Francisco Calvo, gerente del área de Salud de Cáceres.
3 sept. 2017 13:40H
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POR REDACCIÓN
El balance del Programa de Optimización de Antibióticos (PROA) puesto en marcha en junio del pasado año en el Complejo Hospitalario Universitario de Cáceres (CHUC) y el primero que se lleva a cabo en Extremadura, no puede ser más optimista. Además del ahorro obtenido (301.995 € en 12 meses), se ha reducido la mortalidad de los pacientes con bacteriemia, se han evitado más de 1.700 estancias de estos pacientes y se ha producido una disminución del 110 por ciento en el consumo global de antibióticos en el complejo cacereño que, en el caso de los antibióticos de amplio espectro, la disminución oscila entre el 25-30 por ciento de media.
Las conclusiones del pilotaje en el primer año de PROA coinciden con los objetivos de su puesta en marcha: la mejora en el uso de los antimicrobianos y del pronóstico de los pacientes con afecciones graves; la reducción de los efectos adversos y de las resistencias bacterianas; y la disminución del gasto sanitario. Además, contribuye a la buena práctica clínica y a los conocimientos sobre la utilización de antibióticos.
El programa se puso en marcha de manera voluntarista, sin ninguna inversión en recursos humanos, por un equipo multidisciplinar del CHUC formado por facultativos, residentes de medicina interna, farmacia hospitalaria y microbiología clínica, coordinados por Juan Luengo. Los seis integrantes del equipo han asumido PROA como un extra en su trabajo diario y esperan que sus resultados consoliden el programa por sus resultados clínicos, ecológicos y económicos, y se instaure de manera permanente en el CHUC.
Durante el primer año se han atendido una media de 20 pacientes/ día. ocho de cada diez mostraron una total aceptación de las recomendaciones de los médicos prescriptores. Desde el inicio de PROA se han supervisado todos los cultivos de exudados del complejo hospitalario, además de las bacteriemias, creando una alerta nueva desde Farmacia para todos aquellos pacientes en tratamiento de antibióticos de amplio espectro.
Respecto a este tipo de antibióticos, hay descensos significativos como el de la Daptomicina, del 46 por ciento, de Ertapenem, un 33 por ciento o de Vancomicina, un 30 por ciento, siempre con respecto al año previo a la implantación de PROA.
Las conclusiones indican que la instauración de este programa tiene resultados económicos, clínicos y ecológicos que requieren una consolidación. También queda demostrado que cualquier inversión que se haga para potenciar su desarrollo tiene un retorno económico claro.
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