El Icomem y la opinión de los médicos sobre lo que pasa en el colegio.
Enero inició convulso en el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem), después de que la Comisión de Recursos emitiera una resolución en la que
anula la proclamación de la candidatura de Tomás Merina (Icomem Para Todos),
elegido nuevo presidente de la institución en unas elecciones que se llevaron a cabo el pasado 17 de diciembre. Solo un mes después, la noticia remecía a los
colegiados madrileños, dejando como presidente en funciones a Manuel Martinez-Sellés, autor del recurso de alzada que propició este desenlace.
Hasta el momento y pese al
recurso contencioso administrativo presentado por Merina en contra de la decisión que
lo deja fuera de presidir el Icomem, la incertidumbre ronda el proceso y los plazos establecidos por el estatuto. Ya en las próximas semanas de febrero se cumplen los 45 días fijados para dar por finalizado el periodo de trancisión tras la proclamación, según el reglamento, por lo que se entra en un terreno desconocido.
La pregunta ahora es cómo interpretan estos hechos los
médicos de Madrid. Y aunque las opiniones son diversas, podrían resumirse en el "descrédito" de la institución, que pasó de afrontar elecciones con la mayor participación de colegiados en los últimos años a
quedar sin presidente electo.
Para Antonio Pujol de Castro, residente de Salud Pública en la comunidad, el colegio ha estado "secuestrado" durante varios años y ahora "
está retenido" por el todavía presidente, Martinez-Sellés, en un momento "en el que es más necesario que nunca, dadas las
negociaciones que se están haciendo sobre el Estatuto Marco y la situación de precariedad de tantos centros asistenciales" en la región. Así lo ha planteado en conversación con
Redacción Médica, en donde también ha cuestionado que, antes de comenzar con el proceso, la Junta Electoral no haya verificado correctamente los requisitos de los candidatos. "Ha sido un grave error que ha supuesto que miles de médicos madrileños
hayan perdido el tiempo teniendo que dejar de lado sus deberes para ir a votar", ha opinado.
Pujol también ha señalado que
tuvo una mejor relación con el Icomem durante la
gestión de Miguel Sánchez Chillón, por las facilidades que se les brindó a los estudiantes MIR. "Con el presidente Chillón, cuando era estudiante, nos cedía salas, incluso el anfiteatro para organizar eventos de representación o de formación organizados por y para estudiantes o por y para residentes", ha subrayando. En cambio, con la llegada de Martinez-Sellés el panorama se tornó distinto: "Martinez-Sellés
ha alejado a los jóvenes y a las organizaciones médicas juveniles del colegio".
El residente ha considerado que repetir el proceso electoral "
sería una afrenta" al tiempo invertido y "a los procesos democráticos, ya que es bastante probable que en una segunda elección
el número de votantes sea mucho menor". En ese sentido, ha propuesto como una salida a la crisis que "alguien" del equipo liderado por Tomás Merina tome las riendas y asuma el liderazgo del colegio. "Tenemos que
dejarnos de personalismos ya que el proyecto debería ser el mismo", ha enfatizado.
Situación injusta y múltiples sospechas
La incomodidad que existe frente a estos acontecimientos también la experimenta Araceli, residente en Madrid y colegiada desde 2016, quien asume el conflicto como "
una gran decepción". "A pesar de que discrepaba con la anterior Junta en muchos temas, en ningún momento me imaginé que iban a querer
anular una candidatura que fue admitida por la Junta Electoral y validada por los votos", ha puntualizado a este periódico, describiéndolo como un "atropello democrático".
La situación no solo le parece "injusta", sino que le "
hace sospechar que hay algún motivo detrás" por el que no se esté haciendo un relevo en la dirección del colegio, dañando su imagen. Tal como ha indicado, estos hechos le hacen sentir "
más alejada" del Icomem, que debería ser "una fuente de desarrollo y crecimiento profesional" y, en cambio, se muestra como una "de hastío, indignación y decepción". "Me da mucha tristeza tener compañeros de profesión con
tan poca cultura democrática, que quieren anular un resultado electoral", ha subrayado.
El distanciamiento de la institución lo comparte Mar Muñoz-Chapulí Gutiérrez, FEA Ginecología y Obstetricia en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón, quien resalta que pese a que el Icomem se debería entender como "
la casa de todos", no se siente de esa forma, ya que no han tenido respaldo en reclamos del colectivo. "Ante lo ocurrido en los últimos años en el plano laboral con todo lo de las interinidades, acudí al colegio buscando apoyos y la dirección de Martinez-Sellés no solo defraudó, sino que muchos
sentimos auténtica traición", señala a este periódico.
Así, considera que la "situación laboral del colectivo médico ya es lo suficientemente compleja" como para que quienes deben defenderlo "se encuentren en este baile de sillas", generando una "
sensación de indefensión y de injusticia". Sin embargo, mira hacia el futuro con optimismo ante el pronunciamiento de los colegiados: "Demandamos un cambio que llegará, por muchas trabas que le pongan es
ya inevitable".
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