Redacción. Barcelona
En un comunicado, la Federación de Asociaciones de Farmacias de Cataluña (Fefac) considera que el copago aplicado a los medicamentos hospitalarios de dispensación ambulatoria no aporta nada a la racionalización en el consumo de estos fármacos ni mejora su uso, ya que son medicamentos prescritos y controlados por médicos de atención especializada.
Sin embargo, si se implanta la medida, considera que “lo más lógico” es que estos medicamentos sean dispensados en las oficinas de farmacia. La patronal razona que “ “la dispensación a través de la red de farmacias de Cataluña de estos medicamentos mejoraría el acceso a los mismos. Actualmente, los pacientes deben ir a recogerlos al hospital, en muchas ocasiones alejado de su domicilio, mientras que retirar la medicación en su farmacia habitual facilitaría el acceso y la adherencia a los tratamientos, gracias a la accesibilidad y proximidad de las farmacias”.
Asimismo, Fefac considera que se mejoraría “la calidad de la atención a los pacientes, potenciar su rol como agentes de salud y el reconocimiento profesional, pues la ganancia económica que les comportan estos medicamentos está limitada por ley, a pesar de su elevado precio” y la “eficiencia en el proceso de dispensación, facturación y seguimiento de estos productos”.
Considera que “las farmacias ya disponen de la estructura y experiencia necesarias, pues cuentan con el sistema de receta electrónica que las conecta con centros de salud y Administración, mediante el que los médicos prescriben y validan y las farmacias dispensan y cobran de forma controlada y unificada a través de la misma red informática. Este sistema ya funciona para el resto de medicamentos (se dispensan 11 millones de recetas al mes), mientras que los hospitales deberían implantar mecanismos y recursos técnicos y humanos para realizar el cobro y seguimiento, lo que supondría duplicación de estructuras y la generación de gastos sin que ello aporte ningún valor extra”.
“En segundo lugar”, continúa, “las farmacias comunitarias pueden ayudar a aliviar la carga de trabajo de los equipos de farmacia hospitalaria, como ya ha sucedido con la receta electrónica, que ha supuesto un 8 por ciento de reducción de visitas al médico desde su implantación (lo que representa más de 17 millones de visitas de atención primaria ahorradas en cuatro años). De esta manera, los equipos hospitalarios dispondrían de más tiempo para dedicar al seguimiento de los pacientes que requieren de una atención más especializada”.