Fernando Domínguez analiza en esta entrevista su segunda etapa al frente de la Consejería de Salud navarra

Fernando Domínguez, consejero de Salud de Navarra, analiza cómo será su segundo mandato al frente de la Consejería de Salud
Fernando Domínguez, consejero de Salud de Navarra.


28 sept. 2023 18:00H
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Fernando Domínguez es consejero de Salud de Navarra desde agosto de 2023; un cargo que este zaragozano ocupa por segunda vez en su trayectoria como gestor sanitario. Licenciado en Medicina y Cirugía, especialista en Cirugía General y Aparato Digestivo, ha desarrollado prácticamente toda su carrera en la sanidad navarra. Una organización que dirigirá de nuevo en esta etapa, designado por Geroa Bai, formación a la que pertenece y que se ha hecho con la citada Consejería en el acuerdo para el Ejecutivo de coalición que gobierna la comunidad foral.

Con unas listas de espera elevadas, la promesa programática de "recuperar para la gestión pública servicios actualmente privatizados", y el reto de gobernar bajo un tripartito con PSOE y Contigo-Zurekin, Domínguez responde a las preguntas de Redacción Médica para analizar varias líneas maestras de este segundo mandato que acaba de iniciar.

¿Cuáles son sus líneas prioritarias en esta nueva etapa en la Consejería?

La situación del sistema sanitario ha cambiado sustancialmente si la comparamos con la que había en 2015; no podemos valorar si lo que recibimos ahora es mejor o peor que entonces, los contextos son diferentes. En 2015 recibimos una sanidad marcada por los recortes económicos y en 2023 recibimos una sanidad marcada por una pandemia y sus consecuencias. Estas circunstancias determinan las que deben ser las líneas prioritarias de esta legislatura.

Abordar las listas de espera en un sistema todavía no recuperado de la pandemia es prioritario. Pondremos en marcha un plan integral con medidas a corto, medio y largo plazo buscando la máxima eficiencia en la gestión de los recursos y del personal. Pero todos debemos ser conscientes de que las cifras no son cifras: son personas que esperan un diagnóstico o un tratamiento que les puede marcar su futuro personal y familiar.

El acuerdo programático es claro también en la necesidad de sacar adelante una Ley Foral de Salud – la actual es del año 90- con la que se quiere poner a las personas en el centro del sistema sanitario y apostando por la atención integral y un modelo sociosanitario corresponsable en el cuidado de la salud.

La Atención Primaria, puerta de acceso de la ciudadanía a nuestro sistema sanitario, debe centrar gran parte de nuestros esfuerzos y será también un objetivo prioritario.

Otra de nuestras áreas prioritarias será la Salud Mental y continuaremos trabajando para reforzarla y poder avanzar en cuestiones tan importantes como la prevención del suicidio o la atención a la población infantojuvenil.

Personalmente el gran reto sería que la sanidad deje de ser un arma política porque nos jugamos mucho. Esta legislatura puede ser crucial en el futuro del sistema sanitario en Navarra y mi deseo sería alcanzar acuerdos con otras formaciones parlamentarias distintas a las que apoyan al Gobierno, porque eso significará que alcanzamos un pacto con sentido social y político sobre lo que debería ser lo primero: la salud.

Va a ocupar el cargo de consejero dentro de un Gobierno de coalición, ¿cree que afectará a su forma de gestionar la sanidad navarra?

Sinceramente no. En el reparto de tareas dentro de este Gobierno, Geroa Bai ha asumido una responsabilidad importante con el Departamento de Salud y tanto el propio partido como yo hemos demostrado que siempre abordamos las labores de Gobierno con rigor y responsabilidad; Salud no va a ser una excepción sino todo lo contrario. Por otro lado, en este Gobierno hay tres partidos representados, pero el Gobierno es uno. Confío en la colaboración entre todos los departamentos para que todos alcancemos los objetivos marcados en el Acuerdo Programático. A todos nos importa la sanidad navarra y, estoy convencido de que trabajaremos por ella, aunque sea desde distintos puntos de vista.


"No contemplamos eliminar el euskera como mérito en sanidad"



El programa de Geroa Bai contempla, como bien decía usted, el diseño de una Ley Foral de Salud para la comunidad, ¿de qué forma cree que repercutirá a los pacientes y profesionales sanitarios navarros?

La vigente Ley Foral de Salud se aprobó ya en 1990. En estos 33 años ha cumplido con creces su cometido. Pero al igual que el resto de sistemas sanitarios, el de Navarra se enfrenta a tensiones y retos, que se agravan en situaciones de crisis sanitarias, derivados en buena medida del explosivo desarrollo alcanzado por la medicina desde la segunda mitad del pasado siglo, la evolución tecnológica, la evolución de la demanda, el envejecimiento, la cronicidad, etcétera. Para hacer frente a esta situación y a los retos del futuro hacen falta nuevos entramados legislativos que permitan al sistema sanitario de Navarra adaptarse a la nueva situación sociológica, epidemiológica, tecnológica y profesional.

