Victoria Trasmonte, jefa de la Unidad de Medicina Estética.
La Medicina Estética busca el bienestar del paciente basándose en la protección, promoción y restauración de la salud, la belleza y la estética, con el objetivo de mantener estas cualidades de manera armonizada, sencilla y con resultados naturales. Para ello, se apoya en el trabajo experto y multidisciplinar de numerosas especialidades, como la Endocrinología, la Ginecología e, incluso, la Oncología, lo que permite ofrecer a los pacientes un servicio integral.
Basada en la firme convicción de este punto de partida, la Fundación Jiménez Díaz ha incorporado a su cartera de servicios una Unidad de Medicina Estética que pone la calidad, experiencia, trabajo en equipo y equipamiento de vanguardia a disposición de sus pacientes. El nuevo servicio está dirigido por Victoria Trasmonte Martínez, cuyo trabajo, como ella misma explica, “parte de una visión contemporánea de la belleza basada en la prevención y bajo la premisa de una concepción integral centrada en la salud”.
“Contar con esta unidad en las instalaciones de un hospital del prestigio de la Fundación Jiménez Díaz nos permite ofrecer a nuestros pacientes un equipo médico riguroso, el uso de tecnología de última generación y la eficacia y efectividad de los mejores productos y marcas del mercado; todo ello con el objetivo de promover la belleza natural, al abrigo de la seguridad que proporciona un entorno hospitalario”, explica Trasmonte.
Amplia cartera de servicios
Para lograrlo, la Unidad de Medicina Estética aborda todos los aspectos del envejecimiento cutáneo y los cambios derivados de él, como la flacidez, la pérdida de componentes óseos y grasos en el rostro y los inestetismos (manchas solares, cicatrices, arrugas…). En este sentido, su responsable concreta que “la amplia oferta de servicios de la unidad abarca desde los demandados tratamientos con ácido hialurónico, mesoterapia e inductores de colágeno a procedimientos en los que la tecnología láser, la luz pulsada o la radiofrecuencia permiten paliar los efectos del fotoenvejecimiento en la piel (flacidez, arrugas o manchas), así como problemas relacionados con el acné, las cicatrices, la rosácea y las alteraciones vasculares (varices, telangiectasias y puntos rubí)”.
Otro servicio muy demandado es la armonización facial, que consiste en el diagnóstico completo y el asesoramiento sobre los mejores tratamientos, en función de las facciones de cada persona, para corregir la pérdida de tejido y el desplazamiento de la grasa facial en el rostro derivado de paso de los años. En estos casos, apunta Trasmonte, “el abordaje, que se realiza de arriba a abajo y de fuera adentro para buscar un efecto ‘flash’, combina toxina botulínica, ácido hialurónico e inductores de colágeno; y, si se completan con mesoterapia o tecnología láser para mejorar la calidad de la piel, el resultado es óptimo”.
A la oferta de la nueva unidad, se suma, además, la incorporación de dos secciones de Medicina Estética: Corporal y Ginecoestética, prestaciones que responden a la demanda cada vez mayor de este tipo de tratamientos, que sólo deben ser llevados a cabo por profesionales específicamente formados para ello.
Asimismo, en línea con la vocación docente del hospital, la Unidad de Medicina Estética será también lugar de promoción de habilidades prácticas y aprendizaje para médicos estéticos, que contarán con la dilatada experiencia docente de Trasmonte en diferentes instituciones, como el Máster de Medicina Estética de la Universidad Complutense, del cual forma parte actualmente, la Universidad de Alcalá, la Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad a Distancia de Madrid (Udima).
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