Teresa Romero.
El juzgado de instrucción número 21 de Madrid ha determinado que los protocolos que aplicó la
Consejería de Sanidad madrileña en los
casos de contagio por ébola que se registraron en 2014
fueron correctos. La magistrada
Teresa Abad, titular de ese juzgado, desestima de ese modo la denuncia que había interpuesto
Teresa Romero, la primera persona que se infectó por el virus fuera de África.
Según el auto,
al que ha tenido acceso el diario El Mundo, la jueza ha decidido el archivo de la denuncia tras dos años y medio, al no encontrar pruebas de que se haya producido
ningún fallo
en los protocolos puestos en marcha por el Gobierno regional y no poder determinar si Teresa Romero contrajo el virus por un
fallo de seguridad
en lugar de por una
negligencia propia.
La jueza, según publica el rotativo, considera, apoyándose en el informe de la
Inspección de Trabajo, que el material con que contaban los profesionales (es decir, trajes aislantes y mascarillas)
era suficiente para prevenir el ébola. Romero, que trabajaba como auxiliar de Enfermería en el
Hospital Universitario La Paz-Carlos III en el momento de contagiarse, había recibido información sobre la prevención del contagio, según la documentación aportada al juzgado por la misma inspección de trabajo.
La titular del juzgado afirma que no se puede conocer a día de hoy la auténtica razón por la que Romero contrajo el virus. La última prueba solicitada por la auxiliar había sido un
informe médico-forense sobre su salud tras sobrevivir al virus, pero esta prueba ha sido denegada por la jueza, al entender que no iba a aportar nada nuevo a la causa.
CSIF recurrirá
Tras conocerse la decisión judicial, el sindicato
CSIF ha anunciado que recurrirá ante la Audiencia Provincial el archivo de la denuncia por delitos contra la salud pública y la seguridad de los trabajadores en la denominada crisis del ébola. El sindicato considera que el
mero contagio es prueba más que suficiente para acreditar que los medios facilitados no fueron los necesarios, mientras que la formación que los trabajadores recibieron fue escasa, por no decir nula.
Según el comunicado difundido por CSIF, la propia
Romero no tuvo formación específica para tratar a los pacientes infectados por el virus, y tanto ella como otros sanitarios del Carlos III sólo recibieron un taller de una hora con nociones básicas sobre el ébola.
Además considera que el auto de archivo
no hace mención a la actuación del Summa 112 respecto a la aplicación de los protocolos por parte del gerente, y critica que la jueza no haya tenido en cuenta la abundante documentación y los testimonios de trabajadores y testigos, cuyas
declaraciones no han sido aceptadas para la fase de instrucción.
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