Hospital Joan XXIII de Tarragona.
13 nov. 2017 17:10H
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POR SERGIO LÓPEZ
La situación política en Cataluña sigue sumando derivadas en el ámbito sanitario. La última, en Tarragona, donde los trabajadores del Hospital Joan XXIII dan por perdido el nuevo hospital prometido por el cesado consejero de Sanidad, Antoni Comín. El escepticismo ha cundido en el comité de empresa del centro, que parece resignado a quedarse en un hospital dividido en cuatro módulos y con serios proyectos estructurales, después de que el Govern, que se había comprometido con las obras, haya sido depuesto.
“De la construcción del nuevo hospital se viene hablando desde 2005 y no se ha hecho nada. Ya no tenemos muchas esperanzas de que vayamos verlo”, explica un representante sindical del centro. Las fuentes sindicales consultadas por Redacción Médica consideran un acto de “propaganda” las palabras del exconseller Comín, quien hace dos meses prometió que "antes de final de año" se aprobaría el plan funcional y se abriría un concurso de ideas "para llevar a cabo el futuro Hospital Joan XXIII".
En opinión de Ferran Aiximeno, representante de CCOO, las obras de construcción del hospital están aparcadas y así seguirán debido a que “hay que rentabilizar la inversión en otros hospitales de la comarca”, en referencia al cercano hospital de Reus, inaugurado en 2010 con una inversión de 140 millones de euros y que tuvo que ser rescatado recientemente por la Generalitat debido a su fuerte déficit. En conversación con Redacción Médica, Aiximeno teme que los planes a futuro pasarán por trasladar servicios al hospital de Reus más que por mejorar las infraestructuras en Tarragona.
“El hospital de Reus, que es el único de los siete que se prometieron en 2005 que se construyeron, tienen que reflotarlo porque está en quiebra”, recuerda este representante. En cuanto a las promesas de Comín, cree que sólo buscaban "conseguir electores". "Comín vino a Tarragona a prometer el oro y el moro, pero cuando vino lo que pensamos fue en que esto ya se había prometido hace diez años", remata Aiximeno.
En una línea similar, Tani Francesch, representante de Metges, en declaraciones recogidas por el Diari de Tarragona, recuerda que la exconsellera Marina Geli “ya nos presentó un proyecto hace unos cinco años y también nos lo creímos”. Aquel fue el último plan funcional elaborado para reconstruir el viejo hospital tarraconense. El proyecto arquitectónico, con un coste de decenas de miles de euros, planteaba construir un hospital anexo al Joan XXIII y demoler el viejo una vez se concluyera el nuevo.
“El problema del Joan XXIII es que está dividido en cuatro edificios y uno de ellos, el módulo B, tiene más de 50 años. Hay que apuntalar su estructura y eso cuesta más que construir un hospital nuevo, por eso se planteó la construcción del nuevo hospital”, recuerda Aiximeno. Doce años después de aquello, la coyuntura no parece acompañar para que la ciudad cuente con el hospital que se merece.
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