El director de Humanización, Julio Zarco; la gerente, María Codesido, y el Consejero de Sanidad, Jesús Sánchez Martos, durante la presentación de FarmAventura.
20 ene. 2017 14:10H
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El consejero de Sanidad, Jesús Sánchez Martos, ha inaugurado este viernes la iniciativa FarmAventura, un proyecto del Hospital Gregorio Marañón pionero en España que pretende convertir la administración de tratamientos farmacológicos a niños en una aventura exclusiva a través de un juego de mecánica sencilla y atractiva, cambiando así la percepción negativa que los pequeños puedan tener sobre la medicación.
Este proyecto, que se ha iniciado con los niños de las consultas de oncohematología, se ampliará progresivamente a otras patologías, como los pacientes con cardiopatías o enfermedades infecciosas. Está previsto que atienda a unos 300 niños al año y busca conseguir mayor adherencia a los tratamientos por parte de los niños que reciben sus medicinas de forma ambulatoria en el Gregorio Marañón. A estos menores se les suele prescribir tratamientos muy largos e incluso crónicos, y a veces con unas pautas de administración muy complejas.
Con esta iniciativa, que se enmarca dentro del Plan de Humanización de la Consejería de Sanidad, se trata de proporcionar a los niños una atención personalizada que implique y motive a toda la familia en el tratamiento. En paralelo, el hospital ha reformado su consulta de Farmacia Pediátrica, que ahora cuenta con una decoración, con motivos de animales y plantas, que resultan más atractivos para los niños y que contextualizan la línea argumental del proyecto FarmAventura.
La aventura de medicarse
Los niños recibirán su ‘mochila de aventuras’, que contiene un pastillero personalizado para cada paciente, una carpeta con recomendaciones generales e individuales de cómo tomar su medicación, un póster y una guía de cómo vivir la experiencia de FarmAventura, además del Diario de Leo, un cuento de un niño imaginario que ya ha pasado por esta experiencia y que les narra a los pequeños en qué consiste la aventura.
Los niños también reciben un tubo en forma de caña de bambú para que, cada día que cumplan correctamente su toma, puedan abrir una de las cajitas que encontrarán dentro del bambú y pegar la pieza de un puzle magnético. Al finalizar cada ciclo, el niño podrá descubrir la fotografía del puzle, que en la primera fase será la imagen de un animal del Zoo de Madrid, que además les escribirá una carta personalizada felicitándoles por haber cumplido el tratamiento y les contará detalles de su vida. Cada mes, el paciente recibirá una nueva caña de bambú con las piezas de otro puzle diferente, junto con otros elementos de juego y didácticos que harán que el niño tenga una nueva motivación para regresar a la consulta a recoger su medicación y cumplir con sus tomas.
Visita al Parque de Atracciones de Madrid
Al finalizar el tratamiento, y como incentivo a su correcto cumplimento, el menor recibirá entradas de un parque temático para toda la familia. La primera aventura del proyecto será en el Zoo Acuarium de Madrid, que ha sido posible gracias al acuerdo entre el Hospital Gregorio Marañón y la Fundación Parques Reunidos.
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