Amaia Mayor, secretaria general de Satse Euskadi.
El próximo
28 de noviembre tendrán lugar las
elecciones sindicales en Osakidetza, que llevan más de una década sin convocarse. Esto ocurre en un contexto enmarcado por un nuevo Ejecutivo al frente de Euskadi y, al mismo tiempo, un nuevo consejero de Salud,
Alberto Martínez.
Una de las primeras iniciativas que se ha puesto en marcha por parte del Gobierno actual en materia sanitaria es el
Pacto Vasco por la Salud. Este proyecto reúne a los principales agentes de Osakidetza con el objetivo de abordar cuáles deben ser las
principales líneas estratégicas del Departamento.
En las anteriores elecciones, la organización sindical más votada fue Satse, con 78 delegados.
Amaia Mayor, secretaria general de dicho sindicato, ha destacado a
Redacción Médica el cambio de rumbo que ha dado la política sanitaria en País Vasco y la necesidad de acabar con la temporalidad en Osakidetza.
Entre las medidas que defenderán en la
mesa sectorial se encuentran
la reclasificación enfermera en la categoría A1 o acabar con las OPEs constantes y, como ha asegurado, seguirán siendo una organización "dialogante y luchadora".
¿Cómo valora que se celebren unas elecciones sindicales que llevan más de diez años sin convocarse?
Lo valoramos positivamente, llevábamos mucho tiempo reclamándolo. Teníamos, en este sentido, una dificultad, y es que la organización interna de Osakidetza ha cambiado. En su momento, los ámbitos de Primaria y especializada estaban separados. Luego, paulatinamente, se han ido conformando las OSIS, que son las organizaciones sanitarias integradas, donde se juntaron hospitales y se fusionó la Atención Primaria. Esto nos planteó que los órganos de representación del personal que teníamos conformados en las anteriores elecciones no se correspondían con la realidad del sistema.
En ese sentido, hemos planteado muchas veces a Osakidetza que lo suyo era adecuar la representación del personal, de manera que allá donde hubiera una dirección, hubiera una contraparte de representantes de las trabajadoras, que somos los sindicatos. Nos ha costado mucho porque Osakidetza no quería hablar de esta cuestión, siempre tenía otros temas mejores que abordar y eso ha provocado que se haya dilatado muchísimo en el tiempo.
¿Cuáles serán las principales reivindicaciones del sindicato Satse en mesa sectorial?
Esperamos estar ahí y nosotros principalmente creo que tenemos que mejorar lo que es la situación de Osakidetza. Hay que recuperar la negociación colectiva. Hemos tenido una etapa larga de más de dos años en la que la negociación ha sido inexistente, y eso, según nuestro punto de vista, ha contribuido a agrandar los problemas que ya teníamos dentro del sistema público de salud.
"Hemos vivido una etapa larga de más de dos años en los que la negociación ha sido inexistente"
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Aun así, queremos avanzar en los derechos del personal, necesitamos negociar y actualizar el acuerdo regulador, que no es como un convenio colectivo de personal, ya que es una cuestión que no existe en otros servicios de salud. El problema es que han pasado 15 años desde el 2009, año en el que se creó, y considero que es el momento de actualizarlo porque muchas cuestiones de derechos del personal, por ejemplo, en materia de conciliación, se han ido quedando atrás.
También queremos hacer una apuesta importante por dimensionar adecuadamente la plantilla de Osakidetza. Sabemos que hay una temporalidad muy alta, lo llevamos denunciando desde hace muchísimo tiempo. La propia Ley Iceta planteó que hay que posicionar la temporalidad por debajo del 8 por ciento y, aunque ahora mismo estamos a la expectativa de que se puedan ir cerrando los procesos de estabilización y de la OPE ordinaria, entendemos que hay que avanzar.
Al final, estos procesos de OPE no nos van a llevar a bajar la temporalidad por debajo del 8 por ciento. Muchos de los puestos temporales hay que hacerlos fijos porque la necesidad obliga a que ocurra y, además, ahora mismo, con la normativa de contratación que tenemos, la temporalidad está limitada como debe de ser.
La Atención Primaria es un ámbito asistencial que, debido a su organización en OSIS, ha perdido una cierta capacidad de establecer o de participar en lo que tiene que ser la organización del sistema. Esta situación está ocasionando que muchas personas en este nivel asistencial no estén satisfechas con lo que es la realidad de su trabajo y es un trabajo que no es considerado atractivo y la ciudadanía sufre las consecuencias. Nos encontramos a un personal que está muy sobrecargado, con una alta rotación.
Hay que hablar también sobre cartera de servicios, sobre accesibilidad, sobre qué profesionales tenemos en la AP y qué perfiles hay que incorporar. El objetivo es tener la AP que hace muchos años teníamos con un seguimiento del paciente crónico y una prevención y promoción de la salud y, así, conseguir que los profesionales estén contentos trabajando en este nivel asistencial y tengan la sensación de dar una atención de calidad y con tiempo y humanizada.
