Albert Ledesma. |
Redacción. Barcelona
La Consejería de Salud de la Generalitat confía en reducir durante los próximos tres años un 15 por ciento los 108.000 ingresos hospitalarios que se producen anualmente en Cataluña por cuenta de los pacientes crónicos, mediante el despliegue progresivo de un nuevo modelo de atención paliativa a los pacientes frágiles que se anticipe a las crisis de salud que sufren estos enfermos de forma recurrente.
El responsable del Programa de Prevención y Atención a la Cronicidad de Cataluña, Albert Ledesma, ha explicado en rueda de prensa que el cambio de paradigma, recogido en el Plan de Salud 2011-2015, se centra en dar alternativas asistenciales más adecuadas a cada caso y dotar de más eficiencia al sistema, y aunque ha asegurado que el objetivo no es el ahorro económico, el consejero de Salud, Boi Ruiz, ya ha avanzado que en el plan piloto desarrollado en Girona se ha constatado una reducción del gasto de un millón de euros.
“Si no hacemos nada, estos pacientes irán muchas veces a urgencias y no resolveremos bien sus dificultades", ha resumido el director de la cátedra de la UVic, que ha precisado que el cambio pasa por evaluar bien las necesidades de cada paciente, identificar sus preferencias y planificar de forma anticipada sus decisiones, para no actuar de forma reactiva una vez se produce una crisis, sino adelantarse a ella.
El programa ha empezado a aplicarse en Gerona, Osona y zonas de Barcelona, y la intención es que esté totalmente desplegado en tres años, con la complicidad de los servicios de emergencias y la formación adecuada a los profesionales sanitarios para identificar correctamente cada caso, además del despliegue total de la información sanitaria compartida entre diferentes centros.
Con ello, los expertos confían en hacer una evaluación multidimensional de cada caso, revisar el tratamiento de cada paciente --de media consumen ocho fármacos y podría reducirse--, identificar al profesional y familiar de referencia y generar un plan de intervención que tenga en cuenta qué hacer en caso de emergencia.
El director de la Cátedra de Cuidados Paliativos de la Universitat de Vic (UVic), Xavier Gómez-Batiste ha explicado, a modo de ejemplo, que la llamada telefónica preventiva durante el viernes por la tarde a cada enfermo puede reducir a la mitad la utilización de las urgencias de un hospital durante el fin de semana.
Datos y perfil
Gómez-Batiste, ha presentado los datos de un estudio publicado en la revista 'The British Medical Journal Supportive Palliative Care', que cifra en el 1,6 por ciento de la población, unas 110.000 personas en el caso de Cataluña y 600.000 en el total de España, aquellos que acuden a la medicina convencional y podrían beneficiarse de un cambio en el modelo de atención "orientado a la mejora de la calidad de vida".
El perfil de este tipo de pacientes es una mujer de 82 años, con tres o más enfermedades crónicas, que sufre limitaciones funcionales, es cuidada por algún familiar y atendida en un servicio de atención primaria que, además, tiene un 20 por ciento de posibilidades de sufrir algún tipo de demencia.
El 65 por ciento de estos enfermos vive en su domicilio y son atendidos en el ambulatorio --cada médico de familia atiende a 24 pacientes de este tipo--, un 23 por ciento está en una residencia, y el resto se encuentra en un centro sociosanitario o en un hospital, donde ingresan de forma transitoria --de hecho, los pacientes crónicos ocupan entre el 30 y el 45 por ciento de las camas de un hospital--.
Gómez-Batiste ha recordado que para 2020 está previsto que hasta el 27 por ciento de la población tenga más de 60 años, y pese a que Cataluña cuenta con un programa de cuidados paliativos contrastado a nivel de pacientes terminales de cáncer, la intención es que este tipo de atención se amplíe también a los pacientes crónicos y frágiles.