Miquel Bruguera, presidente del Círculo de Salud.
1 feb. 2017 9:15H
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Esta semana se presenta en sociedad el Círculo de Salud catalán, una asociación que presidirá Miquel Bruguera, prestigioso hepatólogo del Hospital Clínic y expresidente del Colegio de Médicos de Barcelona. El manifiesto fundacional del Círculo criticaba expresamente tanto los recortes como, indirectamente, la política del consejero de Salud, Antoni Comín, señalando que “las acusaciones de privatización de la sanidad enmascaran los problemas reales que, en buena parte, vienen dados por una infradotación económica”. Sin embargo, Bruguera, en conversación con Redacción Médica, se muestra conciliador y sobre todo colaborador. Ofrece al Círculo como fuente de "ideas" y propuestas. Ideas de las que cree que la Consejería de Salud anda escasa.
¿Con qué objetivo nace el Círculo de Salud?
Nace para contribuir a la aplicación de buenas políticas sanitarias en Cataluña en base al estudio riguroso de los problemas que tenemos. Se trata de contribuir a mejorar las cosas, en la medida que seamos capaces, formulando propuestas. No se trata tanto de hacer una labor crítica –porque eso no hace falta que lo hagamos nosotros: ya va solo–, como de colaborar y aportar nuestro criterio.
¿Por qué lo ponen en marcha ahora?
La idea se gestó a lo largo de algunas reuniones que ha habido este año y el pasado, como las que organizan el Colegio de Médicos o la Sociedad Catalana de Gestores. En todas ellas hubo un denominador común: un desencanto de los médicos con la situación de nuestro sistema sanitario. Existe una sobrecarga de trabajo pero, por más que trabajemos, no ‘quedamos bien’ con el paciente. Hay unas listas de espera tremendas, una considerable obsolescencia de los aparatos que utilizamos… todo esto disminuye la calidad de nuestro trabajo y somos conscientes de ello. Vistas estas necesidades, creíamos que era necesario encontrar alguna fórmula que dinamizase la situación. En Cataluña hay un Círculo de Economía, una institución que tiene cierta credibilidad, y nosotros querríamos hacer familia con ella.
¿Creen que existe una deriva, actualmente, en la sanidad catalana que hace necesario que ustedes den este paso adelante?
Lo que creemos es que en este momento no hay proyecto. Los poderes públicos no aportan las soluciones para que las profesiones médicas y el resto de profesiones sanitarias veamos mejoras. El Departamento de Salud se limita a hacer una gestión del día a día y a tratar de resistir la presión que genera el envejecimiento de la profesión o el aumento de la cronicidad.
Pero Salud sí que se está poniendo algunas ideas sobre la mesa. Están hablando muy significativamente de desprivatizaciones. ¿Qué opinión les merece esta política?
La desprivatización es un fantasma. Entre los hospitales que son del Instituto Catalán de Salud (ICS), heredados del Estado, y los que son concertados, que cuentan casi todos con una importante participación de la Generalitat, se puede decir que casi todo es público. Y buena parte de lo que no lo es, no tiene ánimo de lucro. Los hospitales puramente privados que operaban dentro del sistema catalán de salud eran muy pocos. Eso sí, los pocos centros que han cerrado, por así decirlo, lo que han hecho es sobrecargar a los hospitales públicos de la zona.
Entiendo entonces que lo que busca el Círculo de Salud es, de alguna manera, orientar las políticas públicas. ¿Qué ideas va a plantearle al consejero Antoni Comín?
Sí. Lo que se pretende es ayudar. No poner palos en las ruedas. En cuanto a las propuestas… los catalanes tenemos el defecto de ser demasiado perfeccionistas y estamos aún en la etapa de poner en marcha el proyecto. Esta semana se presenta el Círculo y a partir de ahí echaremos a rodar e iremos viendo qué proyectos concretos escogemos para estudiar y plantear.
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