Padrós reivindica que los colegios de médicos catalanes garantizarían la equidad en la calidad y la seguridad clínica

Entrevista al presidente del Col·legi de Metges de Barcelona, Jaume Padrós
El presidente del Col·legi de Metges de Barcelona, Jaume Padrós.


14 feb. 2025 5:00H
SE LEE EN 21 minutos
Jaume Padrós cierra el ciclo como presidente del Col·legi de Metges de Barcelona (CoMB). Los once años que ha estado al frente de la institución colegial le han conferido una voz reputada en el sistema sanitario catalán y español. Durante esta década ha coincidido con seis consellers de Salut, ocho ministros de Sanidad y cinco presidentes de la Generalitat de Catalunya. Una entrevista en profundidad, la primera que ofrece tras el anuncio de su marcha, y la última como presidente del CoMB en Redacción Médica, en la que no deja ninguna cuestión de sanidad candente sin abordar.

¿Qué balance hace de los once años al frente del Col·legi de Metges de Barcelona?

Uno cuando hace balance y lo personaliza siempre hay una parte de injusticia porque yo he estado al frente del Col·legi, pero no estaba solo. He estado acompañado de tres equipos diferentes, cuyo núcleo fundamental ha estado presente en las tres Juntas. No puedo realizar un balance sin mencionar que he tenido un equipo muy bueno.

El balance es muy satisfactorio. Hemos demostrado que la institución colegial, que es centenaria y de mucho prestigio, a diferencia de otras por su historia, ha sabido estar con sus juntas a la altura de las circunstancias. Veníamos de un tiempo complicado como los recortes, la recuperación, nos llegó el covid y después el poscovid.

Recibimos una herencia y pasaremos un muy buen relevo. Si el CoMB es la primera corporación profesional del Estado es porque sus proyectos tienen continuidad. Tenemos un modelo de organización económica que permite mantener esta independencia, porque no deja de ser golosa una corporación profesional médica.

Jaume Padrós

Jaume Padrós (Firma: COMB)


¿De qué medidas se siente más satisfecho?

Tengo la satisfacción de haber podido encabezar y representar los valores de la profesión médica en la necesidad de la transformación del sistema sanitario. Representar los valores del profesionalismo, de vehicular la voz donde había problemas, de hacer entender a la sociedad que somos un colegio profesional que ordena el ejercicio profesional, somos garantes de la buena praxis ante los ciudadanos y representamos los valores de la profesión. Hemos estado presentes en los grandes debates sanitarios liderándolos e intentando situar las prioridades como la transformación, la modernización y la sostenibilidad del sistema sanitario, basado en los valores de la profesión médica, aquí y en España.

Me siento especialmente orgulloso de haber liderado junto con la Societat Catalana de Gestió un documento de reflexión que derivó en la creación de un grupo de expertos que elaboraron el documento de las 30 medidas para la transformación del sistema sanitario, base de inspiración del Cairos. No teníamos ningún otro interés de que se pudiera impulsar. Destaco el haber conseguido que las principales fuerzas políticas estuvieran de acuerdo de manera tácita con que se necesitan grandes consensos para la transformación que el sistema sanitario necesita y que hubiera coincidencia en el diagnóstico y en las medidas.


"Si el CoMB es la primera corporación profesional del Estado es porque sus proyectos tienen continuidad"



¿Considera que se ha escuchado la voz del Col·legi?

Hemos hecho oír a la profesión y difusión de temas que preocupan a la sociedad y a los médicos, sobre todo por la incidencia que ha tenido el Col·legi. Durante el covid, teniendo un fuerte liderazgo por parte de los profesionales en Cataluña, en contraste con otros lugares del Estado e incluso de Europa. También la campaña de solidaridad para recoger dinero y hacer llegar material de autoprotección. La sociedad nos lo reconoció; es lo que debíamos hacer como profesión y lo que la gente esperaba que hiciéramos como institución. Nos preocupamos mucho de que los criterios de las vacunas fueran los que hubo y establecimos un diálogo crítico y leal con las administraciones. El Col·legi de Metges está para ayudar a quien esté al frente a que lo haga bien y ha ejercido un liderazgo ejemplar.

