Gotzone Sagardui, consejera de Salud del País Vasco, en el plató de Redacción Médica.
Apenas dos años al frente del Departamento de Salud Vasco, y habiendo tenido que lidiar con la pandemia del Covid-19, Gotzone Sagardui (Bilbao, 1966) encara la mitad de legislatura con la mirada puesta en los próximos retos y desafíos, pero con el conocimiento adquirido de gestionar una de las situaciones más complicadas de los últimos tiempos en sanidad.
Sagardui, licenciada en Medicina por la Unversidad del País Vasco, y máster en Gestión Universitaria y otro en Prevención de Riesgos Laborales, ha analizado en una entrevista con Redacción Médica los temas más candentes de la sanidad vasca, como la adquisición de nuevas competencias para una gestión “más ágil” de las necesidades del sistema de salud público o las nuevas leyes de Salud Pública y Empleo Público. Para ello, Sagardui ha reclamado la necesidad de "adaptar las competencias para formar especialistas según las necesidades de cada sistema". También ha tenido tiempo para referirse a los principales retos que debe afrontar el Sistema Nacional de Salud (SNS) en su conjunto, como el déficit de profesionales, el papel del Ministerio de Sanidad o la relevancia de la colaboración público-privada en sanidad.
Entrevista completa a la consejera de Salud del País Vasco, Gotzone Sagardui.
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El Departamento de Salud ha presentado sus presupuestos para el año 2023 con 4.638,9 millones de euros. ¿Qué es lo que hace diferentes a a estas cuentas de las anteriores?
En primer lugar, el incremento del gasto en salud, con un aumento de casi el 6 por ciento que se produce en tiempos complejos a nivel mundial y que están marcados por la crisis y la incertidumbre. Esto se suma a los incrementos anuales que se han producido en los años anteriores. También los hacen especiales el superar la dotación de 2.000 euros por habitante en inversión en salud. Concretamente, 2.114 euros. Pero lo cierto es que País Vasco siempre ha destacado por ser la comunidad que más invierte en sanidad por cada ciudadano. Esto es una muestra del gran compromiso que tiene el Gobierno regional por el cuidado de las personas. De todo el presupuesto global, 8 de cada 10 euros se destinan a políticas sociales.
Si ahondamos un poco más en estos presupuestos, destaca la apuesta por la investigación con un incremento del 17 por ciento de los fondos destinados a esta partida. También se dirigen más de dos millones a las terapias avanzadas, las cuales representan uno de los retos de la sanidad vasca. Además,
de los 4.638,9 millones de euros de los presupuestos del Departamento de Salud, 3.608 millones van destinados a Osakidetza. Destacan dos apartados. El primero, el destinado a los profesionales sanitarios, que es el mayor bien que tenemos; y el segundo, las inversiones, con una cantidad total de 117 millones de euros para mejorar y ganar en excelencia.
La Ley de Empleo Público del País Vasco, que está a la espera de aprobarse en el Parlamento vasco, permite hacer funcionarios a profesionales sanitarios extracomunitarios. ¿Por qué es necesaria en estos momentos una norma así?
Sagardui analiza el proyecto de Ley de Empleo Público del País Vasco, que permitirá hacer estatutarios a profesionales extracomunitarios.
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Hay que entender esta norma desde el ámbito de la función pública, la globalización y la gran movilidad a la que nos enfrentamos. Esto requiere de nuevos planteamientos y reflexiones. Desde el Departamento de Salud
consideramos que todas aquellas herramientas que podamos utilizar para mejorar Osakidetza son positivas. Se tienen que contemplar y, si la ley lo permite, valorar adoptarlas o no.
En la actualidad, atravesamos un momento de escasez de profesionales, especialmente en algunas especialidades, y, por eso, entendemos que tenemos que analizar cuál es el conjunto de medidas a aplicar, porque una sola medida, como la de esta ley o cualquier otra, no solucionan nada por si solas. Todos los servicios de salud autonómicos, y también en Europa, sufrimos el mismo problema de falta de profesionales. Por eso, hay que abordar la situación con un conjunto de medidas que puedan ayudar, incluida esta.
