Exteriores del Hospital de La Línea.
“Tenemos miedo, las
agresiones verbales son frecuentes y las físicas cada vez lo son más”.
Inmaculada Castillo es enfermera. Trabaja en el Hospital La Línea, el centro donde
pegaron una paliza a una auxiliar de Enfermería, amiga suya, la semana pasada. Un lugar donde aparte de la Medicina, se ejerce el
matonismo por parte de algunos pacientes.
“Ten cuidado, te conozco, sé dónde vive tu familia… Son algunas de las lindezas que escuchamos habitualmente”, señala Castillo. La enfermera asevera que Urgencias es el
punto de mayor fricción entre sanitarios y pacientes: “Donde se producen con frecuencia estos episodios es en Urgencias, concretamente durante el triaje”, explica en conversación con
Redacción Médica.
También lo corrobora
José García, delegado del sindicato del hospital y médico en este centro de La Línea: “En las últimas semanas las agresiones, un hecho que antes ocurría de forma esporádica,
se han convertido en el día a día de los profesionales de este centro”, señala.
Según Castillo, los protagonistas de los altercados y las agresiones son “un
grupo minoritario de La Línea, que son los que más se hacen notar”. La enfermera opina que “es una pena” que su ciudad “solo aparezca en las noticias por eventos de violencia y agresión”.
"Donde se producen con más frecuencia estos episodios es en Urgencias, concretamente durante el triaje"
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Precisamente, a principios de febrero, el hospital volvía a ser noticia por un suceso inaudito. Una
veintena de encapuchados accedieron al centro y se llevaron a un miembro de su banda de narcos que había sido ingresado por la propia Policía al sufrir un accidente de moto en plena persecución.
“Cuando vinieron las televisiones, alguno de esos encapuchados te amenazaba fuera del hospital. ‘
Cuidado con lo que dices en la tele’, te decían”, cuenta Castillo. La sanitaria ha vivido otros episodios de violencia que no han trascendido a los medios de comunicación. Por ejemplo, hace un año, a un compañero enfermero le dieron un puñetazo en la zona de triaje.
En esta línea, García señala que “solo aparecen en los medios las agresiones físicas, pero
las verbales se dan cada día”. Así, explica que la frase ‘para eso pago y me tiene que ver porque usted es un mandado por mí’ es una constante en este hospital.
"Se le ha dicho al usuario que el hospital es suyo"
Ante estas situaciones, la Junta de Andalucía ha
aumentado el número de vigilantes. “Antes había dos o tres y ahora llegan a ser hasta ocho”, explica García. “Esto ahora parece una
cárcel más que un hospital”. El delegado del sindicato médico se muestra preocupado por los trabajadores: “La gente
está nerviosa porque teme que estos episodios de agresiones vayan a más”, añade.
Este médico de La Línea manifiesta que la política sanitaria que está llevando a cabo la Consejería en el campo de Gibraltar “no es la adecuada”. Señala que “se le ha dicho al usuario que el hospital es suyo, que puede entrar cuando le dé la gana, que los profesionales son gente pagada por ella y que por tanto
son los dueños de la sanidad”. Y esto “no es así”. En este sentido, García cuenta que “lo peor es que la persona que exige es al que se le atiende antes, a pesar de que haya gente delante que ha respetado la espera lógica”.
Castillo denuncia que la situación ha ido a peor desde que se incluyó al hospital en el área de gestión del Hospital de Algeciras. “A raíz de esta unión, La Línea ha pasado a ser
un centro menor, con menos recursos y profesionales, algo que supone que ofrezcamos una
calidad asistencial peor a nuestros pacientes”, apunta. Sin embargo, también considera que nada justifica las agresiones a los personales sanitarios.
Las propuestas de los sanitarios para evitar estas situaciones
Los profesionales del Hospital de La Línea piden que se tomen
medidas para evitar las agresiones que están recibiendo de manera constante en este centro.
Castillo destaca la necesidad de la
aplicación de los protocolos de actuación en caso de agresión a sanitarios ya que “a pesar de que tras lo que sucedió con los encapuchados se decidió establecer uno, no ha sido puesto en funcionamiento hasta después de la agresión a la auxiliar de enfermería la semana pasada”.
Por su parte, García propone la creación de un
comité paritario en el que profesionales sanitarios y administración trabajen conjuntamente para tomar medidas relacionadas con la seguridad. Asimismo, señala la necesidad de
controlar la entrada de Urgencias porque “se ha convertido en un área de paso para los usuarios y la gente no tiene respeto por nada”.
Por último, “
quien lo hace, lo paga”, señala García, porque “no es lógico que se condene a un agresor a un año de cárcel –que no va a cumplir- o a pagar una multa de 300 euros. Habrá que legislar de manera que el agresor cumpla una condena acorde a sus hechos para que estos no vuelvan a producirse”. Pero, lo fundamental, es “
enseñar al público que no puede hacer lo que le dé la gana en el hospital”, concluye.
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