La investigación ha sido publicado en la revista científica Microbiome, la más importante en microbiota

La investigadora María Linares.
María Linares, investigadora de la Universidad Complutense de Madrid y del Grupo de Hematología del Instituto de Investigación i+12.


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Una investigación del Servicio de Hematología del Hospital 12 de Octubre de la Comunidad de Madrid y de la Universidad Complutense de Madrid concluye que la urolitina A, compuesto que se forma en el intestino a partir de la degradación de unos componentes llamados elagitaninos que se encuentran en nueces y frutos rojos, podría proteger a los pacientes con mieloma múltiple.

Se trataría de un potencial agente terapéutico capaz de detener la progresión del mieloma múltiple a fases malignas o útil para superar la resistencia a algunos fármacos cuando se usan de forma combinada con estos, en los casos en los que la enfermedad está establecida. Los resultados del estudio, realizado en líneas celulares y modelo animal, deberán ser ratificados en un ensayo clínico en humanos.

María Linares, investigadora de la Universidad Complutense de Madrid y del Grupo de Hematología del Instituto de Investigación i+12 del Hospital 12 de Octubre e investigadora principal de este trabajo, explica que los alimentos no contienen directamente urolitina A. "Esta se produce a partir de unas bacterias muy específicas y, por tanto, la capacidad de producir este compuesto a partir de los alimentos puede variar de una persona a otra, dependiendo de la composición única de su microbiota intestinal. Esas bacterias metabolizan los elagitaninos que están en las nueces y frutos rojos y, al descomponerse en el intestino, lo transforman en urolitina A". Los elagitaninos también se encuentran en frutas como la granada y, en ocasiones, en el café y el té.

Una vez formada, la urolitina A se absorbe por el torrente sanguíneo por donde circula y ejerce sus efectos en el organismo. Según Linares, este compuesto podría tener dos aplicaciones, bien para prevenir la malignización en pacientes en estadios no tratables, administrado como suplemento alimenticio, o bien en pacientes con mieloma ya establecido, administrado como soporte junto al fármaco que esté recibiendo el paciente, para potenciar su efecto o superar la resistencia a este, en los casos en que se produce.

Los casos de la investigación


El trabajo ha analizado también las urolitinas y su microbiota asociada en una cohorte retrospectiva de 45 pacientes con mieloma múltiple activo o enfermedad previa a los estadios malignos. Los casos con niveles detectables de urolitina en suero y heces, y una mayor abundancia de microbiota relacionada con la urolitina, tuvieron un mejor pronóstico.

El análisis de los efectos del tratamiento con urolitina A ex vivo, in vitro e in vivo reveló que es efectiva contra las células tumorales de mieloma múltiple y modula el ciclo celular y la actividad mitocondrial. La urolitina inhibe la proliferación de células primarias de mieloma múltiple in vitro y en un modelo animal de ratón, lo que mejora la supervivencia global. Finalmente, la terapia combinada con urolitina y el fármaco bortezomib tiene un efecto potenciador en modelo in vitro.

El mieloma y la microbiota 


El mieloma múltiple es un tipo común de cáncer de sangre caracterizado por la proliferación anormal de células plasmáticas en la médula ósea y pertenece a una clase de trastornos conocidos como gammapatías monoclonales. Es una enfermedad progresiva que es precedida por una etapa asintomática y también a menudo por una etapa intermedia. Aproximadamente entre el 10 y el 15 por ciento de los pacientes con esta patología progresarán a mieloma múltiple dentro de los primeros cinco años desde el diagnóstico.

Para Linares "a pesar de los recientes avances, esta enfermedad sigue siendo incurable. Lograr una respuesta completa a la terapia mejora la supervivencia a largo plazo, pero la progresión de la enfermedad y la recaída están marcadas por la resistencia al tratamiento. Si confirmamos los resultados de este trabajo, la urolitina A podría ser un posible tratamiento junto a las terapias disponibles".

En cuanto a la microbiota, explica que, cada vez más, las investigaciones se ocupan de comprender su papel en la progresión del mieloma. La microbiota puede tener un efecto beneficioso, en su opinión, ya que "actúa como un reservorio de una gran cantidad de metabolitos derivados de los alimentos y de nuestro metabolismo que influyen en el sistema inmunitario, como hemos visto en este trabajo con la urolitina A o en investigaciones anteriores, con los ácidos grasos de cadena corta".
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