Hemos participado en el impulso de debates que a la sociedad le interesaba, como el cannabis en adolescentes, el uso de dispositivos móviles en menores o las variables sociales que pueden condicionar la salud, como la pobreza o el sinhogarismo. También con el cambio climático, ya que hemos sido la primera corporación profesional del mundo que introduce en su código de deontología la atención de los profesionales hacia el cambio climático.

Jaume Pradós

Jaume Pradós (Firma: J. COSIALLS / COMB)


¿Y sobre qué hace autocrítica?

Hemos defendido los valores del profesionalismo médico y hay cosas de los modelos organizativos, tanto en el sistema público como privado, que están en crisis. Se está viendo en la sociodemografía médica que necesitamos médicos, y no es verdad que los médicos emigren. Hemos puesto encima de la mesa el tema sociodemográfico, como la falta de planificación, la cantidad y perfil de médicos que necesitamos, y los diferentes responsables administrativos y educativos lo están constatando como espectadores.

Nuestro sistema de formación una vez estás dentro es bueno, pero no atiende las necesidades del sistema. Hace más de quince años que la mitad o más de la mitad de nuestros nuevos colegiados son extranjeros, y la mayoría no ha podido, no tiene o no puede homologar su título de especialista cuando aquí tenemos un embudo para entrar a Medicina. Es una paradoja muy grande. Tenemos un sistema muy bueno, pero hay centenares de buenos estudiantes en Cataluña que no pueden hacer Medicina. Me causa frustración, porque formar un médico supone diez años y el cambio sociodemográfico es el problema más importante en algunos países occidentales.

¿De quién es la responsabilidad?

El Ministerio y la Conselleria se han dormido; hace mucho tiempo que no se planifica en recursos humanos. Llama la atención que España está en la media alta de médicos por habitante, pero nos faltan, los debemos importar. Lo que está fallando son los modelos organizativos. Se deben cambiar, tenemos modelos muy encorsetados y suprimir la burocracia, que ocupa el 40 por ciento de tiempo de los médicos de Primaria y no aporta valor. Por ejemplo, los justificantes de ausencia de corta duración no es un acto médico y corresponde a sindicatos y patronales que se pongan de acuerdo para sacarlos del sistema sanitario.


"El Ministerio y la Conselleria se han dormido; hace mucho tiempo que no se planifica en recursos humanos"



En ese sentido, ¿aprendimos alguna lección de la pandemia?

La lección importante del covid es que con el Estado de Alarma saltaron todas las costuras que producía la norma y las prestaciones que se han añadido al sistema sanitario y no tienen nada que ver con el acto asistencial. Esto generó un gran desgaste en los profesionales; los ablandó un sistema que les obliga a destinar gran parte de su tiempo a hacer burocracia.

El sistema sanitario necesita un marco regulador diferente al de la función pública. Necesita un sistema más flexible. Nunca se había trabajado tan bien como cuando hubo el covid. El país no está preparado para una nueva pandemia y la podemos tener pasado mañana. Necesitamos un sistema mucho más flexible, unidades de vigilancia epidemiológica más fuertes de Salud Pública y poner encima de la mesa el elemento positivo de la colaboración público-privada si se transparenta. Durante el covid funcionó la colaboración de la red pública con la red privada.

¿Debe haber colaboración público-privada en sanidad?

A mí el debate que hay en Madrid no me gusta porque va a costa de desprestigiar la atención privada. Necesitamos un sistema sanitario público fuerte y un sistema privado complementario también fuerte. Cataluña ha avanzado cuando ha convivido esto. Y cuando hablo de privado, hablo sin afán de lucro, que es lo que ha habido en Cataluña.

