Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo.
La fórmula de inversión público-privada para construir el
Hospital ‘Álvaro Cunqueiro’ de Vigo ha despertado un debate abierto entre las instituciones. El Consello de Contas ha identificado un
sobrecoste de 470 millones de euros en la licitación de las obras centro sanitario, inaugurado en 2015. Sin embargo, desde la Xunta discrepan sobre el cálculo realizado por la institución fiscalizadora y advierten de que, si no se hubiese apostado por este modelo concesional, la apertura
se habría retrasado al menos 15 años.
La auditoría sostiene que habría sido “más eficiente” licitar por un lado la obra de construcción del centro y por el otro los contratos de servicios, lo que se habría traducido en
“resultados similares a un menor coste”. “La licitación de la obra bajo la modalidad anterior exigiría la renuncia de la Administración a la ejecución de gasto corriente o de otras inversiones para cumplir el objetivo de déficit a los efectos de estabilidad presupuestaria”, han sostenido.
El Consello de Contas ha advertido además que la construcción no cumplió con el objetivo de plazas establecido originalmente en 2.000 camas, ya que
en 2020 apenas había 1.366 instaladas. Tampoco se alcanzaron las metas pronosticadas en materia de instalaciones, procesos asistenciales o la reducción del peso relativo del sector privado. Mientras que han identificado una reducción de 11.792 metros cuadrados útiles de superficie hospitalaria.
Con respecto al proceso de licitación, la institución auditora también ha identificado una
falta de “calidad técnica” en los criterios de adjudicación que cumplía la única empresa concesionaria, así como más medidas de control para supervisar todo el proceso. “A lo largo del expediente se evidencia una
debilidad en el seguimiento por parte de la Administración, tanto en la fase de contratación, como en la fase de control de la ejecución de la obra”, reza el informe.
La financiación del Hospital de Vigo
Sin embargo, la respuesta de la Xunta no se ha hecho esperar. El Gobierno gallego ha defendido que el modelo contractual escogido para el Hospital de Vigo fue
“el único posible y viable” para completar la infraestructura de acuerdo a las “necesidades asistenciales del momento”.
Además, desde el Ejecutivo han apuntado a los
“graves perjuicios” que habría supuesto para la población apostar por otra vía de financiación que hubiese demorado las obras. “De no haberse seguido este modelo contractual, la ejecución y puesta en marcha del
nuevo centro hospitalario de Vigo, una necesidad imperiosa, se habría retrasado hasta 15 años, teniendo en cuenta el contexto de grave crisis económica en los años de su licitación”, han subrayado.
La Xunta ha recordado además que la construcción del hospital se enmarca en un
contexto de crisis económica, en pleno año 2009, cuando las comunidades autónomas tenían muy limitadas sus inversiones por la senda presupuestaria marcada para todas las administraciones. “L
a Xunta estudió en profundidad y reconoció las ventajas de la colaboración público-privada, teniendo en cuenta, además, que en aquel momento era imposible acometer nuevas infraestructuras con cargo al presupuesto”, han señalado. Una conclusión que también viene recogida en el propio informe del Consello de Contas.
"En aquel momento era imposible acometer nuevas infraestructuras sanitarias con cargo al presupuesto"
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Ante esta realidad, el Gobierno ha manifestado su
discrepancia con el cálculo realizado por el órgano supervisor para la construcción del Hospital de Vigo y ha señalado que se produjo un
“ahorro considerable” con respecto a la situación interior, estimado en
2,56 millones de euros anuales.
La Xunta también
ha negado que se haya producido un recorte en la superficie útil del hospital, ya que la diferencia en los números se debe a que en el proyecto actual no se toma en consideración los espacios abiertos comunes o las áreas de circulación. "Es decir, no se trata de superficies comparables, no son superficies equivalentes", han apostilado.
En cuanto al número de Camas, la Xunta ha recordado que la evolución de las tecnologías y de diagnóstico y tratamiento, así como otros avances en la sanidad como el aumento de las cirugías ambulatorias han determinado la mayor o menor necesidad de plazas hospitalarias.
“No puede examinarse como un parámetro absoluto o aislado de las estrategias y necesidades de atención, ni de la evolución de las técnicas y la incorporación de nuevas tecnologías que influyen en la tasa de utilización”, han concluido.
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