios de comunicación, Consejo de la Juventud, personas pensionistas y jubiladas, asociaciones vecinales, instituciones y resto de la sociedad civil. Y por otro, la Comisión Interinstitucional de Salud Pública, un foro de coordinación entre los departamentos del Gobierno Vasco con incidencia en salud, ayuntamientos, y diputaciones forales.