El facultativo Alejandro Pazos defiende el papel transformador y el beneficio de esta tecnología en la Medicina

"No es normal que la Academia de Medicina asuma la IA y las facultades no"
Alejandro Pazos, médico y académico correspondiente de la Real Academia de Medicina en Inteligencia Artificial


4 nov. 2024 17:00H
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La Inteligencia Artificial es la última revolución a la que se enfrenta el ámbito sanitario. Consciente de ello, la Real Academia de Medicina decidió darle un hueco a esta tecnología en su estructura. Motivo por el que la institución decidió nombrar a Alejandro Pazos académico correspondiente en representación de la mencionada innovación técnica. El primero en la historia del organismo.

Pazos es médico y catedrático del área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de A Coruña. Su trayectoria camina entre la Medicina y la Ingeniería, siempre con la vista puesta en la mejora tecnológica. En su mano, el desarrollo de redes de neuronas artificiales, para las que ha empleado herramientas de la citada innovación, bajo su punto de vista, el futuro del sector de la salud, tanto a nivel profesional como investigador. Razón por el que es necesario adaptar la formación y la rutina a su imparable incorporación.

En junio fue distinguido con un asiento figurativo de Inteligencia Artificial en la Real Academia de Medicina. ¿Cuán importante era para la institución contar con un representante de esta tecnología?

La verdad es que fue sorprendente cuando me nombraron académico correspondiente. Me hizo mucha ilusión, sobre todo porque la Real Academia de Medicina ha tenido una visión de futuro. Habla muy bien de la institución el haber creado una cátedra específica para esta tecnología, dada la importancia que tiene en el sector sanitario. Además, me llena de orgullo ser el primer ocupante.


¿Qué beneficios aportará la Inteligencia Artificial a la Medicina?

Va a tener un papel en muchos de los aspectos de lo que es el nuevo concepto de atención en salud, que va más allá de cuando las personas están enfermas, sino que entra todo el proceso de prevención y los relacionados con el control y seguimiento. Bajo mi opinión y usando un nuevo arquetipo que propongo sobre asistencia sanitaria, el paradigma de las NP, considero que la Medicina debe ser personalizada, precisa, poblacional, proactiva, periférica, poliprofesional, con una atención permanente desde la concepción hasta la muerte, participativa y pro palabra - en el sentido de que tiene que servir para que estemos más atentos a lo que dicen los pacientes y que tengamos más relación personal con este-. La Inteligencia Artificial nos permite avanzar hacia todos esos puntos.

Nos ayudará en investigación, por ejemplo, para encontrar fármacos para enfermedades raras que nunca se investigarían, porque no serían rentables económicamente para las compañías farmacéuticas. Además, esta herramienta permite abaratar muchísimo el coste de estas soluciones personalizadas, que de no existir el paciente se quedaría sin asistencia.

¿Cómo mejorará la aplicación de la Inteligencia Artificial a la burocracia médica? 

Reducirá todo lo que tiene que ver con la burocracia a la que están sometidos los profesionales de la salud en este momento. El facultativo está mirando el ordenador y no al paciente el 60-70 por ciento del tiempo de consulta, porque tiene una serie de trámites que atender. La inteligencia artificial aquí tiene mucho que hacer, ayudándole a hacer los informes, identificar rápidamente posibles interacciones de fármacos, posibles diagnósticos diferenciales...


"La Inteligencia Artificial no pretende sustituir a nadie"



A su vez, en todo el proceso asistencial, la Inteligencia Artificial es fundamental para la incorporación de la robótica para hacer las intervenciones lo más precisas posibles, además de dotar a los profesionales de más herramientas para mejorar la prevención, el diagnóstico, el tratamiento, el control y el seguimiento. Unida al Internet de las cosas (IOT), va a ser muy importante para vigilar a los pacientes en sus domicilios y que no tengan que desplazarse a los hospitales, donde el riesgo de contagio es mayor, lo que fomenta que la persona se cure mejor.

¿Se pueden perder puestos de profesionales sanitarios con la aplicación de esta herramienta?

Es una potentísima herramienta que no pretende ni debe sustituir a nadie, pero sí que le va a dar una seguridad y una capacidad de análisis de datos que de otra manera sería imposible de hacer. Asimismo, ganará tiempo para dedicarlo a la atención directa al paciente, a la par que mejora la calidad de vida del paciente y de asistencia y ayuda a mantener la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS).