Si no tenemos un sistema sanitario público fuerte y el grueso de la clase media deja de confiar en él porque los gobiernos no son capaces de retener el talento, simplemente por una cuestión económica, perderíamos una de las bases fundamentales del sistema sanitario, que es tener a los mejores.  El sistema sanitario es el servicio público que protege más y mejor a la población y, sobre todo, a los más vulnerables, y debe poder convivir con un sistema privado también fuerte. Hay lugares en Cataluña que más del 40 por ciento de la población tiene doble cobertura, forma parte de una cultura determinada. Está bien que el equilibrio entre los dos se transparente, pero que no vaya en detrimento del sistema público. Si el sistema público se debilita, pierde confianza y no es capaz de retener talento, tendremos un sistema de beneficencia para los pobres y un sistema para los ricos.

Los valores del profesionalismo médico están ayudando en Cataluña a que la gente aprecie cuales son estos valores dentro del sistema sanitario, como proteger a los más vulnerables, ser una herramienta de progreso y que el Col·legi esté presente en los debates que preocupan a la población. Puede que estuviéramos a contracorriente en querer que el sistema sanitario tuviera los valores de la profesión médica, pero creo que la sociedad ha reconocido, sobre todo durante el covid, esta preservación de ideario.

¿Qué consejo le daría al equipo de la candidatura de Elvira Bisbe?

Que sea leal a sí misma. La candidatura de Bisbe apuesta por construir la profesión del futuro que afronta el cambio sociodemográfico con la jubilación de una generación y viene otra con inquietudes y necesidades diferentes, un momento que solo se puede acometer si el núcleo del ideario de la profesión se mantiene, así como la continuidad de grandes proyectos que nos han hecho referencia.

¿Y en cuanto a relaciones con otros agentes del sistema?

Durante muchos años ha habido presidentes en la Organización Médica Colegial que son amigos míos, pero la OMC es antigua. En España estamos en 2025 con una realidad autonómica y la OMC se basa en una realidad provincial. Es muy difícil llevar una organización con más de 50 colegios opinando y que Barcelona y Madrid, que representan un tercio de la profesión, tienen un peso irrisorio. Se debe plantear el sentido primogénito de los propios colegios en la OMC. Hay una función representativa territorial, pero hay una función pública que es cómo haces efectiva esta garantía de buena praxis, de buen ejercicio, de control y de atender las reclamaciones.

La OMC debe ser más representativa de una realidad de la profesión que es muy diferente. Desde que estoy colegiado que se deben actualizar los Estatutos y nunca se terminan de actualizar. No puede ser que el CoMB, el colegio más importante en España, no tenga ninguna incidencia en la OMC y espero que algún día se revierta.

¿Es mejor la relación con las administraciones?

Nuestro interlocutor principal es la Conselleria, pero hemos intentado incidir también en el Ministerio en cosas que nos afectan universalmente. Lo continuaremos haciendo porque el Col·legi siempre ha intentado incidir de manera positiva y constructiva en las decisiones que deben tomar los políticos.

Durante el covid establecimos una relación muy leal con el Departament de Salut y con el Ministerio, y tenía relación directa con la consellera y el ministro Illa. Teníamos discrepancias, pero fuimos una institución leal y colaboradora para buscar soluciones. En un país con tendencia a la fragmentación, la cultura organizativa e institucional del Col·legi espero que tenga progresión y continuidad en el futuro; hará falta ver el papel de los interlocutores.

Hoy en día hay organizaciones a nivel mundial que cuestionan el Estado del Bienestar o que tengamos un sistema sanitario protector de los más débiles. Defenderlo solo dogmáticamente no nos ayudará a preservarlo; debemos hacerlo con resultados, como el aumento de la esperanza de vida y la calidad de vida. Debemos continuar siendo los agentes defensores de este modelo porque es el servicio que protege a la sociedad. Necesitamos reforzar los servicios de vigilancia epidemiológica, Salud Pública, el ámbito preventivo y una Atención Primaria cuyo modelo organizativo debe cambiar por uno equiparable al de los países europeos, en el cual los profesionales están empoderados para organizarse ellos el trabajo. Lo hemos defendido desde el Col·legi y el Cairos parece que apuesta por esta línea.

¿Qué le parece el borrador del nuevo Estatuto Marco?