Una de las últimas medidas puesta encima de la mesa sectorial ha sido la ideación de un nuevo modelo de OPE “más ágil”, ¿cree que es posible?
Creemos que la agilidad en los procesos, incluidos los de OPEs, es necesaria, porque una de las cuestiones que más quema y maltrata al personal es esta sensación constante de estar metidas en procesos de ofertas públicas de empleo u otro tipo de procesos de selección. Encima, de una manera muy burocrática en la que hay que estar constantemente aportando méritos, sometiéndose a pruebas, aportando documentación, cumpliendo plazos y, además, presentándose a un proceso sin que se haya cerrado el anterior.
La agilidad del proceso es vital. Además, entendemos que hay que buscar otras fórmulas para no estar sometiendo constantemente a pruebas al personal. Tenemos muchas personas, un amplio número de ellas, que trabajan habitualmente en el sistema y que han demostrado sobradamente su capacidad para formar parte de él.
"Hay que buscar diferentes alternativas para no estar sometiendo constantemente a OPEs al personal sanitario"
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No podemos tener personas que están trabajando 20 años con nosotros y seguir pidiéndoles que constantemente se examinen para demostrar su valía cuando los tenemos trabajando todos los días. El Sindicato de Enfermería apuesta por un modelo en el que evidentemente para ajustarse a normativa una persona tenga, para sacar una plaza, que aprobar una oposición, pero entendemos que con hacerlo una vez en la vida laboral es suficiente.
Porque luego, más allá de esa prueba, debe tenerse en cuenta su experiencia profesional y su formación, es decir, todo lo que aporta habitualmente al sistema. Esto contribuiría a que las personas que trabajan en el sistema no estuvieran tan estresadas siempre con esa sensación de tener que estar preparando un examen cada cierto tiempo, interfiriendo en su vida personal y laboral. Hay que tener en cuenta que conciliar el trabajo a turnos con estudiar para un examen y, además, tener su vida familiar atendida, es una situación muy dura que se prolonga durante meses.
¿Considera que mejorarán los resultados de las anteriores elecciones en las que consiguieron 78 delegados?
Hombre, nosotras vamos a por ello. El Sindicato de Enfermería fue la fuerza más votada. Esta vez nos presentamos en todos los ámbitos de Osakidetza y aspiramos a ser la primera fuerza, no solamente en votos sino también en representación y en la mesa sectorial.
Es a lo que aspiramos, es lo que queremos y en ese sentido a nuestras compañeras y compañeros les pedimos el apoyo para que sigamos avanzando, porque hemos logrado mucho y no lo podemos perder. El Sindicato de Enfermería busca siempre en su trabajo el bienestar de todo el personal y hemos conseguido avances importantes para toda la plantilla de Osakidetza.
¿Piensa que el Pacto de Salud Vasco puede tener un impacto positivo en la situación del Sistema Vasco de Salud?
Esto va a depender muchísimo de lo que realmente el Ejecutivo vasco quiera hacer con el pacto. Nosotras queremos ser positivas y queremos siempre aportar, porque lo contrario sería resignarse y decir que no hay solución. Es verdad que la situación que tenemos ahora en el sistema sanitario público no es fácil, porque estamos pagando el precio de políticas que se han dilatado durante los últimos años y que han ido socavando a Osakidetza en muchas cuestiones como el dimensionamiento de la plantilla y la temporalidad. No se ha apostado tanto por el personal, por mejorar las infraestructuras o la Atención Primaria.
Ahora, en muchos centros de salud, existen situaciones en las que no tenemos espacios suficientes para el número de consultas de profesionales que hay en Primaria. Otro problema importante es el relevo generacional. No se ha estado haciendo un seguimiento claro de qué gente abandonaba el sistema de la plantilla y qué personas había que reponer, y eso ahora nos trae un precio que pagar.
La mesa del pacto a la salud es una buena iniciativa, ya que se está escuchando y están participando los distintos agentes dentro del sistema sanitario público. Aun así, hay que ver cómo funciona cuando pasemos a la parte difícil, que es la de las medidas. Habrá que hablar de estos presupuestos, por ejemplo, para saber a qué ser va a destinar la partida presupuestaria de Osakidetza. El manejo eficiente de los recursos públicos es fundamental, porque si no, al final, podemos estar incrementando las partidas presupuestarias hasta el infinito, pero el gasto tiene que ser eficiente y destinarse a cuestiones que aporten realmente valor a lo que es la salud de la ciudadanía.
"El manejo eficiente de los recursos sanitarios públicos es fundamental"
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No hay que apostar solamente por la enfermedad, que yo creo que es el gran problema que tenemos en el sistema sanitario en general. Hay una apuesta importante por la enfermedad de las personas y al final hay que apostar por la salud, por la promoción, por la prevención, por hacer que las personas tengan unos hábitos de vida saludables. Tenemos que apostar por profesionales dentro del sistema que aporten valor en la salud de las personas a muchos niveles.
