Foto de los participantes en el webinar.
El presidente de Asomega, Julio Ancochea, ha dejado claro en la presentación del segundo webinar de la serie 'Profesionales de la Sanidad 2030' de
Asomega Nova el objeto de esta sesión: analizar la relación entre las figuras del residente y el tutor “en un año tan complicado por la supresión de rotaciones, la polémica por el nuevo sistema de elección
MIR y por todas las
dificultades ligadas a esta pandemia”.
Como ha recordado, “formadores y médicos en formación son piezas clave de nuestro sistema, que se jacta de contar con un esquema de
formación sanitaria especializada de altísimo nivel”. En este sentido, ha recordado que “la exigencia, el aprendizaje desde la práctica y la plena integración de los nuevos profesionales
en equipos operativos son, quizás, algunos de sus puntos fuertes”.
Para hablar de todo ello Asomega Nova ha convocado, bajo la moderación de
Paula Peleteiro, a un grupo de profesionales representativos de las dos figuras objeto de análisis en esta cita. En concreto, tres tutoras (de Neumología, Urgencias y Atención Primaria) y
tres MIR (de Urología, Neumología y Oncología) que tras una hora de intercambio de impresiones, experiencias y reflexiones, han concluido una serie de puntos que
la moderadora ha expuesto al final del webinar. Las claves son las siguientes:
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Existe un déficit de formación claro en la pandemia, reflejado por ejemplo en la supresión -o, como mínimo, alteración- de rotaciones y sesiones clínicas.
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Cabría plantearse una prolongación del periodo de residencia por las circunstancias vividas, pero estudiando caso por caso.
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La pandemia nos ha hecho a todos crecer como personas: hay que quedarse con lo bueno.
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Hay que profesionalizar la figura del tutor: incentivarle económica y/o profesionalmente y facilitarle más tiempo para relacionarse con sus residentes.
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El sistema de elección MIR propuesto inicialmente para este año fue un completo desacierto.
“La parte investigadora te va a hacer mejor médico”
Neumóloga del Hospital del Mar de Barcelona, investigadora del IMIM y miembro de la Junta Directiva de Asomega,
Esther Barreiro destaca que la pandemia favoreció que se creara “un clima de colaboración, nadie se planteó ‘esto no me toca’, al menos en el periodo álgido”.
Explica que “nuestros residentes de Neumología aprovecharon la coyuntura de que prácticamente todo el hospital estaba
dedicado a Covid y han tenido un entrenamiento forzado, pero interesante. Quizá han perdido algunas rotaciones de tipo función pulmonar o cirugía torácica, pero el entrenamiento del paciente crítico, básico en Neumología, no ha estado tan mal, se han visto impelidos
a manejar este tipo de paciente porque no había manos”.
Insiste en la idea de que hay que motivar a los residentes, sobre todo ahora que las circunstancias nos han llevado a una situación insólita que no sabemos si se repetirá en el futuro. Para ello considera imprescindible que los médicos en
formación conozcan la investigación. Entiende que durante la residencia lo prioritario es tratar enfermos, pero deben saber que existe la investigación: “
Con una visión de la parte investigadora vas a entender mejor la patología y sus mecanismos, lo que seguro te va a llevar a ser mejor médico. Tratamos enfermos, no enfermedades, y los protocolos están solo para estas, pero muchos se salen de protocolo y
es necesario tener ese conocimiento”.
Tutoras de especialidades “peculiares”
Ana Bello en Atención Primaria y Beatriz Martínez Barreira en Urgencias han representado en esta mesa dos visiones de la tutoría de residentes con unas características diferenciadas a las del grueso de especialidades. Martínez Barreira explica que la figura de tutora en el Servicio de Urgencias es más amplia que la del tutor que tiene dos o tres residentes porque por sus manos pasan hasta 70 médicos en formación “a los que muchas veces no les gusta nada la urgencia, por lo que es una figura especial.
Echo en falta tener tiempo para estar más con ellos, evidentemente no puedes formar a los 70 y delego en mis compañeros”.
Su reivindicación la tiene meridianamente clara: “Pediría tiempo y que se reconozca la figura del tutor. Si estuviese más reconocida y
valorada profesionalmente tendríamos más poder y podríamos ayudar mejor a los residentes”, afirma.
Ana Bello, por su parte, señala que las rotaciones en
Familia son breves por muchos servicios hospitalarios, pero sí han perdido ocasiones de ver patologías “porque al haber
menos actividad asistencial ordinaria han dejado de ver pacientes crónicos y de trabajar en consultas externas o plantas del hospital”.
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