Laura Garrido Knörr.
Desde su escaño en el
Parlamento Vasco,
Laura Garrido Knörr sigue luchando para que la sanidad de su comunidad autónoma siga estando a la cabeza de
España, planteado iniciativas que mejoren la asistencia sanitaria a los ciudadanos vacos, como son sus propuestas para desarrollar un plan de
alzhéimer, mejorar la
atención oncológica pediátrica en los hospitales vascos o la
calidad de vida de las personas con diabetes. En una entrevista con
Redacción Médica, la
portavoz del PP en la
Comisión de Salud del Parlamento Vasco hace una pequeña radiografía del estado del
sistema sanitario público en su comunidad, en la que ve una “mancha negra”: el escándalo de las
OPE en Osakidetza.
¿En este contexto político nacional como se está viendo afectada la sanidad del País Vasco?
Cuando hay un escenario de inestabilidad política se notan sus consecuencias en el día a dia de los ciudadanos. Bien es cierto, que los presupuestos pueden tener mecanismos para que este día a día más inestable no se refleje en la práctica aunque sí se note en las inversiones. Hay que recordar que, cuando hablamos de presupuestos de sanidad, en el País Vasco son 3.700 millones de euros y el mayor gasto por habitante (1.700 euros, aproximadamente).
¿Entonces está en una situación similar el País Vasco y el Gobierno central?
Sí, el escenario a nivel estatal es parecido al del País Vasco porque siguen prorrogados los presupuestos de Mariano Rajoy, esos que todos criticaron. Y, en nuestra comunidad autónoma, tenemos una situación en la que con una abstención hemos facilitado que haya presupuestos los dos primeros años, pero los condicionamos a una serie de reformas en ámbitos importantes relativos a las políticas sociales, los autónomos y el ámbito de la familia; entre otros.
Pero, por una parte, no se han hecho estas reformas y el PNV se fue directamente con Bildu para pactar las bases en la ponencia del nuevo estatus vasco. Y ahí es cuando hemos dicho que no nos parece normal que cuando el PNV quiera presupuestos venga a nosotros y cuando quiera cambiar las bases del nuevo estatuto esté ya con Bildu. Por todo ello, vemos que, tal y como están las cosas, los presupuestos vascos se van a prorrogar y esto puede afectar al tema de las inversiones y no tanto al día a día del funcionamiento de la sanidad.
¿Cuáles son los retos de la sanidad vasca?
Lo prioritario en este momento es solucionar el escándalo de las OPE 2016/2018 que supusieron el cese de su cargo de la directora general de Osakidetza, el director de Recursos Humanos y el propio consejero. Es una mancha negra en la gestión de la que no teníamos precedentes.
Estamos ante un escándalo de primera magnitud que ha llegado a la vía judicial. Hay que respetar las decisiones de la Justicia, pero también asimilar que hay una mancha negra en la gestión del PNV (que siempre nos venden que hacen una gestión inmaculada) y una sombra de sospecha sobre las ofertas públicas de empleo. En estos momentos, hemos constituido una ponencia en sede parlamentaria para ver las mejoras que se pueden realizar.
Y, además de solucionar esta mancha de sospecha…
En el País Vasco también hay un problema porque somos la población más envejecida y tenemos el índice de natalidad más bajo de toda España y Europa. Eso se refleja en un gasto de recursos sanitarios que obviamente necesitamos incrementar. Estamos hablando de enfermedades crónicas y enfermos pluripatológicos. Además, es algo en lo que se incide más por la falta de profesionales. Estamos en una comunidad autónoma en la que el euskera se exige por encima de otros méritos, y eso es una traba más que hace que los buenos profesionales del País Vasco no se queden y que no vengan otros. También estamos poniendo encima de la mesa la falta de profesionales, la relación entre la Atención Primaria y la Hospitalaria, el plan de atención a la cronicidad, el papel de la Enfermería y su potencial dentro de la Atención Primaria…
Desde hace unos meses, el Gobierno Vasco ha estado trabajando con el Gobierno de España para conseguir la transferencia de la homologación de títulos a médicos y las enfermeras. ¿Considera que es la medida efectiva para paliar la falta de médicos?
Nosotros consideramos que el sistema funciona bien y que eso está más vinculado a una reivindicación nacionalista; como ocurre con las pensiones. Pero hay que recordarles que, aunque reivindican gestionar las pensiones, somos deficitarios en 4.000 millones de euros todos los años que, obviamente, se pagan gracias a la solidaridad de todos los españoles. Por lo que yo esa demanda la enmarcaría en una reivindicación nacionalista.
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