Tenemos una sociedad envejecida y hay que poner el foco en dos aspectos: en que desde pequeños se eduque a las personas con que hay que ser adultos sanos, donde la figura de la enfermera escolar es muy importante, y en el mantenimiento de la salud durante toda la etapa de la vida. De esta forma, sería más fácil llegar a un envejecimiento saludable, y eso pasa por apostar más por la prevención y la promoción y menos por la intervención quirúrgica, el tratamiento medicamentoso o poner el foco en la enfermedad.
¿Cómo definiría el diálogo en la mesa sectorial de los últimos diez años?
Hemos tenido altibajos. Ha habido Ejecutivos que han estado por la labor de negociar y se ha posibilitado la firma de acuerdos. Satse es un sindicato dialogante y luchador, que cuando hay que estar en la calle y hay que luchar por el personal y por los derechos de la ciudadanía lo hacemos con mucha intensidad. A la par, hemos demostrado nuestra capacidad de sentarnos en las mesas para hablar.
También demostramos que no solamente nos sentamos en las mesas, sino que somos capaces de llegar a acuerdos. En 2017 ya firmamos un acuerdo por la calidad del empleo, hemos firmado acuerdos reguladores, carga profesional, el acuerdo de contratación, concurso de traslados a virtud permanente, movilidad, el acuerdo del personal de Emergencias y cerramos el conflicto de dos años de movilizaciones del centro vasco.
Somos un sindicato proactivo que cuando no compartimos una idea siempre hacemos una contrapropuesta. Trabajamos intensamente por aportar. Ahora mismo estamos sentados en la mesa de Pacto por la Salud haciendo un trabajo importante a la par de todo lo demás. Esto nos supone un desgaste, pero entendemos que forma parte de nuestro trabajo y entendemos el sindicalismo así.
Hemos tenido direcciones en las que ha habido diálogo. Aun así, el diálogo con el Ejecutivo anterior era inexistente, por eso creo que también se han endurecido mucho las movilizaciones. De hecho, nos hemos llegado a levantar de la mesa sectorial, hemos dejado de ir, hemos salido a la calle y creo que esa lucha ha posibilitado esta nueva etapa, que ahora permite poner el foco en los problemas de la salud y de la ciudadanía.
¿Estará entre sus objetivos seguir luchando en la mesa sectorial para avanzar hacia la reclasificación enfermera en el grupo A1?
Por supuesto que sí, más allá de cómo se denominan los grupos, lo que tenemos muy claro es que la Enfermería es una disciplina que está basada en la evidencia, que tiene un cuerpo científico propio, que ha sufrido muchos cambios durante su existencia, pero que es un grado universitario al mismo nivel que el resto de grados universitarios, y no comprendemos una discriminación injusta con el colectivo que provoque que se nos subclasifique cuando se tienen los mismos créditos (ECTS). Luchamos por acabar con una discriminación que es injusta y que resta a nuestras compañeras.
Por ejemplo, en la Ley de Cuerpos y Escalas a Nivel de Euskadi, las enfermeras tienen una escala superior facultativa y luego, dentro de lo que es la salud pública, están subclasificadas respecto a otros compañeros que tienen que ser reconocidos con un grado universitario, igual que ellas, y eso nos parece una cuestión a corregir porque frustra mucho al colectivo y es una discriminación injustificada.
¿Las enfermeras en País Vasco prefieren trabajar en la sanidad privada o en la pública? ¿Hay muchas diferencias?
Depende. Lo que sí que está claro es que hay otros espacios que no son el sistema sanitario público que, en un momento dado, tienen mejores condiciones de trabajo. Las personas, evidentemente, valoran muchos aspectos a la hora de decidir dónde trabajan y las condiciones de trabajo, más allá de lo que es lo retributivo, también cuentan. Por ejemplo, la carga de trabajo, la satisfacción personal, la capacidad de decisión, la autonomía, etc.
"Muchas enfermeras se sienten un número más"
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En el sistema sanitario público esto en los últimos años se ha deteriorado. Muchas de nuestras compañeras nos trasladan que la sensación que se tiene es de ser un número o ser uno más y que lo que realmente uno hace en su trabajo no importa. Tienen que hacer muchas veces un ejercicio de automotivación. Hay momentos en los que las propias profesionales son las que se tienen que dar la palmadita en la espalda.
¿Tiene ganas de que llegue el 28 de noviembre?
Sí, claro que hay ganas. Está siendo un trabajo muy intenso porque es un proceso muy grande. Nunca hemos tenido unas elecciones en toda Osakidetza a la vez y en tantos ámbitos. Es un reto, pero a Satse no le asustan los retos.
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