Adrià Comella, director gerente del CatSalut.
La
Generalitat de Cataluña gestionará el
Hospital de Sant Joan de Reus, hasta ahora, completamente municipal, sin el consorcio anunciado por el consejero destituido del ramo,
Toni Comín, en el que el ayuntamiento mantenía el 45 por ciento.
El director del
Servei Català de la Salut (CatSalut),
Adrià Comella, ha informado en el mismo hospital de que la gestión
pasará totalmente a la Generalitat, aunque "se tendrán en cuenta" las propuestas del
Ayuntamiento de Reus para cargos del consejo de administración.
La gestión del hospital conlleva también la de varios centros de Atención Primaria y los hospitales de Tortosa y Móra d'Ebre
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La Generalitat asume la deuda
El ayuntamiento conservará la propiedad del edificio -que costó más de 120 millones de euros- y la Generalitat asumirá la deuda generada por el centro este ejercicio y el anterior.
La presidenta del consejo de administración -formado por todos los grupos municipales de Reus- del hospital,
Noemí Llauradó (ERC), anunció públicamente que este ejercicio, la deuda sería de
más de 6 millones, aunque Comella la ha rebajado hoy a unos 2,5.
La situación financiera del hospital lo abocaba a la
disolución del consorcio y la toma de la gestión por parte de la Generalitat lo evitará.
Sin concretar aspectos importantes
La fórmula anunciada del consorcio se ha descartado por su complejidad, según Comella, quien también ha asegurado que el
centro sanitario ampliará su cartera de servicios, aunque sin concretarlos.
Tampoco ha concretado bajo qué figura se gestionará ahora el hospital, que comporta también una serie de servicios de la
sanidad pública local como la gestión de varios centros de Atención Primaria, el hospital de la Santa Creu de Tortosa y el de Móra d'Ebre.
El
CatSalut asegura que se mantendrán los convenios del personal, de más de
1.200 trabajadores, a pesar de que son más ventajosos que el del sector sanitario público.
Valoraciones políticas
El alcalde de Reus, Carles Pellicer, valora que la gestión de la sanidad es competencia de la Generalitat y no municipal, en lo que coincide con el grupo municipal de la CUP, en la oposición, que hace años que reclama este traspaso.
Pepa Labrador, de Cs, señala que "es una sensación agridulce" ya que se soluciona el problema del déficit, pero el municipio pierde un activo de mucho peso.
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