En caso de declarado "interés general”, como lo es el déficit de profesionales sanitarios, se podrá eximir del requisito de la nacionalidad. ¿País Vasco y las comunidades autónomas pueden legislar en estas materias?
Cada administración, en el ámbito de sus competencias, adoptará las que abran los caminos para que se puedan plantear nueva soluciones. Pero hay competencias que no son autonómicas y que también tendrán que ser revisadas. Por ejemplo, hace falta hablar del proceso de homologación de profesionales sanitarios extracomunitarios, del reconocimiento de las propias titulaciones, de los sistemas de acreditación docente o de la organización de las unidades docentes.
Cada vez más voces reclaman una transferencia de competencias a las comunidades autónomas para poder homologar a profesionales sanitarios extracomunitarios o para acreditar unidades docentes, como bien ha comentado. ¿Comparte esta postura?
Hemos hablado con el Ministerio de Sanidad para trasladarles que consideramos que debemos contar con más competencias para formar especialistas, atendiendo siempre a las características de cada sistema de salud. Por ejemplo, el planteamiento que existe para acreditar unidades docentes puede no ser el adecuado para el sistema sanitario vasco. Esto es así porque no hay dos sistemas iguales, cada uno tiene sus particularidades. Las comunidades somos los que mejor conocemos cuáles son las necesidades y podemos, por lo tanto, adaptar tanto las oportunidades que tenemos para contribuir a la formación, como las necesidades que año a año. Contar con estas competencias nos dotaría de mucha mayor agilidad. Esto no quiere decir que no tengamos una visión global y no tengamos en cuenta qué soluciones se pueden adoptar en conjunto entre las distintas comunidades autónomas.
Sagardui: "Hay que revisar la Ley General de Sanidad, porque es la que está provocando la situación actual de déficit de profesionales".
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Siguiendo con los proyectos de ley, sobre la mesa también está el de la Ley de Salud Pública, que recoge la obligatoriedad de vacunarse en situaciones de “emergencia sanitaria” o “pandemia”. Juristas consultados por este diario han alertado de que estas medidas tienen un “complicado encaje constitucional”. ¿Teme que pueda suceder esto?
Nosotros
hemos elaborado una propuesta de Ley de Salud Pública con las competencias y garantías que entendemos que podemos ejercer. Contamos con los análisis de nuestros servicios jurídicos. Además, hemos aprendido qué hace falta a la sanidad autonómica durante la pandemia del Covid-19, en donde se evidenció la falta de herramientas que sufríamos las comunidades autónomas para poder adoptar decisiones, como la limitación de la movilidad, una medida que se ha demostrado efectiva.
La Ley de Salud Pública va mucho más allá y contempla herramientas transversales teniendo en cuenta la salud en todas las políticas del Gobierno vasco. Así, en casos como una pandemia, nos puede servir para llevar a cabo nuestra encomienda, que es el cuidado de la salud de nuestros ciudadanos.
Hemos visto manifestaciones en diferentes puntos de España para defender a la sanidad pública. ¿Hasta qué punto pueden las comunidades autónomas resolver los principales problemas del SNS y, concretamente, la falta de personal?
Durante la pandemia hemos aprendido de medidas que se han adoptado desde el ministerio y que después se han puesto en entredicho, dado que se entendía que las comunidades autónomas no tenían competencias para aplicarlas. Con lo cual, este es un argumento a favor más para que quienes ostentamos las competencias sanitarias, que somos las comunidades, podamos contar con herramientas, tanto sanitarias como legislativas.
Respecto a la falta de profesionales, no es solo una medida la que va a ayudar a que esta situación se pueda paliar. Hay medidas a corto, medio y largo plazo. Pero, por el momento, urgen las de corto plazo. De hecho, ya en verano, y junto con Galicia, reclamamos al Ministerio de Sanidad la creación de la especialidad de Urgencias y Emergencias, así como que las plazas MIR que habían quedado vacantes en el último proceso se pudieran cubrir con personas que sí habían superado el examen. Además, hay que tener en cuenta que seguimos basando la sanidad en una Ley General del año 1986. Hay que revisarla, porque está provocando la situación actual: salen más profesionales del sistema sanitario de los que podemos contratar.
