21 oct. 2022 12:40H
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La primera sesión de Asomega Maiores ha reflexionado sobre "Nuevas tecnologías aplicadas al cuidado y salud de los mayores". La vicepresidenta de Asomega Inmaculada Ramos ha presentado una jornada que ha contado con tres ponentes de lujo: Emilio Casariego, jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Lucus Augusti; Benigno Rosón, subdirector general de Sistemas y Tecnologías de la Información del Sergas; y Luis Margusino, jefe de Sección de Farmacia del Complejo Hospitalario Universitario A Coruña (CHUAC).
Para Emilio Casariego, en los últimos 50 años se han producido avances extraordinarios en todos los órdenes que afectan a la sanidad como la tecnología, la complejidad en que nos movemos, la actividad, etc. y, como consecuencia, hay una "tendencia a 'ambulatorizar' situaciones que hace unos años estaban abocadas a un ingreso hospitalario".
Sostiene que en una medicina moderna tenemos el reto de hacer pasar "de una manera sencilla" la información de salud desde el domicilio del paciente hacia su historia clínica. A ello se añade la necesidad de contar con personal preparado para recibir esa información, analizarla, tomar decisiones y reaccionar adaptándose a las circunstancias del paciente. En este sentido, ha alabado la preparación y predisposición a los cambios de las enfermeras.
Casariego habla desde la experiencia probada en su hospital. Explica que a principios de 2017 "vimos que los pacientes ingresaban hasta 4-6 veces por insuficiencia cardiaca. Si los casos más leves los controlamos desde el hospital ¿qué ocurre? De promedio los ingresos bajaron a 1,6".
Aunque nada es gratuito, ya que todo parte de una buena planificación y de una selección correcta de los pacientes más adecuados para ello. "Podemos manejar crónicos en domicilio cuando son pacientes conocidos, bien atendidos por su familia, con una descompensación relativamente leve, siempre que sea posible hacer un control estricto y cuando el paciente sea manejado por sus médicos yenfermeras habituales desde el hospital, que lo conocen. Con estos pacientes es posible conseguir mejores resultados", señala.
El jefe de Servicio de Medicina Interna del Lucus Augusti ha señalado, además, que el sistema, cuyas costuras se pusieron a prueba en los peores momentos de la Covid 19 superando el trance con buena nota, recibe una valoración muy alta de los pacientes. Esta se sitúa mayoritariamente en 9 sobre 10 y, sobre todo, se acompaña de frases tan esclarecedoras como la que ha encabezado su charla: “No me ingrese la próxima vez, siempre que pueda ingréseme en casa”.
Tecnología aditiva
Benigno Rosón ha destacado que "hoy el 50% de pacientes en Atención Primaria se atienden por teléfono porque lo han pedido así, el 20% de primeras consultas se resuelven entre profesionales, sin presencia del paciente… algo impensable hace solo cinco años". Además, constata que la brecha digital que habitualmente damos por supuesta no es tan grande entre los distintos grupos de edad.
Asegura que las brechas, ya sean generacionales o entre los propios profesionales por existir distintas velocidades de adopción, ocurren porque hablamos de un asunto de mejora continua. En su opinión, no debe ser un problema: "Ojalá usemos tan intensamente la tecnología y esté tan en el ADN de la organización que dejemos algún paciente atrás por no tener acceso a ella".
Explica que esto hay que entenderlo en sentido contrario: "Tenemos pacientes peor atendidos porque no usamos toda la tecnología que podríamos utilizar", afirma.
Su reflexión es que "en la sanidad, la tecnología es aditiva: al que se quede atrás por la tecnología, habrá que atenderlo igual pero sin esa tecnología. Habrá que mandar a un profesional hasta él, pero ojalá que en el 99% de los casos no haya que hacerlo".
Pacientes bien informados
Por su parte Luis Margusino confirma que la brecha generacional no es el problema que sospechábamos. Señala que en su hospital se ha atendido desde enero "14.607 pacientes externos, de ellos 13.864 adultos. La edad media es de 60 años y casi 6.000 son mayores de 64 años. Pero 1.500 están por encima de 84, lo que obliga a adaptarse a ellos".
En este sentido, considera que si se explica bien al paciente lo que tiene que hacer no influye la edad en el adecuado manejo de la telefarmacia. "Tuvimos muchos problemas en los SMS en relación a las citas en el servicio de Farmacia. Hace meses dimos con la clave para decir claramente cuándo tenía que venir y cuándo no, porque es fundamental adaptar el lenguaje y los mensajes para que el paciente los entienda".
Además, considera que la tecnología puede ayudar a fomentar la relación entre los farmacéuticos de hospital y comunitarios, como la existe entre los médicos de hospital y de AP. "En Galicia tenemos la suerte de contar con equipos muy grandes de farmacéuticos de AP y cada vez más van a ir disminuyendo sus funciones de gestión y aumentando las clínicas. Hemos de conseguir que la telemedicina permita un seguimiento, una atención farmacéutica que sea más cómoda para el paciente y más continuada con el uso de la telefarmacia. La comunicación a través de sistemas como la interconsulta es un ejemplo de ello". Sin olvidar que el foco de todo esto es conseguir un sistema que resulte eficiente para el paciente pero también para el sistema de salud.
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