En este sentido la nueva Ley es deseable que cuente con un amplio consenso político, social, sindical y profesional, que permita su duración y vigencia en el tiempo, permitiendo establecer las bases de los cambios que necesita nuestro sistema público de salud. La nueva ley, aprobada bajo estas condiciones, sin duda beneficiará tanto a la ciudadanía como a los profesionales. Más allá de los principios rectores de la Ley que deben ser la eficiencia, la calidad, la sostenibilidad, un sistema centrado en el paciente, humanizado, moderno, en el que la Atención primaria sea una prioridad, deberá abordar cambios en el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea que le permitan la máxima autonomía de gestión dentro del marco jurídico del derecho público, y con ello una mayor agilidad en las gestiones administrativas y en la gestión de sus profesionales.

La reorganización territorial de las áreas sanitarias y la revisión del modelo sociosanitario, el abordaje normativo de la Atención Primaria en esta Ley, la apuesta por la participación ciudadana, entre otros aspectos, serán igualmente beneficiosos tanto para la población como para los y las profesionales.

La citada formación política también defiende en su programa ir eliminando los conciertos con la sanidad privada para dirigirse hacia una sanidad de gestión eminentemente pública, ¿es una medida que pueden empezar a activar ya mismo o necesitan reducir previamente algunos parámetros como las listas de espera?

La máxima prioridad para este Consejero y su equipo es el paciente. Los conciertos, derivaciones y colaboraciones con la sanidad privada se realizarán siempre sometidas al principio de subsidiaridad a lo público y se seguirán haciendo siempre que sean necesarias. En este momento, en que las listas de espera son más altas que nunca se pondrán en marcha todos los recursos necesarios para mitigarlas. El primer paso se hará contando con los profesionales del sistema público, mediante jornadas extraordinarias una vez que se haya comprobado que la actividad previa ha sido la adecuada, y contrataciones de otros profesionales cuando sea posible, y si todo ello no es suficiente se derivarán pacientes a la sanidad privada.

Respecto al debate y futura reforma sobre cómo debe ser el mecanismo para que el Estado financie un fármaco en el Sistema Nacional de Salud, ¿qué modelo es el ideal para usted?, ¿comparte la opinión de que nuestra sanidad es lenta incorporando la innovación?

Mi opinión es que el debate está sobredimensionado y aumentado por la industria farmacéutica. Es cierto que cuando se ve fríamente los tiempos pueden parecer elevados, pero no olvidemos que si ese fármaco aporta valor de una forma significativa muchos pacientes acceden a él por la vía de los medicamentos en situaciones especiales. Cuando un fármaco no se incluye en la cartera de financiación también será porque las condiciones propuestas por parte del fabricante no son aceptables por el Sistema Nacional de Salud. Más allá de los tiempos administrativos que podrían mejorar, se trata también de que los laboratorios planteen precios razonables y que no hagan temblar la sostenibilidad del sistema. Además, no necesariamente todo lo aprobado por la EMA se tiene que incorporar a nuestra cartera, solo aquellos productos que aporten valor y tengan un precio razonable. El sistema actual de participación de todas las CCAA me parece razonable.


"Los conciertos y derivaciones con la sanidad privada se realizarán sometidas al principio de subsidiaridad a lo público y se seguirán haciendo siempre que sean necesarias"



Con el cambio político en varias comunidades autónomas, algunas como Baleares han eliminado la necesidad de hablar lenguas cooficiales para acceder a un empleo en su sistema sanitario. En el caso navarro, ¿han valorado retirar el conocimiento del euskera como mérito para acceder a trabajar en la sanidad navarra, o ello no les cierra puertas en un contexto de déficit de ciertos profesionales?

Es algo que no hemos valorado. Personalmente creo que el euskera es un patrimonio que debe preservarse y considero que la población euskoparlante tiene derecho a que se le atienda en su propia lengua siempre que ello sea posible y haya profesionales que puedan hacerlo. Aunque no se contempla el euskera como requisito, tampoco eliminarlo como mérito en las convocatorias públicas de empleo.

El Gobierno central emprendió hace un tiempo una esperada reforma de la Atención Primaria que, agotada aquella legislatura, los médicos de este nivel asistencial afirman que no ha llegado. ¿Qué planes tienen ustedes para la mejora de la Atención Primaria?

La Atención Primaria es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos en esta legislatura, pero estamos convencidos de que con diálogo y trabajo conseguiremos mejorarla. En la legislatura 2015-2019 ya se aprobó por el Gobierno de Navarra la Estrategia de Atención Primaria que, por razones obvias, no se implementó durante la pasada, y en cuyos principios nos apoyaremos para mejorarla.  

Apostamos por una Atención Primaria que sea el auténtico eje del sistema sanitario, la base sobre la que debe sustentarse un sistema público de salud. Si la Primaria funciona bien la salud en general mejora y el gasto, el grado de satisfacción y la percepción, también lo hacen. Sin embargo, Primaria, por diferentes razones, está inmersa en una innegable crisis en todo el país y, aunque lo cierto es que nuestra situación en cuanto a número de profesionales sanitarios es la mejor, no es ajena a ella.