Durante la entrevista, Sagardui ha asegurado que el euskera no es "ningún impedimento" para ejercer en Osakidetza.
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¿Cómo valora el papel del Ministerio de Sanidad en esta materia?
El Ministerio de Sanidad es consciente del problema. Lo ha documentado y ha hecho informes en donde refleja la proyección de las diferentes especialidades.
La rectora de la UPV/EHU, Eva Ferreira, espera que la nueva facultad de Medicina y Enfermería se pueda licitar y comenzar a operar en el curso 2025/2026, lo que supone un retraso en las previsiones. ¿Cuáles son las dificultades de poner en marcha una nueva Facultad?
Actualmente se está llevando a cabo el proyecto constructivo. Ya hubo un posicionamiento firme y decidido del Gobierno vasco por esta propuesta. Tanto el Ejecutivo como la universidad
tenemos claro que era necesario actualizar las prestaciones y las infraestructuras de la Facultad de Medicina actual, de la que yo fui alumna, y que se requería de otro tipo de respuesta, como la puesta en marcha de un nuevo centro.
Es una grandísima oportunidad para los estudiantes, porque se va a construir junto al Hospital de Basurto, en Bilbao. Y también lo es para nuestro hospital, por la generación de conocimiento y la cercanía. Esto genera vínculos que permiten poder ahondar en la investigación. Además es una gran oportunidad para las dos comunidades, tanto para la educativa como la asistencial, pero no nos podemos abstraer del momento en el que vivimos, en el que la crisis mundial, la guerra de Ucrania, está teniendo un efecto económico en todos los ámbitos de nuestra vida, en todos, y eso es lo que ha ocurrido con el proyecto que tenía licitado la Universidad del País Vasco.
La consejera de Salud del País Vasco considera que la colaboración con el ámbito privado "revierte en una mejora de la sanidad pública".
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Cada vez son más los países que han comenzado a implantar proyectos pilotos para instaurar la jornada de 32 horas o 4 días. ¿Osakidetza está preparada para este tipo de jornada laboral? ¿Se ha llegado a plantear?
Eso entra dentro del ámbito de trabajo y de las relaciones entre el Departamento de Salud y los agentes sociales para conciliar aquellos modelos que son necesarios para prestar una atención es 24 horas al día, siete días a la semana, todos los días del año. Eso no lo debemos de olvidar, porque nos tenemos que centrar en las personas a la que debemos atender, sobre las que hay que organizar nuestro sistema.
Hemos avanzado en medidas de conciliación familiar para favorecer la equidad entre mujeres y hombres a la hora de atender a las obligaciones del hogar y que así puedan optar a su desarrollo profesional. Y eso ha ido habilitando nuevos modelos de relación.
Este modelo de jornada 4 días es una posibilidad a trabajar que habría que ver luego si efectivamente puede responder a las necesidades que tenemos como prestador de un servicio continuado.
En la Comunidad Valenciana se estudia que el valenciano puntúe el triple que un doctorado a la hora de sumar puntos en una OPE. ¿No puede esto provocar que, en un contexto de falta de profesionales, haya sanitarios de otras regiones que descarten ir a País Vasco?
Nosotros apostamos por la consolidación de las plantillas y la estabilización de nuestros profesionales. Esto es clave. En nuestros procesos de contratación ya se contempla el euskera como conocimiento reconocido porque estamos en una sociedad bilingüe. En este sentido, no creo que una lengua pueda, en ningún momento, constituirse en una herramienta política cuando nos referimos a los procesos de empleo público. En el País Vasco,
el euskera no es ningún impedimento para poder trabajar en Osakidetza. Todo aquel profesional que ha puesto esto como excusa para trabajar o no en País Vasco no es real.
