José María Vergeles, consejero de Sanidad extremeño.
Si en cada crisis surge una oportunidad de mejorar, para
José María Vergeles, vicepresidente segundo y consejero de Sanidad y viceconsejero segundo de Extremadura, los retos a los que se ha enfrentado su departamento a lo largo de la legislatura no han hecho más que robustecer el sistema sanitario regional. Reconoce el político socialista, candidato a las
elecciones del próximo 28 de mayo, que queda “mucho por hacer” en materia de sanidad, cuya actualidad viene marcada por debates tales como las reivindicaciones para la implantación de nuevos modelos de jornada laboral como la
jornada de cuatro días. Una opción que Vergeles ‘abraza’ pese a que, asume, no se puede asegurar su implantación.
De saber lo que se avecinaba, ¿se hubiera repensado la idea de repetir en el cargo de consejero de Sanidad?
No sé qué hubiese hecho, pero dudo que hubiese cambiado de opinión. Sin duda, que haya estado un Gobierno socialista al frente de una situación tan delicada ha permitido que la sociedad se encontrase más segura ante el virus. Y lo hemos afrontado de la mejor forma que hemos podido, combatiendo no solo las consecuencias sanitarias sino las laborales, sociales y de necesidades primarias.
¿Con qué se queda de esta legislatura? ¿Qué rescata en positivo?
Me quedo con la respuesta que se ha dado desde Europa y desde España a una situación tan complicada. La fortaleza de un sistema de salud que nos debe llevar a cuidarlo, a quererlo y a mejorarlo. Muchas generaciones han hecho posible que haya un Sistema Nacional de Salud que ha respondido de manera ejemplar. Seguiremos defendiéndolo pase lo que pase.
¿Da por cumplidos los objetivos de legislatura en materia sanitaria? ¿Se ha quedado algo en el tintero?
Sí, claro. El virus nos ha obligado a destinar todos los esfuerzos a salvar vidas durante cerca de tres años. A proteger al máximo número posible de personas en una situación de incertidumbre a la que nos hemos tenido que adaptar. Por eso, objetivos en cuestiones como la de las listas de espera no se han cumplido. Tampoco el despliegue total del marco estratégico de la Atención Primaria de salud o el desarrollo de infraestructuras sanitarias. Con los fondos ‘next gen’ hemos podido cumplir buena parte de los retos que nos habíamos marcado, pero queda aún mucho camino por recorrer. Pero tengo el convencimiento de que el PSOE es quien mejor defiende la esencia de ese Sistema Nacional de Salud que idearon los gobiernos de Felipe González.
Con el enfriamiento de la pandemia del covid llegaron las reivindicaciones de los sindicatos médicos, que han agitado el debate político. ¿Se ha convertido la sanidad en un asunto incómodo en época electoral?
Incomodo no, pero sí lleno de retos. Hemos tenido que hacer frente a reclamaciones laborales en unos momentos muy complicados en los que no se puede dar respuesta a la necesidad principal, que es la de especialistas. Cuando las cosas no se planifican bien ocurren estas cosas: con los gobiernos del PP, a España se la privó de tener hasta 3.000 especialistas que podrían haber sido capaces de paliar los picos de jubilaciones tenemos. En Extremadura se perdieron 100. Por eso ha habido que buscar otras fórmulas para responder a lo que pedían los sindicatos. Aquí hemos logrado parar la mayoría de las huelgas, y las que no, han tenido una duración muy corta. En este tiempo, Extremadura ha lanzado su máxima oferta formativa: todas las plazas se han ofertado, y eso es lo que vamos a seguir haciendo hasta que estén cubiertas todas. También hemos reducido las listas de espera, que siguen con su tendencia a la baja.
"Prefiero correr el riesgo de que haya vacantes MIR a que un médico se quede sin acceso a la especialización"
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Hablemos del programa electoral. ¿Qué proyecto sanitario tiene el PSOE de Extremadura para los próximos cuatro años?