El sistema de Atención Primaria debería adaptarse a los cambios de la sociedad y a sus necesidades asistenciales, pero no suele hacerse porque ello implica tomar decisiones valientes que suelen acarrear consecuencias políticas, económicas y sociales.

La asistencia que precisa ahora una sociedad más envejecida y con patología crónica no tiene nada que ver con la de hace 15 ó 20 años con un sistema pensado fundamentalmente para la atención de pacientes jóvenes con procesos agudos.

Lo que ahora toca es escuchar a todos los agentes concernidos y reorganizar el sistema de forma consensuada para dar la mejor asistencia a todos los ciudadanos en el menor tiempo posible, adaptando los recursos disponibles para satisfacer estas nuevas necesidades sin saturar al personal, pero ofreciendo a la ciudadanía los servicios que requiere. Es necesario y urgente abordar la reforma de la Atención Continuada y Urgente; reevaluar la idoneidad de los PAC existentes y el SUR, revisar si se cumplen sus objetivos, el grado de satisfacción de los profesionales y cómo lo percibe la ciudadanía.

Abordaremos, también, un cambio en el modelo de gestión de los equipos: multidisciplinares con autonomía de gestión, mayor cartera de servicios y flexibilidad organizativa para cubrir las necesidades sociosanitarias de la población de la mejor manera posible. Ahondando en este ámbito, abordaremos también el modelo sociosanitario de nuestra comunidad para convertirlo en un modelo de atención integrado que permita reforzar y acercar los servicios sociosanitarios al entorno habitual de la persona, mantener su capacidad funcional y mejorar la autonomía y la calidad de vida, etcétera. Una tarea compleja que se ha hecho más necesaria que nunca tras la pandemia y que, además, permitirá sentar las bases de uno de los mayores retos a los que se enfrenta el sistema público de salud: el envejecimiento de la población y sus consecuencias.


"En Primaria, se puede reforzar al médico con dos o tres enfermeras"



Usted ha ejercido la Medicina durante años y es consejero por segunda vez en su carrera, ¿qué solución cree que se debe aplicar al problema tantas veces anunciado de la falta de médicos?

Es cierto que, en determinados ámbitos asistenciales, como es en la Atención Primaria en zonas rurales, despobladas, o determinadas especialidades en hospitales comarcales, en plazas de difícil cobertura por la razón que sea, etcétera, faltan profesionales, pero sinceramente creo que en número absoluto no lo es tanto y que se trata de falta de planificación y gestión de los y las profesionales.

Aunque no hay recetas mágicas, hay muchas medidas que podrían mejorar esta situación, algunas comunes a todos los ámbitos como Ofertas Públicas de Empleo que prioricen las convocatorias de plazas menos deseadas, mejorar el reconocimiento de los destinos de difícil cobertura, sobretodo en Primaria y Comarcales (aumentar la remuneración aplicando adecuadamente el complemento de destino; mejorar la puntuación en los baremos para optar a plazas fijas; valorarlo en los planes de carrera profesional), exigir la permanencia en el medio rural o en hospitales comarcales un mínimo de tiempo después de acceder a la plaza en propiedad, promover el trabajo en red entre todos los ámbitos asistenciales, entre otras muchas.

En Atención Primaria, podría ser útil modificar el modelo, haciendo más atractivo el ejercicio profesional, tendiendo a cupos mayores, reforzando el papel del médico con 2 ó 3 enfermeras en función del tamaño y datos demográficos y sociosanitarios de la zona; dotar a Primaria de mayores medios para incrementar su resolutividad; no ofrecer plazas en ciudades en tanto en cuanto haya plazas libres en el medio rural; y en definitiva, buscar fórmulas organizativas innovadoras que aúnen intereses de los pacientes y los profesionales (distribución horaria diaria, distribución de la jornada semanal o mensual, etc.).

En el ámbito hospitalario terciario es esencial controlar la hiperespecialización, reforzando las consultas generales.

Capítulo aparte merece el ámbito hospitalario comarcal, en el cual podrían aliviar la situación la creación de un área única funcional en Navarra, no ofrecer ni permitir ocupar plazas en hospitales terciarios, cuando haya plazas libres en hospitales comarcales, condiciones de trabajo aceptables adecuadas a la realidad territorial,  trabajo en red entre hospitales de la propia comunidad autónoma, obligatoriedad de permanecer un periodo mínimo de tiempo en el Hospital Comarcal y hacer atractiva la práctica de la Medicina Especializada en Hospitales Comarcales destacando las posibilidades de enriquecimiento profesional  a las que conduce.
Nuestros profesionales son el mayor valor que tiene el SNS-Osasunbidea. Ellos son el pilar sobre el que asienta todo el sistema, y su participación es clave a la hora de planificar y gestionar el sistema, así como en la implantación de estrategias.
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