Enrique Pita / Imagen: Pablo Eguizábal. Toledo
El nuevo Hospital de Toledo, proyectado por el anterior Gobierno de la Junta de Castilla-La Mancha, paralizado por el actual, y en actual fase de estudio para redimensionar sus características y su funcionalidad, sigue en primera línea de la batalla política entre la actual Consejería de Sanidad y el PSOE, ahora en la oposición. Enredados en una escalada de datos, parece que la única coincidencia es que Toledo necesitaba un nuevo hospital que sustituyera al Virgen de la Salud, un centro envejecido y cuya reforma integral habría sido posiblemente menos realista que la construcción de una nueva infraestructura hospitalaria.
La directora general de Gestión Económica e Infraestructuras, Amparo Carrión, ante la maqueta del nuevo Hospital de Toledo. |
A partir de ese punto, todo lo demás son divergencias y datos enfrentados. Según han asegurado representantes del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) durante una visita al complejo, “hasta que el actual Gobierno paralizó el proyecto solo se había ejecutado un 34 por ciento de la obra y el coste, que había sido adjudicado en 300 millones, se había elevado a 362 millones”. En este sentido, la directora general de Gestión Económica e Infraestructuras, Amparo Carrión, ha asegurado que “de no haber paralizado el proyecto y seguir la planificación tal y como se venía desarrollando, el coste habría sobrepasado los 500 millones”.
Carrión ha apoyado su crítica al anterior Gobierno en datos que desde el actual Ejecutivo se han venido difundiendo: el “lujo” de la caseta de obras, que según Carrión tuvo un coste de casi cuatro millones; los acabados “innecesarios”, como “azulejos portugueses, zócalos de mármol o el equipamiento de los baños del hospital”; los cerca de 500 despachos proyectados, “370 para facultativos y 124 de carácter administrativo”; la superficie acristalada; los 13 accesos desde la calle; y, todo ello, con su correspondiente “gasto de mantenimiento”.
Por otra parte, la directora general de Gestión Económica e Infraestructuras ha criticado la poca “operatividad” de algunas zonas del hospital. En su opinión, las distancias entre las distintas áreas dificultan el trabajo diario y complican la usabilidad. Además, ha calificado algunas soluciones arquitectónicas como “desmedidas”. En todo caso, las intenciones del actual Gobierno son redimensionar el Plan Funcional del Hospital. “Se está estudiando qué usos son necesarios y cómo aprovechar lo que tenemos”, ha asegurado Carrión. En este sentido, la directora general de Gestión Económica e Infraestructuras no ha precisado datos sobre el futuro asistencial de las distintas áreas del hospital y se ha remitido a las palabras del consejero, José Ignacio Echániz, que ha venido desgranando algunos datos sobre el número de quirófanos o habitaciones con las que contará el centro.
Al fondo, el futuro bloque de hospitalización del centro. |
Discrepancias sobre la financiación
Uno de los aspectos que ha estado en el centro del conflicto entre el Gobierno de María Dolores de Cospedal y la oposición en el marco de este proyecto ha sido el de la financiación. Desde su llegada, el actual Ejecutivo ha criticado largamente el coste económico de la construcción del nuevo hospital de Toledo. En este sentido, desde la dirección general que dirige Carrión se ha señalado que el Banco Europeo de Infraestructuras (BEI) “no se encontraba cómodo ante los distintos modificados y los retrasos sufridos por el proyecto”. Así, las mismas fuentes señalan que “después de un año de estudio, el BEI ha decidido continuar apoyando la construcción del hospital”. En todo caso, el proceso ahora pasa por una nueva licitación que permitirá a las constructoras que presenten soluciones “funcionales” para las nuevas necesidades definidas por la Junta.
Esta situación ha sido fuente de enfrentamiento. Así, en su edición del pasado 25 de julio Redacción Médica publicaba una carta remitida a este periódico por el exconsejero de Sanidad, Roberto Sabrido, actual secretario de Sanidad de la Ejecutiva Regional del PSOE de Castilla-La Mancha, y el portavoz de Sanidad del Grupo Socialista en las Cortes castellanomanchegas, Fernando Mora, en la que defendían el proyecto del anterior Ejecutivo y aportaban su visión de los hechos, en especial en lo que se refiere a la financiación, y calificaban algunas de las declaraciones del actual Gobierno de “propaganda política”. Así, ambos dirigentes socialistas ponían en entredicho el sobrecoste denunciado por la Junta y criticaban que el plan que diseña la Consejería “es de las mismas proporciones que el actual Virgen de la Salud, que fue diseñado hace 39 años para la población de la época”.