Queremos hablar de forma clara a la sociedad y cubrir sus necesidades. En primer lugar, fortaleciendo nuestra Atención Primaria, el eje vertebrador del sistema. También haciendo esfuerzos para una gestión más eficaz. Incorporando perspectivas de género y de salud comunitaria a todas nuestras actuaciones. Desarrollando la normativa de salud pública. Haciendo nuevos planes para atajar las listas de espera. Estableciendo un tiempo límite de 48 horas para las citas en Primaria. Atendiendo a las enfermedades crónicas ante el envejecimiento de la población. Incorporando innovaciones terapéuticas. Y, por último, impulsando nuevas especialidades, sobre todo la genética clínica y la de laboratorio.
El presupuesto sanitario de Extremadura es más holgado en 2023, con un aumento del 9,8 por ciento respecto al año anterior. Pero estas Cuentas no contemplan los acuerdos que se alcanzaron posteriormente con las centrales. ¿Hace falta más financiación para cumplir con las medidas pactadas?
Sí. Extremadura tiene la financiación sanitaria per cápita más alta de todo el país después de los regímenes forales y destina el 9,9 por ciento de su PIB a la salud. Queremos elevarlo al 11 por ciento, lo que supondría 3.400 o 3.500 euros por cada ciudadano; e invertir un 25 por ciento en Atención Primaria. Es suficiente para los acuerdos que hemos alcanzado, que suponen un incremento presupuestario anual de 15 millones de euros.
Familia sigue siendo la gran damnificada del área sanitaria, especialmente en las zonas rurales. ¿Cómo hacerla más atractiva? ¿Con incentivos fiscales?
Hay que seguir con lo que se viene defendiendo en el seno de la Comisión de Recursos Humanos para plazas de difícil cobertura. Son acuerdos muy importantes porque no aportan solo mecanismos económicos sino otros elementos incentivadores. Porque las nuevas hornadas de médicos especialistas, además de buenos salarios, quieren un proyecto de vida que les permita compaginar ocio y trabajo. A veces, eso en el mundo rural es más difícil. Creo que hay que darle un giro al programa nacional de la especialidad para que tenga un contenido más rural.
¿Es plausible avanzar hacia una jornada de cuatro días en la sanidad? ¿Tiene recorrido esta medida?
No sé si es plausible, pero vamos a tener que ir con ello sin duda alguna. Como decía, la incentivación de médicos jóvenes que se incorporan después de haber realizado su especialidad tiene mucho que ver con la conciliación, y eso nos va a obligar a hablar de este tipo de jornadas. La siguiente legislatura podremos sentarnos con las organizaciones y recoger sus propuestas, porque es algo que requiere de una adaptación necesaria en el sistema sanitario y hay que hacerlo convivir con el derecho de los ciudadanos a recibir atención sanitaria.
¿Lo tiene en agenda para la próxima legislatura si mantienen el Gobierno?
Cualquiera que esté en el mundo sanitario debe tenerlo en agenda. Esta es una de las reivindicaciones que se han hecho por parte de los especialistas, y creo que hay que intentar hacerlo posible. Y si no es posible llegar a ese extremo, al menos favorecer la negociación. Pero aún es demasiado pronto, por el momento estamos arreglando otros problemas que teníamos, como el de las agendas.
Ya que me saca el tema. ¿Cómo está siendo la implantación del nuevo sistema de agendas? El objetivo era limitar a 36 el número de pacientes diarios.
Al principio todo se mira con cierto recelo, pero la gente está agradecida de que exista esta modalidad de agenda tipo recomendada para nuestros profesionales. Está permitiendo que los ciudadanos puedan sentirse más cómodos, con más tiempo.
La batería de acuerdos con los sindicatos médicos también contemplaba la exención de guardias a partir de los 55 años en casos concretos. ¿Es inevitable retrasar la edad de las guardias por el aumento de la edad de jubilación?
Nosotros vamos a intentar, en la medida de lo posible, hacer caso a esa exención de guardias por encima de los 55 años. Si podemos, lo vamos a cumplir. Pero en la Mesa Sectorial se entendió que, si durante un tiempo había necesidad, se podría retrasar hasta los 60 años. Cuando las cosas se hacen de forma excepcional y se explican, se llega al entendimiento. A lo mejor no hace falta tanta norma y sí más negociación colectiva. Incluso hay gente que ha decidido contribuir prestando atención continuada en Primaria hasta que seamos capaces de estabilizar nuestras plantillas, aunque en Extremadura desde 2015 se adquirió el compromiso de tener OPES cada dos años y tenemos una plantilla muy estable y eso nos permite hacer una planificación mucho más ordenada que en otras comunidades.
