Alejandro Vázquez es la nueva cara de la sanidad de Castilla y León. Asegura que no esperaba su reciente nombramiento y que
nunca había tenido como objetivo ser consejero de Sanidad. "Pero
si te llama el presidente para asumir el reto no puedes decirle que no", afirma. En esta entrevista concedida a
Redacción Médica, el dirigente analiza el presente de la sanidad regional y no se esconde a la hora de abordar retos de futuro, desde la gestión de la pandemia al problema de recursos humanos en los sistemas sanitarios de zonas menos pobladas, a pesar de estar ante un mandato marcado por la convocatoria electoral del próximo mes de febrero. De la mano de los castellanoleoneses y del propio presidente de la Junta estará su continuidad.
En el juego de la democracia las urnas son las que deciden.
¿Cómo se enteró de que iba a ser el nuevo consejero de Sanidad de la Junta de Castilla y León?
Me llamó por teléfono el presidente Alfonso Fernández Mañueco unos instantes antes de hacer pública la convocatoria de elecciones anticipadas. Me dijo que acababa de firmar el decreto de disolución de las Cortes y que
contaba conmigo para la Consejería de Sanidad. La verdad es que no me lo esperaba. Nunca había tenido como objetivo ser consejero de Sanidad, pero si te llama el presidente no puedes decir que no.
Después de las próximas elecciones en febrero, y suponiendo que el Partido Popular vuelva a constituir gobierno en la Junta de Castilla y León, ¿seguiría como consejero de Sanidad?
Estoy a disposición de lo que diga el presidente, de quien es prerrogativa la composición del Gobierno.
"La verdad es que no me lo esperaba. Nunca había tenido como objetivo ser consejero de Sanidad"
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¿Cómo ve usted la política en sanidad?
Hablé con ella el mismo día del nombramiento. Los dos somos médicos, por eso con ella estuve hablando de los avatares políticos y sobre cómo estaba la situación a nivel sanitario. Ambos comprendemos lo que puede sentir un consejero de Sanidad en estos momentos. Conversamos manteniendo las buenas formas y todo el sentido.
"Hay medidas que se deben tomar desde el consenso y que no deben ser objeto de la lucha política"
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El consejo que Casado le da a usted es que trabaje por la sanidad, por la salud y que no haga demasiado caso a los ataques políticos de política pequeña. ¿Recoge el guante?
Por supuesto. El cargo de consejero de Sanidad es un cargo político. La política crea el marco general de acción, pero se debe trabajar en lo técnico y precio, así como en mejorar la atención a los ciudadanos. La pandemia, en este sentido, está condicionando mucho la forma de trabajar.
Los MIR, los nuevos médicos, no eligen la Castilla y León para desarrollar su actividad profesional. En 2021 Ávila, Zamora, Segovia, Soria y Palencia ven como ningún MIR las elige para realizar su especialidad. ¿Qué es lo que pasa? ¿Qué puede hacer la Junta para hacer más atractiva la región?
Este es un problema con muchas variables. La primera de ellas es que en las dos facultades de Medicina que tenemos en Castilla y León, el 75 por ciento de los alumnos de primer curso son de fuera de la comunidad. Esto nos condiciona mucho, porque son personas que no tienen una vinculación con la región, por lo que muchos prefieren hacer la residencia en otros territorios.
Por otro lado, necesitamos una Evaluación para el Acceso a la Universidad (EVAU) única. Los estudiantes de Castilla y León lo tienen más complicados que los de otros territorios que lo tienen más fácil para acceder a los grados de ciencias de salud y no perder estudiantes.
También tenemos que
trabajar en ofrecer mejores condiciones retributivas y laborables en nuestro territorio para hacer más atractivo los puestos de trabajo. Y esto es competencia de la Consejería de Sanidad. No podemos luchar contra la no vinculación con el territorio de modo directo, pero si hacer que nuestros hospitales sean más atractivos para atraer MIR.
¿Cómo consigue un hospital ser más atractivo para los MIR?
Tenemos que abrir plantear debates en la comunidad, que tiene una dispersión geográfica muy particular. Hay que convencer de que la Medicina rural es una Medicina que merece la pena practicarse y en los hospitales aumentar la comunidad docente, para lo cual
es muy importante tomar como medida que nuestros tutores docentes estén bien reconocidos, tanto económicamente como con otras medidas, porque sin tutores no hay docencia.
"No me negaría a estudiar que vuelta se le puede dar al modelo MIR para hacerlo más atractivo"
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No solo eso, el MIR pierde atractivo: es el cuarto año seguido con menos candidatos a examen. ¿Hay que repensar el actual modelo de formación sanitaria especializada?
El modelo MIR es un buen modelo, pero el problema es que desde su creación apenas ha variado nada, y la sociedad evoluciona. Nada es perfecto. La sociedad de ahora no se parece nada a la de hace tres décadas cuando empezó el MIR. La mentalidad de un joven de entonces no es la misma que la que puede tener uno de ahora. No me niego a estudiar con expertos qué vuelta se le puede dar al modelo para hacerlo más atractivo.
