Redacción. León
García Prieto. |
La Consejería de Sanidad ha puesto en marcha un programa de clasificación de la población enmarcado dentro de la Estrategia de Crónicos y basado en la identificación de la situación actual y de las necesidades futuras de cuidados sanitarios, a partir del nivel de complejidad y morbilidad de los pacientes.
Clasificar a los pacientes en función de su morbilidad en base a las patologías más prevalentes y seleccionar a aquellos que tienen necesidades y patologías similares, de manera que se favorezca una atención integrada, es la finalidad que persigue la Consejería de Sanidad con la puesta en marcha de su programa ‘Estratificación de la población y su aplicación en el proceso de atención a la cronicidad’.
Para ello, a través del trabajo con bases de datos de Atención Primaria, Atención Especializada y Farmacia, se ha diseñado una pirámide poblacional dividida en cuatro Grupos de Riesgo Clínico (CRG), que se facilita como documento adjunto.
A través de esta división, se pueden planificar y definir intervenciones para determinados grupos de pacientes adecuadas a sus necesidades y nivel de riesgo, y de esta manera se ayuda a los profesionales sanitarios a intervenir de manera proactiva a sus potenciales pacientes. Con ello se consigue realizar un análisis integrado de todos los ámbitos y actuar en función de la relevancia clínica de cada uno de estos grupos, y se alcanza un conocimiento más profundo del perfil clínico de la población.
Datos obtenidos a través de estratificación. |
Así, para los pacientes incluidos en el G0 se llevarán a cabo labores de promoción y prevención primaria con control de factores de riesgo, mientras que para aquellos que se encuentren en el G1 se atenderá y controlará el proceso clínico en el marco de la Atención Primaria y se promocionará la responsabilidad de los pacientes en el cuidado de su problema de salud.
La atención a las personas que se encuentren en el G2 se llevará a cabo también desde Primaria, pero con apoyos puntuales de los médicos de Atención Especializada, y se insistirá en su propia responsabilidad y en la de sus familiares para cuidar su problema de salud. Y, finalmente, aquellos pacientes incluidos en el G3 tendrán atención y control de su proceso tanto por parte de la Atención Primaria como de la Especializada, mediante la gestión de procesos y casos, con la participación de los recursos sociales en cualquiera de sus ámbitos.
Los CRG son, pues, un sistema que permite identificar tanto el estado de salud de los individuos de una población asignada como predecir su consumo de recursos mediante la integración de toda la información clínica –contactos del paciente con el sistema sanitario, número de ingresos hospitalarios o consumo farmacéutico, entre otros factores-. Cada paciente es ubicado en un único grupo excluyente de riesgo, que relaciona las características históricas, clínicas y demográficas de éste con la cantidad y el tipo de recursos sanitarios que el individuo consume en un determinado periodo.
En la tabla 1, que se adjunta, se pueden observar algunos de los datos que se obtienen a través de esta estratificación.
Para los gestores es una herramienta útil para la planificación y diseño de diferentes niveles de intervención; para los profesionales es una información clave en la toma de decisiones clínicas y terapéuticas, y el paciente es el principal beneficiario ya que permite un mejor manejo de la enfermedad, con la consiguiente mejora en los resultados en salud.
G2 y G3, 58 por ciento de los ingresos
Con esta información integrada (mas de 40 millones de datos clínicos registrados), sabemos que el 81 por ciento de la población ha tenido al menos un contacto con el sistema sanitario público en un año. También ha permitido conocer que los pacientes incluidos en G2 y G3, el 13 por ciento de la población castellano y leonesa, son los que tienen mayor riesgo de hospitalización llegando al 58 por ciento de los ingresos. Si nos centramos en el grupo G3, hay que destacar que la tasa de ingreso por cada mil habitantes es 13 veces mayor a la tasa media de Castilla y León.
Identificar a los pacientes con mayor grado de complejidad permite poner en marcha estrategias e intervenciones con las que se consigue un mejor control y seguimiento de estos pacientes, realizar tratamientos preventivos proactivos, así como establecer vías de comunicación y atención compartida entre Atención Primaria y los hospitales.
En Castilla y León, según los datos estudiados a partir de las tarjetas sanitarias, a fecha 1 de enero de 2013, los Grupos de Riesgo Clínico quedarían distribuidos tal y como se indica en la tabla 2.
Y, por áreas de salud, la distribución de estos CRG sería la señalada en la tabla 3.
También se puede obtener información de una patología concreta (cardiopatía isquémica crónica, diabetes, EPOC…) o de varias patologías asociadas (diabetes, obesidad, hipertensión…), clasificadas según el estadio, gravedad y complejidad de la enfermedad, permitiendo diseñar una estrategia específica por proceso. Algunos ejemplos en la tabla 4.