Exterior del Idival, en Santander.
26 dic. 2017 13:30H
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El Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y el Instituto de Investigación Sanitaria Valdecilla (Idival), organismo dependiente de la Consejería de Sanidad de Cantabria, han participado en un estudio internacional que ha concluido que la presencia de la proteína amiloide beta en el cerebro se asocia a una peor memoria en personas sin demencia.
El estudio, impulsado por el consorcio internacional ‘Amyloid Biomarker Study Group’ con la participación de la Unidad de Deterioro Cognitivo a través de los investigadores Pascual Sánchez-Juan y Eloy Rodríguez, se ha llevado a cabo a través de test cognitivos a más de 7.000 personas sin demencia a las que se ha determinado la presencia de la proteína amiloide beta en el cerebro.
Las conclusiones del trabajo, publicadas en la revista JAMA Psychiatry, han reflejado que la presencia de esta proteína en el cerebro se ha asociado con peores puntaciones en los test de memoria. De acuerdo con estos resultados, las personas portadoras de esta proteína tienen el doble de probabilidades de presentar problemas de memoria que otra persona de su misma edad, lo que ha reforzado la hipótesis de que buena parte de los problemas de memoria relacionados con la edad podrían estar determinados por la presencia de esta proteína en el cerebro.
La participación en este estudio se ha enmarcado dentro de las líneas de actuación de la Unidad de Deterioro Cognitivo de Valdecilla y del Idival, que participa desde hace siete años en múltiples proyectos de investigación orientados al diagnóstico precoz de la enfermedad de Alzheimer.
Pascual Sánchez-Juan ha explicado que hoy en día se puede determinar si una persona presenta esta proteína en el cerebro “bien mediante técnicas de medicina nuclear como el PET cerebral o estudiando los niveles de amiloide beta en el líquido cefalorraquídeo extraído mediante punción lumbar”.
Precursor del alzheimer
Ha destacado que el depósito de la proteína amiloide beta en el cerebro es una característica esencial de la enfermedad de Alzheimer y que su aparición se produce décadas antes del inicio de la patología. En este sentido ha calificado como “esencial” lograr un mejor conocimiento de los estadios iniciales del alzhéimer para detectar lo antes posible a las personas en riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Según ha señalado, “la modificación del proceso patológico de la enfermedad de Alzheimer antes de la aparición de los primeros síntomas podría constituir la principal medida para disminuir el impacto de las demencias”.
De la misma forma que se toman fármacos para bajar el colesterol y prevenir la patología cardiovascular, la administración de tratamientos contra el alzhéimer en personas en riesgo de desarrollar esta enfermedad podría retrasar o prevenir su aparición, ha asegurado.
Sánchez-Juan ha estimado que retrasar dos años el inicio de la demencia permitiría conseguir sustanciales beneficios de salud pública, económicos y sociales. Si se pudiese retrasar cinco años la prevalencia se reduciría a la mitad, ha resaltado.
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