Me sabe muy mal decir esto, pero creo que es un argumento que unos y otros utilizan para debatir. Lo que recoge la modificación de la Ley del Estatuto Marco lo he escuchado hace muchos años atrás. La Ley se debe aprobar en el Congreso de los Diputados y no veo un consenso político. Creo que es un debate pantalla, una cortina de humo. Es un debate que con la cantidad de problemas que tenemos no ayuda a avanzar.

Es un debate que a la ministra y a los que están en contra les interesa porque marca posiciones ideológicas, pero no nos ayuda nada a abordar los problemas que el sistema sanitario y la profesión plantean. Lo criticamos, obviamente, pero no dedicaremos más esfuerzos hasta que alguien me explique de donde saldrá el consenso político. Es una pérdida de tiempo.


"No puede ser que haya comunidades que inviertan en formación y otras en ocupar plazas"



¿Se tiene que cambiar la forma de acceder a los estudios de Medicina y el examen MIR?

Sí. Primero está el distrito universitario único. No discuto que se amplíe más, pero no tiene sentido que en Cataluña haya universidades que sepan desde el inicio que más del 70 por ciento de sus estudiantes cuando se vayan volverán a sus comunidades autónomas y la formación la estemos pagando nosotros. Sin cuestionar el distrito universitario único, si no se ponen variables, no puede ser que haya comunidades que inviertan en formación y otras en ocupar plazas.

Hay una distorsión que es pedir de manera progresiva una nota inflacionada. Mirar solo el perfil académico nos aleja del perfil de médico que necesitamos. No estamos formando ni el número ni el perfil de médico que necesitamos. Necesitamos más médicos con mirada comunitaria y generalista, que es lo que está en crisis, no la Medicina de Familia. Soy crítico con el sistema porque el resultado es que más de la mitad de médicos que hemos colegiado este año no han pasado por este sistema. Estamos pidiendo un nivel de exigencia a los que quieren hacer Medicina, resulta que no pueden, pero otros por otros sistemas menos exigentes terminan la carrera y pueden venir aquí a ejercer.

¿Qué ha impedido que los colegios médicos catalanes realicen la homologación de títulos de especialistas extracomunitarios?

Pedimos a la ministra García que nos diera las competencias. El Consell de Col·legis de Metges de Catalunya está preparado para asumir las competencias que tiene el General Medical Council para acreditar la competencia de los médicos sin título de especialista. Tenemos la organización y los dispositivos para acreditarlos. La situación actual cuestiona elementos de seguridad clínica y desigualdades territoriales. Cuanto más alejado de Barcelona, que es más atractivo, el nivel de exigencia puede ser inferior. Debemos garantizar la equidad en la calidad del sistema sanitario y la seguridad clínica en todas las poblaciones.

¿Qué respuesta le dio la ministra?

Le sorprendió. El tema demográfico ha dejado desconcertados a todos los gobernantes porque no eran conscientes. No ha habido planificación. La cantidad de médicos que necesitamos depende del modelo de organización, porque tenemos en España una de las ratios de médico por habitante más altas de Europa y necesitamos importar médicos. Nos está petando la jubilación de los 'boomers'. Si queremos optimizar los servicios se deben organizar de otra forma.

¿Confía en que el Cairos pueda influir en el Govern para acometer las medidas demandadas por la profesión médica?

Sí, confío. Con Manel del Castillo impulsamos el documento que derivó en el documento de las 30 medidas, por lo que compartimos el diagnóstico. Del Castillo merece toda mi consideración y credibilidad porque es uno de los gestores más brillantes que tiene el sistema sanitario español. Me ha parecido una medida inteligente por parte de la consellera Pané, con quien comparto la hoja de ruta, la creación de un órgano independiente del propio Govern para interpelar a todo el sector.

