Intervención quirúrgica en el Hospital Puerta de Hierro.
26 ene. 2022 12:40H
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El Hospital público Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda ha implantado de forma pionera en la Comunidad de Madrid el primer dispositivo cardiaco insertable disponible en Europa, que puede ser programado a distancia sin necesidad de que el paciente deba desplazarse al centro sanitario en caso de necesitar algún ajuste, como ocurría hasta ahora.
En concreto, el holter subcutáneo ha sido insertado en una paciente de 86 años aquejada de síncopes de repetición de causa no explicable con el objetivo de investigar la causa subyacente de la aparición de los mismos para poder elaborar un diagnóstico y pautar un tratamiento adecuado para la mujer, que ya ha sido dada de alta y evoluciona favorablemente.
De forma simultánea y por primera vez, esta nueva herramienta ha sido implantada a enfermos de otros nueve hospitales españoles de referencia en cardiología, ha informado el Gobierno regional en un comunicado.
Entre otras, este holter subcutáneo permite la monitorización continua y a distancia de afectados por arritmias cardiacas durante un periodo de hasta cuatro años y medio, cuando habitualmente este tipo de aparatos tienen una duración media aproximada de tres años.
Este sistema está indicado fundamentalmente para la monitorización de arritmias cardiacas de alto riesgo, sobre todo en personas con sospecha de presencia de episodios de fibrilación auricular, el tipo de arritmia más común, o en aquellos que han sufrido un accidente cerebrovascular de causa desconocida y que necesitan un seguimiento a largo plazo. Asimismo, también se recomienda su uso en enfermos con síncopes recurrentes de causa no explicable, como es el caso del caso que ha tenido lugar en Puerta de Hierro.
¿Cuáles son los beneficios de este dispositivo?
Tanto el tiempo de vida del dispositivo como su capacidad de reprogramación a distancia son aspectos especialmente importantes en un contexto como el actual de pandemia por Covid-19, ya que permiten que el usuario pueda reducir su número de visitas al hospital. Además, las personas susceptibles de beneficiarse de este dispositivo son especialmente vulnerables al SARS-CoV-2 al tener una patología cardiaca de base, de forma que esta ventaja es fundamental para ellos.
La intervención consiste en la inserción subcutánea del dispositivo a partir de una incisión de menos de un centímetro en la región pectoral izquierda. Una vez introducido, el dispositivo se conecta de forma inalámbrica tanto a un monitor remoto colocado en el domicilio del paciente como a su propio teléfono móvil, de forma que el registro y envío de datos cardiacos se pueda realizar tanto si éste se encuentra en casa, como si se ausenta de su domicilio.
La cirugía de implantación del dispositivo, que dura entre 5 y 10 minutos, es mínimamente invasiva y, en ella, participa un equipo de profesionales especialistas en cardiología y enfermería. Además, aunque esta primera intervención se ha realizado en una sala de electrofisiología, las características del dispositivo permiten que su inserción no tenga que realizarse obligatoriamente en una de estas salas o en el quirófano, lo que facilita todavía más su uso. Una vez finalizada la operación, el paciente puede irse a casa.
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