Redacción. Barcelona
Los parados de larga duración, aquellos que llevan más de dos años sin trabajo, tienen peor salud y duplican el riesgo de padecer enfermedades mentales que el resto de la población, según el II Informe sobre los efectos de la crisis económica en la población de Cataluña presentado hoy en Barcelona.
Boi Ruiz.
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Según el informe, elaborado por el Observatorio sobre los efectos de la crisis en la salud de la población, dependiente del Observatorio del Sistema de Salud de Cataluña, la población parada tiene más riesgo de padecer problemas de salud mental que la ocupada (14,8 % frente al 6,7 %) y presenta un mayor consumo de tabaco y alcohol.
Las personas desempleadas de larga duración y las que reciben rentas de integración social, entre otros colectivos desfavorables que están exentos de copago de medicamentos, utilizan con más frecuencia los servicios sanitarios, tanto en centros de atención primaria (CAP) como en hospitales y centros de salud mental, según el informe.
Sin embargo, el departamento de Salud ha afirmado que los indicadores de salud de la población catalana han resistido los efectos de la crisis, ya que la esperanza de vida ha aumentado una media de 1,8 años desde 2007 y la tasa de mortalidad en general y la evitable (en menores de 70 años) ha mantenido su bajada desde 2006.
El informe también destaca que el porcentaje de personas que perciben su salud como regular o mala ha disminuido un 4 % entre los ocupados, un 8 % en los desempleados y un 7% en los parados de larga duración.
El director de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña (AQuAS), Josep Maria Argimon, ha reconocido que las personas en paro siguen teniendo una peor percepción de su salud que las ocupadas.
Argimon también ha destacado que, desde un punto de vista estadístico, la tasa de suicidios ha aumentado y, aunque sea una de las más bajas de Europa, "eso no significa que no se tenga que hacer nada", y ha recordado el Plan Código Riesgo Suicidio que está impulsando la Generalitat.
El director de la AQuAS ha afirmado que los factores socioeconómicos son muy importantes para determinar la salud de una población, ya que, según estima el informe, el "80 % de los determinantes de salud están fuera del sistema sanitario", de modo que dependen especialmente de los hábitos de la población.
Medicación hospitalaria
En cuanto a la medicación hospitalaria de dispensación ambulatoria (MHDA), la inversión ha aumentado un 25 % de 2008 (560 millones de euros) a 2014 (699 millones de euros), de modo que "el acceso al servicio sanitario de personas con enfermedades graves se ha mantenido", ha concluido Argimon.
Los ponientes han añadido que la actividad quirúrgica ha aumentado programada entre 2012 y 2014, después de reducirse entre 2008 y 2011, por lo que el número de pacientes que se esperan para ser operadas ha bajado un 12 % entre 2013 y 2014.
El Departamento de Salud también ha remarcado el grado de satisfacción de los usuarios del sistema sanitario, que "se ha mantenido en los niveles elevados que había antes de la crisis", teniendo en cuenta que bajó bruscamente en 2009 e "inició una tendencia continua de mejora" a partir de 2012.
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