Se trata de una herramienta muy útil, pero no puede ir separada del facultativo…

La Inteligencia Artificial es una herramienta más y tiene que estar supervisada por el profesional médico. Se posiciona como un instrumento muy potente que va a ayudar mucho a todos los sanitarios a hacer mejor su labor, pero no tiene sentido que sustituya a nadie.

¿Cuáles son los riesgos relacionados con la Inteligencia Artificial?

Como cualquier herramienta potente tiene sus riesgos, pero depende del uso que le des. Un cuchillo jamonero sirve para cortar un ibérico, pero con el también puedes rebanar el cuello a alguien. Por ello, cualquier tecnología tiene que ser manejada por personas que estén preparadas y sepan lo que significa emplearla.

Un mal uso puede derivar en engaños, estafas y crear situaciones reales muy complicadas. Incluidos problemas éticos, ya que este tipo de herramientas pueden generar sesgos que se traducen en afecciones en la atención al paciente.

¿A qué se refiere con problemas éticos?

La Inteligencia Artificial se tiene que aplicar de la forma más justa y equitativa posible, preservando la dignidad de las personas. No podemos usar la Inteligencia Artificial para averiguar cosas que vayan en contra de los intereses del individuo. Hay que evitar sesgos en lo posible, porque todos estos sistemas se entrenan con ejemplos y normalmente no provienen de África o la estepa siberiana, sino de países avanzados, con un nivel social más o menos elevado. Esto hace que solo se tenga en cuenta a un porcentaje de la población mundial, con lo que se ignora los datos de salud de muchos lugares.


"La Inteligencia Artificial tiene que estar al alcance todos"



De momento, hay sesgos, porque no hay información de países empobrecidos, donde tan siquiera hay registros electrónicos que se puedan emplear para hacer bases de datos y entrenar a los sistemas a partir de los ejemplos de estas ubicaciones. Por ello, es fundamental que la Inteligencia Artificial alcance a todos.

Asimismo, hay que garantizar que esta no se utilice por las instituciones o las compañías para coger datos y perjudicar al individuo a partir de los datos obtenidos. Hablamos de una herramienta muy potente y que en manos de gente con pocos escrúpulos puede ser peligrosa.

¿Cómo se deben incorporar estas herramientas al trabajo diario de los médicos?

Todas las aplicaciones de Inteligencia Artificial han de hacerse, desde su concepción hasta su implantación o despliegue, teniendo en cuenta a los que van a usarla, es decir, los clínicos. Si no, no van a tener éxito. Por ello, se tiene que hacer de una manera que se integre muy bien en su rutina diaria, y que le aporte un valor añadido al aprendizaje que va a tener que realizar.

Si va a gastar su tiempo en aprender una herramienta que luego no le aporta nada nuevo, pues va a ser difícil desplegarla. Entonces hay que contar desde el minuto cero con los profesionales asistenciales. Incluso, consiguiendo que estos instrumentos sean ergonómicos para su trabajo, que se parezcan a los programas que ya tienen en el ordenador y no les generen rechazo por incómodos. Eso es vital.


"La Inteligencia Artificial dará más tiempo al médico para hablar con el paciente"



¿Podría la Inteligencia Artificial afectar a la relación médico-paciente y enfriarla?

Todo lo contrario. Estas herramientas primero van a dotar a los clínicos de una mayor certeza y seguridad a la hora de hacer un diagnóstico o un tratamiento, porque pueden apoyarse y comprobar si lo que ellos piensan coincide con lo que le dice la aplicación. Si coincide, bien. Si no, le va a hacer buscar a ver por qué se equivocó o no tuvo en cuenta algo. Al final, en el ejercicio de la profesión médica los fallos no son por desconocimiento normalmente, sino que es por no tener en cuenta alguna de las variables que afectan al caso.

Además, como elimina la tarea burocrática, va a tener más tiempo para explicar al paciente la situación y sus decisiones. Sin duda, va a favorecer muchísimo esta relación médico-paciente, que es lo que se busca.

El avance acelerado de esta tecnología puede llevar a una compra constante de herramientas y que puedan resultar en más gastos que soluciones. ¿Puede llegar a ser insostenible para el SNS?

Todo lo contrario. El 98 por ciento de las herramientas que se desarrollan no se usan al poco tiempo. Incluso las más famosas, por lo que la compra no es tan veloz.

