Redacción. Pamplona
Los pacientes con artrosis han visto en menos de tres meses como, sin ser avisados por el Servicio de Salud Navarro, se les introdujeron limitaciones a la prescripción del condroitín sulfato. Esta medida para el presidente Semergen Navarra, Luis Mendo, tiene consecuencias directas en la salud de los pacientes y, por tanto, como reclama el José Ramón Azanza, director del servicio de farmacología de la universidad de Navarra, se debe reevaluar tras los múltiples estudios que evidencian los beneficios de este tratamiento.
Mendo.
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A juicio de Mendo, cancelar la receta electrónica de este fármaco, por otra parte aprobado por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) y financiado a cargo del Sistema Nacional de Salud (SNS), ha producido en primer lugar "inequidad sanitaria" con respecto a los pacientes de otras comunidades autónomas.
A finales de 2014, el Servicio de Prestaciones Farmacéuticas del Servicio Navarro de Salud acordó modificar el sistema de prescripción para los pacientes con artrosis que tomaban los medicamentos conocidos como Sysadoa - es decir del condroitín sulfato y de la glucosamida-, la medida efectiva desde el mes de marzo cancelaba la receta electrónica de estos fármacos, que hasta entonces eran pautados por el periodo de un año.
A partir de entonces, como explica Mendo, la prescripción debería ser revisada a cada paciente y no podría abarcar más de tres meses. Esta decisión, señala, no le gusta "ni en el fondo ni en la forma"; en el fondo porque considera que éste tratamiento ha demostrado eficacia probada en diversos estudio, y en la forma porque los pacientes no fueron avisados del fin de la prescripción de estos fármacos.
Recuerda que desde Semergen se informó a la consejería de Sanidad de su desacuerdo con la medida y se realizó mediante misiva una reclamación para su reevaluación, una acción que fue apoyada también por la Alianza General de Pacientes a través de un informe que recogía los múltiples estudios sobre los beneficios de los Sysadoa.
Más allá de vulnerar el derecho de los ciudadanos a obtener sus medicamentos en condiciones de igualdad en todo el SNS, "las consecuencias para esos pacientes son varias", por un lado, recuerda, "pacientes que llevaban su enfermedad controlada se han encontrado sin su medicamento y eso genera incertidumbre", y, por otro, "el paciente sin tomar el medicamento tiene el riesgo de que se le puedan reagudizar los síntomas".
Para revertir ésta situación, Azanza aboga por dar mayor visibilidad a estos fármacos de modo que los médicos valoren su uso frente a las otras opciones. No obstante, entiende que el reconocimiento de estos fármacos "no es tanto un problema de los médicos como de las estructuras sanitarias".
Asimismo, manifiesta su confianza de que, "al final, el legislador, que es siempre razonable, cuando las pruebas caen en sus manos y comprueba que las cosas son como son", termine en el caso de Navarra revertiendo la medida y volviendo a incluir el condroitín sulfato en la receta.
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