Los agentes políticos están muy de acuerdo, el problema es que hay inercias y los partidos deberían dejar el sistema sanitario a parte de sus conflictos. Saben que la aplicación de algunas medidas comportará sacrificios. Como Col·legi pedimos a los políticos que las decisiones se tomen en base a resultados de evaluación sobre parámetros de salud y no en base a ideologías. La seguridad clínica y la calidad deben ser básicas en la toma de decisiones. Discutir sobre la titularidad del servicio nos hace retroceder. No debemos tener miedo al cambio porque si no avanzamos nos podemos cargar la joya de la corona de España, que es la sanidad, y la herramienta que cohesiona más la sociedad. Mi crítica al Govern y a nosotros mismos es no explicar a los ciudadanos que se sientan más orgullosos del sistema sanitario y protegerlo supone estar a favor de los cambios porque si no será imposible mantenerlo.

¿Cómo pueden verse limitadas estas iniciativas sin nuevos presupuestos?

El problema principal que tiene la sanidad es la infrafinanciación crónica y, en la sanidad catalana, de origen. Debemos asegurar los recursos que necesita. También hay que tener clara la priorización de la cartera de servicios, que no puede ser ilimitada, y basarla en servicios y modelos organizativos en función de las herramientas de evaluación.

El malgasto económico me parece negligente y precisamente porque es público se debe conocer a dónde se destina. Si queremos mantener la calidad debemos tomar decisiones en función de herramientas de evaluación transparentes.


"No debemos tener miedo al cambio porque si no avanzamos nos podemos cargar la joya de la corona de España, que es la sanidad"



En la anterior entrevista dijo que tenía una cierta añoranza del ministro Illa tras su marcha. ¿Ha notado en su gestión su pasado como ministro de Sanidad?

Tenía añoranza porque agradezco el talante de un político que es capaz de sentarse y hablar, e Illa tiene esta virtud. He tenido discrepancias, pero fue muy respetuoso con quien le llamó a la puerta en un momento muy complicado como fue la gestión de la covid. Lo fácil es renegar del de arriba, pero el ministro Illa Illa tuvo una responsabilidad muy difícil. Agradezco siempre a los políticos dispuestos a sentarse y escuchar.

Desde el Col·legi defendimos la gestión de Fernando Simón cuando fue cuestionada. No estábamos de acuerdo en todo, pero si no somos capaces de empatizar con quien tiene responsabilidades, la sociedad no tendrá viabilidad a la hora de organizarse. Simón ha sido el médico que ha tenido la responsabilidad más difícil de la historia en España. Agradezco al ministro Illa y no a sus sucesores, a excepción de la ministra García, que nos escuchase.

Hasta la ministra García ha habido un vacío de criterio, nadie ha liderado el Ministerio de Sanidad. Ahora puede que tengamos demasiado 'pim, pam, pum' con el Estatuto Marco. Los presidentes de la Generalitat con los que me he podido relacionar, Mas, Torra, Puigdemont, Aragonés e Illa, hemos tenido mucha cordialidad. Me hubiera gustado tener más capacidad de influir

Dio un voto de confianza a la consellera Pané cuando fue nombrada. ¿Lo mantiene tras seis meses en el cargo?

Sí, porque el sistema sanitario necesita transformaciones a corto, medio y largo plazo. Seremos críticos cuando sea necesario, pero estamos obligados a que la consellera se salga adelante y hacer entender que la sanidad no es un gasto, aunque aglutina una tercera parte del presupuesto de la Generalitat, porque es generador de riqueza, de puestos de trabajo, de conocimiento y de docencia, con traslación en la vida de la gente. La mejor inversión de un país es tener un sistema sanitario fuerte.

¿Qué le motiva para seguir ejerciendo como médico?

Mi vocación es servir enfermos. Servir a mi país habiendo tenido el honor de representar a la profesión y sus valores ha sido un honor y privilegio. Mi vocación era hacer de médico y considero que el acto médico es de las cosas más extraordinarias que uno puede hacer. Nunca he dejado de ejercer y espero continuar mientras tenga lucidez, salud y sea competente. Mi familia y mi padre me inculcaron los valores de la profesión y he trabajado con muchos compañeros que me los han reforzado y me han ayudado a ser mejor médico y persona. Estaré a disposición de Elvira Bisbe y de su equipo.
PARA SEGUIR LEYENDO, REGÍSTRATE GRATIS ¿Ya eres premium? Inicia sesión
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.