No obstante, hay que tener cuidado con la obtención de instrumentos, ya que la inmensa mayoría de herramientas que se están ofreciendo y que encontramos en el mercado no han pasado por un adecuado proceso de verificación y validación, algo fundamental, sobre todo en el caso de las que tienen funciones médicas.

No pasar por una evaluación adecuada para la acreditación de su calidad deriva en fracaso. Es el caso de miles de aplicaciones que te prometen mil maravillas y después realmente funciona muy bien solo en los casos para los que ha sido entrenada en el laboratorio. Luego fallan al enfrentarse al mundo laboral, donde hay una mayor variedad de situaciones y se requiere una gran capacidad de adaptación.


"La mayoría de herramientas que se ofrecen no han pasado por un adecuado proceso de verificación"



¿Cómo se debe actuar?

Hay que actuar con mucha prudencia y apostar por aquellas que están avaladas y cuentan con los sellos pertinentes, como el de la Agencia Estatal de Supervisión de la Inteligencia Artificial (Aesia). Asimismo, para garantizar que son una ganancia para el SNS hay que implantarla de la mejor manera posible y formar a los sanitarios para que puedan emplearla en su trabajo.

Sin duda, es una inversión, pero si se hace con cabeza va a tener una repercusión tanto en la calidad como en la propia sostenibilidad del sistema. Por lo tanto, dejaría de ser un gasto para ser un beneficio.

¿Están los equipos sanitarios bien formados en el uso de la Inteligencia Artificial?

Absolutamente no. Es uno de los grandes déficits y uno de las grandes desilusiones que tengo, porque llevo ya predicando esto durante décadas. Sin embargo, las facultades de Medicina tienen unas inercias que le impiden actualizarse al ritmo que se tendría que actualizar.

Parece mentira que la Real Academia de Medicina, que puede parecer una institución mucho más rígida haya tenido la visión de incorporar la Inteligencia Artificial y, sin embargo, las Facultades de Medicina no hayan dado el paso de incorporarla en sus planes de estudio. En ellas, se enseña muy bien, es cierto, pero nuestra profesión es innovación y alguno no se ha dado cuenta de que ya hemos consumido casi un cuarto del siglo XXI y seguimos con un grado anclado en el pasado.


"El grado de Medicina debe dejar de ser un proceso para superar el MIR"



¿Qué aportaría la Inteligencia Artificial al grado?

Lo primero, hoy en día no es necesario acumular conocimientos. La tecnología hace que sea imposible estar a la última en todo, incluso en el caso de que las novedades sean de tu propia especialidad. Por ello, toda la información está a un clic en la actualidad. Así, no entiendo porque los estudiantes tienen que centrarse en almacenar datos sobre dosis o interacciones de medicamentos. Por el contrario, estos tendrían que prepararse para utilizar estas herramientas de conocimiento y ser capaces de dar un diagnóstico completo y buscar diferentes soluciones al proceso patológico que padece una persona.

Creo que el alumno se tiene que formar en habilidades y no en conocimientos. No obstante, las facultades siguen enseñando el material al que se enfrentarán sus estudiantes en el MIR, que para mí es de los peores cánceres que tiene la formación médica. Ojo, en su momento fue muy útil, pero en la actualidad. Al final, obliga a estudiar de memoria una serie de conceptos, que en el 95 por ciento de los casos no les van a ser útiles.


"El alumno de Medicina se tiene que formar en habilidades y no en conocimientos"



¿Qué criterios se deben de introducir en el grado?

Abogo porque se cambie la forma de enseñar en las facultades de Medicina. Hay que pasar de la teoría a la interpretación, porque la primera ya la ofrece la tecnología, incluida la Inteligencia Artificial. Por ejemplo, creo que sería muy útil que los médicos aprendieran estrategias de comunicación para atender al paciente, economía o normativa sobre su profesión. También sobre disciplinas que están a la orden del día como la genómica, que es clave para la Medicina personalizada.

Hay que actualizar los programas y hacer que el grado deje de ser un proceso de preparación para superar el MIR. No puede ser que a partir de tercero el objetivo principal sea enseñar a los alumnos a responder bien un examen, ya que hace que su formación sea mucho peor.

Tenemos que caminar por el sendero de adaptar la formación de los futuros médicos y que las Administraciones sean conscientes de esta situación. Cuantas más herramientas tengamos, mejor irá la profesión.
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