Redacción. Valladolid
La Consejería de Sanidad ha presentado este miércoles en una jornada dirigida a los profesionales la estrategia ‘Código infarto de Castilla y León’, con el objetivo de reducir la mortalidad por infarto de miocardio un 30 por ciento y los reingresos un 50 por ciento. La puesta en marcha de este protocolo conllevará la coordinación de los servicios de urgencias del sistema sanitario, extra e intrahospitalarios, con las unidades coronarias y de hemodinámica.
Antonio Sáez Aguado.
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Actualmente, el infarto agudo de miocardio constituye uno de los principales problemas de salud pública. En 2012, de las 28.259 muertes que se produjeron en Castilla y León, 1.287 fueron causadas directamente por infarto, es decir, un 4,5 por ciento del total. Además, según datos de la Sociedad Española de Cardiología, un 7,5 por ciento de los pacientes que son ingresados con un infarto de miocardio fallece en el hospital, y otro 7 por ciento reingresa antes del primer mes.
La estrategia ‘Código infarto’ pretende establecer un procedimiento de actuación e intervención coordinado como herramienta de gestión asistencial del infarto agudo de miocardio, así como reducir el tiempo desde la solicitud de asistencia, por parte del paciente, hasta que se establece el diagnóstico correcto y la intervención más adecuada. Asimismo, otro de los objetivos es incrementar el porcentaje de pacientes que reciben un tratamiento de reperfusión –que sirve para eliminar la obstrucción de las arterias, ya sea de forma mecánica (angioplastia percutánea) o farmacológica (administración de un fármaco conocido como fibrinolítico)-.
Para ello, el Código Infarto establece una guía de actuación que incluye los criterios diagnósticos y medidas generales de asistencia a los pacientes con infarto así como las indicaciones de reperfusión. Además, se establecen diversos circuitos de atención desde la aparición de los primeros síntomas, el primer contacto médico, la actuación de los servicios de emergencia extrahospitalarios, la de los hospitales de referencia y la de aquellos que disponen de unidades de hemodinámica. También se incorporan diversos circuitos de retorno del paciente estable y las funciones de cada uno de los dispositivos y niveles asistenciales.
En este código se establecen los tiempos máximos recomendados en cada una de las actuaciones: 10 minutos desde el primer contacto con un médico hasta la realización del electrocardiograma, máximo de 30 minutos has la administración de la fibrinólisis, menos de 120 minutos para la realización de la angioplastia primaria cuando esté indicada y otros tiempos recomendados en relación con el traslado entre centros y unidades de emergencias.
Por último, con la puesta en marcha de esta estrategia se crea un registro que recogerá los datos esenciales del diagnóstico y los tiempos de asistencia, tratamiento, complicaciones y mortalidad de los pacientes tratados en la Comunidad. Se define una serie de indicadores de calidad básicos que permitirán evaluar los resultados de la atención y mejorar el funcionamiento de esta estrategia.
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