Una sanitaria partícipe del programa.
"Mejora de la experiencia y calidad de vida del paciente, aumento de la eficacia y seguridad clínica, y mayor satisfacción profesional". Así resume Cristina Caramés, jefa asociada y coordinadora del Área de Tumores Digestivos del Servicio de Oncología Médica de la Fundación Jiménez Díaz, el proyecto “HOPE, HOspital de Día PErsonalizado”, una innovadora iniciativa asistencial impulsada y liderada por ella, junto al equipo de este servicio en el hospital madrileño, que supone un cambio de paradigma y un nuevo modelo de atención basado en valor y centrado en el paciente.
Concretamente, el proyecto se basa en la innovación tecnológica y en la implantación de una unidad de práctica integrada para mejorar los resultados clínicos y transformar el status quo del tratamiento del cáncer. O lo que es lo mismo: “crea un equipo integrado por todos los actores del proceso (Enfermería, oncólogos, profesionales de Sistemas de la Información, Laboratorio y farmacéuticos) para coordinar los actos antes y entorno al paciente oncológico que requiere tratamiento en Hospital de Día (análisis de sangre, espera de resultado, visita a la consulta de la enfermera y el oncólogo, preparación del tratamiento por parte del Servicio de Farmacia, dispensación del mismo…) y eliminar actos y esperas entre los mismos que no le aportan valor -ni a él ni a los profesionales sanitarios-, para que sean estos y el equipamiento clínico los que se muevan en torno al paciente, al sillón en el que recibe el tratamiento, y no viceversa”, explica la responsable de la iniciativa.
Todo un reto, HOPE, que la Fundación Jiménez Díaz ha resumido en un vídeo explicativo con la participación de sus promotores y de sus auténticos protagonistas, cinco pacientes oncológicos incluidos en el proyecto que demuestran el impacto positivo que ha tenido en todos ellos, y que estrenó ayer en su Aula Magna con motivo de la próxima celebración del Día del Cáncer, este sábado, 4 de febrero.
Resultados positivos de apostar, no solo por curar, sino por cómo hacerlo
Y es que, como resumía Caramés, recogiendo el sentir de los pacientes, “nos preocupa no solo que el paciente se cure o reciba el tratamiento más adecuado, sino también que el este interfiera lo mínimo en su vida cotidiana, en su trabajo y en sus relaciones personales”.
Una motivación que, a la luz de los resultados obtenidos tras más de tres años de funcionamiento, ha quedado más que cubierta. Así, desde la puesta en marcha de HOPE, los pacientes han reportado una mejora significativa en su experiencia de atención oncológica, con un aumento del NPS (Net Promotor Score, herramienta que indica la satisfacción del paciente midiendo su predisposición a recomendar un servicio tras haber sido atendido en él) del Hospital de Día del 75 al 95 por ciento entre 2018 y 2021, destacando como cambios que los pacientes aprecian más positivamente la disminución de los tiempos de espera y los desplazamientos, el acceso instantáneo a su equipo asistencial a través del Portal del Paciente -aplicación propia del hospital - y, en general, una atención más centrada en ellos.
Y lo que es más importante; “Hemos observado una mejora drástica en los resultados clínicos, con una disminución de hasta el 38 por ciento en los ingresos hospitalarios por toxicidad grave del tratamiento del cáncer”, asevera la jefa asociada del Servicio de Oncología Médica de la Fundación Jiménez Díaz.
Beneficios que se suman a la reducción del 97 por ciento del tiempo total que se tarda en recibir un tratamiento, pasando de tiempos medios de 9-13 horas a un promedio de 2 a 3 horas, gracias a la eliminación de todo el tiempo espera entre citas y los viajes innecesarios; y a la disminución en un 62 por ciento de las citas innecesarias entre ciclos, lo que ha proporcionado a los oncólogos más tiempo para centrarse en lo realmente clave: ofrecer una atención verdaderamente centrada en el paciente. En este sentido, HOPE también ha reducido la carga administrativa del oncólogo en un 98 por ciento, gracias a la definición, estandarización e integración de cada protocolo de tratamiento dentro de la historia clínica electrónica (HCE), mejorando la percepción del valor de su trabajo de médicos y enfermeras.
Claves del éxito e impacto en los pacientes
Para conseguir todo ello, y superando desafíos como la resistencia inicial de algunos profesionales implicados en el nuevo modelo de atención, la necesaria coordinación que hubo que favorecer con todos los departamentos involucrados en el proyecto, incluidos los miembros no clínicos, y la redefinición de roles y el empoderamiento de la Enfermería, HOPE incorporó cuatro aspectos fundamentales que convirtió en sus pilares: la estructuración de la recogida de datos clínicos en consonancia con la evidencia científica y los programas de calidad de mayor reconocimiento internacional y la estandarización del proceso a fin de reducir los errores derivados de la variabilidad individual; los sistemas “point of care” en el Hospital de Día para obtener los resultados del análisis de sangre en menos de 5 minutos; la automatización de la solicitud de prestaciones y las citaciones para unificar cuatro citas en una; y la integración del Portal del Paciente con la HCE, que permite al paciente comunicarse con el equipo médico o de enfermería desde dónde desee hacerlo y siempre que lo necesite.
La última novedad incorporada al proyecto fue precisamente en este último apartado: “AI-ON: Asistencia Inteligente en Oncología”, un asistente virtual para la atención de síntomas frecuentes y la resolución de dudas de estos pacientes en tiempo real basado en un modelo de inteligencia artificial que utiliza un ‘chatbot’ integrado en el Portal del Paciente y en la HCE del usuario, y que desde 2021 ha arrojado resultados muy positivos para los pacientes en términos de salud y experiencia, y para los facultativos en materia de eficacia en la gestión.
“HOPE ha demostrado que trabajando en equipo, creando un entorno de trabajo más seguro y confortable e implicándonos más en el proceso de salud de los pacientes, hemos mejorado nuestra relación con ellos y su experiencia, y hemos ayudado a darles vida y a interferir lo menos posible en el día a día para que, no solamente puedan curarse, sino también sentirse mejor durante su tratamiento”, dijo Caramés, satisfecha, en la presentación del video.
Y puede estarlo, como confirman las opiniones de los pacientes: “Nosotros nos beneficiamos de este proyecto de forma absoluta porque, gracias a él, los profesionales, además de aportarnos la curación, nos ayudan, con su humanidad y atención, a que todo sea muchísimo más fácil”, dijo Roser C., paciente de HOPE, agradeciendo profundamente la iniciativa.
Habéis conseguido que muchos podamos hacer una vida casi normal, lo que nos ha permitido recibir la fuerza de nuestra familia, de nuestro trabajo y entorno”, dijo por su parte Pablo V., también incluido en HOPE, afirmando que “aunque eso no siempre aparezca en las publicaciones científicas, es muy importante para nosotros en la lucha contra una enfermedad larga como esta”.
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