Recientemente, el Gobierno autorizó de forma excepcional y transitoria a las CCAA la contratación de profesionales sanitarios extracomunitarios para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19. ¿Usted vería con buenos ojos la exención del requisito de nacionalidad para todas las categorías médicas deficitarias y no solo para luchar contra el covid?
Tenemos alrededor de 18 categorías deficitarias. Según un estudio de la Organización Médica Colegial (OMC), en los próximos años esto se agravará, no solo en la sanidad rural. Por eso, desde la Cortes de Castilla y León se instó al Gobierno de España, y al igual que también lo han hecho Alfonso Fernández Mañueco y Verónica Casado, a crear una convocatoria extraordinaria MIR, aumentar el número de plazas MIR en categorías deficitarias utilizando la máxima capacidad del sistema. También
que se agilice la homologación de títulos extracomunitarios.
Necesitamos la mejor calidad en nuestro sistema sanitario, y para lograrlo hay que agilizar la inclusión de profesionales extracomunitario con título homologable para que pueda trabajar cuanto antes. Se requiere agilidad para hacerlo. En Castilla y León y, debido a la extensión de la región, tenemos una Atención Primaria muy diseminada con problemas de plantillas. Castilla y León tiene más superficie que Portugal, lo que nos obliga a levantar un dispositivo de cobertura asistencial para el cual ahora no tenemos profesionales suficientes. Estas medidas son óptimas siempre que se mantenga una garantía de calidad en la homologación.
La ley para la estabilización de empleo temporal en la Administración Pública, también conocida como la ‘Ley Iceta’, está siendo un quebradero de cabeza en sanidad. ¿Castilla y León ha realizado algún avance o está a la espera de indicaciones por parte del Gobierno central?
Lo que no puede hacer el Gobierno de España es lanzar un globo sonda.
Estamos esperando a ver qué sucede con la normativa nacional. Las comunidades tenemos que esperar a la postura del Gobierno para seguir con nuestros procesos de estabilización de empleo en sanidad. Pero ahora mismo no sabemos a qué atenernos. Dar pasos en esta materia de manera descoordinada puede generar confusión entre las personas que están esperando a obtener plaza.
Esta realidad es un vaso comunicante. Lo que haga una comunidad afectará a otras. La labor del Gobierno en sanidad, que está transferida a las comunidades autónomas, es realizar una labor de coordinación. El Gobierno tiene que ser consecuente y dejar clara la normativa en la que nos tenemos que basar.
"Ómicron genera muchas incertidumbres. Vienen semanas duras"
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¿Cuál es la hoja de ruta para seguir avanzado en la implementación de las terapias avanzadas CAR-T en Castilla y León?
Castilla y León cuenta con 14 hospitales para apenas 2,5 millones de personas, lo cual es una ratio muy elevada. Esto tenemos que saber cómo gestionarlo. La Medicina personalizada y de terapias avanzadas pasa por ello.
Hay quien dice que quizá la amenaza más grande está posicionada en Atención Primaria. ¿Cómo le gustaría abordar la problemática de la Atención Primaria? ¿Cuáles cree usted que son los principales desafíos?
En la
Atención Primaria se encuentra el talón de Aquiles de la sanidad. Los profesionales sanitarios de este nivel nunca han tenido una motivación importante a nivel de condiciones, sueldos y conciliación. No se han visto con sus expectativas profesionales satisfechas. El sistema, evidentemente, está condicionado por el hecho de que le trabajo lo hacen médicos y enfermeras, aunque la tecnología es importante.
Hay que dotar a la Primaria de mayor capacidad de resolución. También disminuir los cupos, aunque es complicado si faltan profesionales, para contar con al menos 10 minutos por consulta. Esto crea una insatisfacción que es la pescadilla que se muerde la cola. Si no tenemos médicos no podemos disminuir los cupos, si no disminuimos los cupos la gente no se siente satisfecha con su ejercicio profesional, por lo que no tiene fácil solución.
Por último, ¿cómo afronta Castilla y León la sexta ola del Covid? ¿Cuáles son los principales desafíos que ha supuesto Ómicron respecto a otras variantes?
Ómicron genera muchas incertidumbres. De momento sabemos que tiene una transmisión explosiva, pero no sabemos qué sucede con quien no están vacunados, a quienes parece que pone en una situación complicada. Tampoco está demostrado aún que sea menos patógeno que la variante Delta.
La situación ahora mismo es complicada. El primer reto quitarle presión a la Atención Primaria y, por supuesto, estudiar su comportamiento en hospitales y UCI. Vamos a pasar unas semanas muy duras. Por eso, tenemos que derivar todos nuestros esfuerzos a atender los estragos de la pandemia.