Las enfermeras piden un papel más prominente en el sistema de salud. ¿Cree necesario desarrollar sus competencias?
Sin duda. La Enfermería tiene un papel muy importante ante una sociedad que avanza en edad y padece más enfermedades crónicas. En este escenario, el protagonismo recae sobre los cuidados, los especialistas en cuidados son las enfermeras. Pero ojo: eso no quiere decir que se deba sustituir el papel de otros profesionales. Creo en el trabajo en equipo, en la autonomía de todos los efectivos.
Un total de 16 plazas MIR de Familia se han quedado sin cubrir en Extremadura. ¿Hay que reducir la oferta la próxima legislatura?
No, vamos a sacar toda la oferta de plazas que tenemos acreditadas. No podemos hacer recortes. Entiendo que sea noticia que 16 plazas se han quedado sin cubrir en una comunidad autónoma, pero para mí la clave es otra: 82 plazas sí se han cubierto. Si no hubiésemos presentado esa oferta no se habría logrado. De 2011 a 2015 perdimos 100 especialistas por los recortes. En el mejor de los años salían 40 especialistas, y en esta convocatoria hemos llegado a los 82. Lógicamente, si presentamos una oferta en todo el sistema que es más alta que el número de egresados de las facultades, puede haber vacantes. Pero prefiero correr ese riesgo a que un médico no pueda acceder a la Formación Sanitaria Especializada. No le pongamos puertas al campo.
"El 28-M objetivo es alcanzar la mayoría absoluta, no me planteo ir a ningún pacto con otros grupos"
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¿Cuál es la fórmula para fidelizar a los MIR?
Hay que tener en cuenta que aquellos que se especialicen lo van a hacer por vocación. Pero Familia, desafortunadamente, es la gran desconocida en las universidades españolas. Para las dudas que haya, están los incentivos pactados en la Mesa Sectorial, con contratos estables para residentes que terminan. Contratos casi a la carta que lo único que pedimos es que sean acordes al Estatuto Marco, porque hemos de cumplir la legislación.
¿Aboga, como están reclamando otras CCAA, por regresar al modelo de elección telemática? Hace dos años, con el sistema mixto, no sobraba ninguna plaza; ahora hay 200 vacantes de media cada año.
Yo creo que no aportaría nada. Basta con ver los informes que hace públicos el Ministerio de Sanidad, los problemas de vacantes no se solucionarían con una elección presencial. La solución pasa por hacer un MIR redistributivo, no selectivo. Porque cuando una persona quiere ser médico, debería tener asegurada su formación.
¿Cómo ve la opción de fijar un salario MIR único a nivel nacional?
Estaría encantado de participar en ese debate en el Consejo Interterritorial, tenemos voluntad para ello. No somos sospechosos de rechazar un SNS cohesionado a través de la Comisión de Recursos Humanos. Aunque en Extremadura hemos hecho los deberes en los últimos tiempos; éramos una de las CCAA con los salarios más bajitos para los residentes y nos hemos comprometido con ellos a adecuarnos a la media.
Las encuestas invitan a imaginar, de nuevo, un Parlamento muy heterogéneo. ¿Se pone líneas rojas a la hora de negociar con otras formaciones?
Ahora mismo, el objetivo es alcanzar la mayoría absoluta. No me planteo que haya que ir a ningún pacto. Evidentemente, nuestros socios naturales son los grupos de izquierdas, no creo que se vaya a repetir el engendro de la legislatura 2011-15, cuando el PP pactó con Izquierda Unida. Nosotros tenemos una concepción concreta de lo que significa nuestra sanidad, a la que vemos como un derecho, no un servicio público como piensa la derecha. Y por eso, si hay una línea roja, es la de acabar con el sistema sanitario público, como parece que están haciendo algunos.
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