Trabajar en Osakidetza no es una cuestión lingüística. Hay sitio para todos. No obstante, tampoco tenemos que olvidar que la ciudadanía también hace ejercicio de su derecho de utilizar su lengua. En este caso, en País Vasco, son dos lenguas, y una es el euskera.
Sagardui: "Hay que plantearse si la jornada de 4 días cubre las necesidades de los profesionales sanitarios".
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El Gobierno Vasco ha aprobado este 2022 un incremento de 2.467 plazas en la plantilla estructural de Osakidetza, el mayor aumento de su plantilla en los últimos 20 años. ¿Estos aumentos de plazas irán acompañados de mejorar retributivas?
Tenemos que empezar por reconocer que País Vasco es la comunidad que más invierte en salud, y mire que he dicho invierte, no he dicho gasto. He dicho invierte porque yo creo que en salud y en políticas sociales se invierte. La mayor partida se destina a Osakidetza, precisamente al pago de los y las profesionales del servicio público de salud.
Tenemos a los profesionales con unos sueldos que están bien reconocidos, creo que además también tenemos otras herramientas que bonifican cuando esos profesionales tienen que dedicar un mayor número de horas o tienen que atender a cupos que no son los que estrictamente les corresponden. Todo eso nosotros lo tenemos contemplado. Creo realmente que tenemos un sistema retributivo en el Servicio Vasco de Salud bien fundamentado y bien dotado económicamente. Acabamos de hacer una inversión de 360 millones para el pago de la carrera profesional de nuestros profesionales en Osakidetza.
Sagardui considera que contar con más competencias agilizaría la gestión de la sanidad del País Vasco.
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Quedan dos años más de legislatura, ¿cuáles son los proyectos o medidas que le gustaría ver culminar cuando termine este mandato?
Tenemos la misma ilusión que al inicio de la legislatura. Una prioridad es la Ley de Salud Pública, que ahora está en el Parlamento, pero además tenemos la Estrategia de Salud Mental, que esperamos terminar para diciembre. A ello hay que sumarle el Plan de Salud, que es básico para poder planificar todo el sistema de salud con todos los agentes que lo conformamos. También toda la implementación y renovación de tecnología en la Atención Primaria. Todo ello acompañado de un plan de inversiones que de aquí a 2024 nos va a permitir renovar todos los equipamientos de Atención Primaria y mejorarlo. Incluso con todas las oportunidades que las nuevas tecnologías nos van facilitando.
Además, estamos actualizando la cartera de servicios de Osakidetza para mejorarla, acompañada también de un plan de inversiones en nuestros grandes hospitales, como el Hospital de Basurto, el Hospital de Cruces, y para el de Donostia. A esto hay que sumarle el proyecto de la protonterapia, proyecto que emana de la colaboración público-privada y que esperamos que para final de esta legislatura quede encaminado.
¿La colaboración público-privada es fundamental para garantizar la sostenibilidad del sistema?
Nosotros en el País Vasco tenemos una tradición de colaboración público-privada. He mencionado el equipo de protonterapia que, a través de la iniciativa que tuvo la Fundación Amancio Ortega, vamos a contar con él. Esto, además, implica un compromiso público, porque hay unas instalaciones, hay unos equipamientos complementarios, y hay una formación de los profesionales que usarán los equipos. Pero, evidentemente, que te puedan facilitar la adquisición del aparato, que cuesta 18 millones de euros, es algo bueno, sobre todo porque la intención es directa: revertir en la mejora del servicio público con un acceso universal a todos aquellos pacientes, bien del País Vasco o bien de las comunidades a las que vamos a prestar servicio en Oncología lo puedan requerir.
En investigación, en la nueva estrategia de investigación que hemos lanzado, y que es otro de nuestros proyectos de legislatura, se vincula esas iniciativas privadas con soluciones que sirven a los profesionales de nuestro servicio de salud. La colaboración público-privada lo que hacen es mejorar al servicio público y también que ese desarrollo económico que se genera en el territorio y es necesario revierta en los propios del servicios, en este caso, de salud.
Momento de la entrevista a Gotzone Sagardui.
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