"Desarrollar especialidades enfermeras evitaría la fuga de talento de Jaén"

Antonio Álamo fue proclamado el martes 9 de junio presidente del Ilustre Colegio de Enfermería de Jaén (Icoej). El enfermero se pone al frente del organismo tras más de tres décadas de gobierno de José Francisco Lendínez. Precisamente, el año en el que se graduó el actual número uno del organismo fue el primero que encabezó la institución el anterior directivo, cuya primera legislatura arrancó en 1994. 

El recién instaurado presidente salió de las aulas de la Universidad de Jaén y dedicó buena parte de su vida laboral a los servicios de Urgencias y Cuidados Críticos. Trabajó en la UCI del Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla, pero también en otros rincones de España, antes de conseguir su plaza en el Hospital Alto Guadalquivir de Andújar (Jaén). El sanitario ha estado ligado al cuidado de pacientes, pero también a la supervisión, gestión y coordinación en distintas áreas de salud. Su próximo paso es el Icoej.

¿Por qué decidió presentarse a las elecciones a la presidencia del Colegio de Enfermería de Jaén?

Fue una suma de varias cosas. Por un lado, contar con más experiencia y formación. Por otro, el empuje de varios compañeros que me animaban a mí y mi equipo a presentarnos, con la misión de implementar cambios en el organismo para hacerlo más cercano a la profesión y sus miembros y también buscar soluciones a todo lo que afecta a la Enfermería en nuestra provincia, con sus peculiaridades e idiosincrasia. Después de unir todo esto, nos parecía el momento idóneo para intentar lograr la presidencia. 

Obtiene el cargo tras 30 años de José Francisco Lendínez al frente. ¿Cómo planteó la campaña?

Han pasado muchísimos años en los que no se habían presentado candidaturas o habían tenido dificultades para poder presentarse. En tres décadas no había habido procesos electorales, por lo que este era un melón sin abrir en Jaén. No sabíamos muy bien que nos íbamos a encontrar.

Por ello, este último mes, desde que se presentó la candidatura hasta que culminó el proceso electoral el 28 de junio, nos hemos dedicado a viajar por toda la provincia en nuestro tiempo libre y días de asuntos propios para poder conocer todos los rincones de la provincia. La misión era conocer el sentir de todos los compañeros y compañeras de profesión.

El día de las elecciones, que además fue festivo, acudió muchísima gente a votar. La respuesta fue fabulosa, sobre todo cuando en estos procesos la participación es más bien corta. Luego, ver que nos había apoyado el 60 por ciento de los votantes fue algo muy bonito, cargado de responsabilidad, pero también de ilusión. 

Habla de modificaciones como hoja de ruta, lo que hace suponer un mandato rupturista con los de Lendínez...

Al final, 30 años dan para mucho, tanto bueno como malo. Nuestra intención es preservar toda la parte buena, como en cualquier institución, y mejorarlo, a la vez que cambiar lo que consideremos que no ha estado tan bien.

Entre las muchas líneas de trabajo, una de las principales es traer el Colegio de Enfermería al siglo XXI, hacerlo más accesible y transparente. Que se pueda encontrar rápidamente todas las aportaciones que hace el organismo y cómo organiza sus recursos y servicio, mediante la publicación de su auditoría interna. Que cualquier colegiado pueda beneficiarse de cualquiera de las facilidades que ofrece la institución, independientemente de lo lejos que esté. También que desde la presidencia podamos solventar cualquier consultar con solo un clic.

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"Tenemos que hacer el Icoej más accesible y transparente"

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Además, queremos impulsar el uso de nuevas tecnologías, por ejemplo, informar a nuestros compañeros y compañeras sobre el uso de la Inteligencia Artificial. Asimismo, tener la posibilidad de implementar esta herramienta en nuestros propios servicios, para mejorar la atención a todos los miembros de la profesión enfermera. 

También queremos facilitar una formación normalizada y consensuada, que los enfermeros sientan que es actual y cumpla con sus demandas y necesidades. Que les permita obtener acreditaciones de alto nivel y mejorar su posición dentro del sistema laboral. 

Y, por supuesto, ensalzar el valor de nuestra provincia. Ser conscientes de la calidad científico-técnicos de los profesionales jienenses y su proyección nacional e internacional. Por ello, hay que luchar por el reconocimiento y desarrollo definitivo de las especialidades de Enfermería, las cuales mejorarán el reconocimiento social y retributivo de la plantilla. Sin duda, hay muchas vías por explorar y mucho por hacer. 

Más allá de los ámbitos en los que va a trabajar. ¿Cuáles son las necesidades de las enfermeras de Jaén?

El gran problema son las condiciones precarias a las que se enfrentan las profesionales en esta provincia. Para que quieran quedarse, se tiene que incrementar la duración de los contratos, para que puedan desarrollar su carrera en el tiempo sin ningún tipo de sobresalto. Esto mismo también mejoraría la relación con los pacientes, ya que favorecería a una mejora de los cuidados. 

Además, hay que potenciar el desarrollo de las especialidades enfermeras en toda España. No solo porque ensalzan la eficiencia y la calidad de los cuidados, sino porque favorecen a que las profesionales se queden en la provincia al garantizarse su plaza. Esto evitaría la fuga de sanitarias y por ende de talento de nuestra tierra. Si el avance es desigual, al final muchas jienenses se acaban marchando a hospitales con más servicios y recursos. Una dinámica que, por desgracia, conocemos bien. 

Creo también que sería importante que se avanzase en la creación de la ley de seguridad del paciente. Esta permitiría establecer de una forma más adecuada la relación entre enfermeros y pacientes en cuanto a la ratio. Esto nos otorgaría una plantilla más amplia y ayudaría a que el Sistema Nacional de Salud (SNS) no se saturase. Incluso, podría generar una mayor demanda formativa, lo que se traduciría en más matriculados en el grado en Enfermería de la Universidad de Jaén. Aunque esto último habría que estudiarlo con los órganos competentes y saber dónde se necesitan más sanitarias y que facultades se tienen que aumentar el número de admitidos. Lo que está claro es que está muy por debajo del número de profesionales que se requieren en la provincia y el país en general.

¿Considera que la profesión enfermera está infravalorada?

Pese a que cada vez somos más reconocidos, todavía se nos mira muy por debajo de lo que realmente somos. La sociedad nos sitúa como la profesión mejor valorada del ámbito sanitario, pero necesitamos que las Administraciones traduzcan esta opinión positiva en mejorar laborales y económicas, a la altura de nuestro compromiso y preparación. Por ejemplo, subir nuestra categoría a A1 en el SNS ayudaría, ya que nos colocaría en el nivel en el que tenemos que estar por nuestro trabajo. 

Necesitamos que nos apoyen a nivel institucional para alcanzar el desarrollo que merece esta profesión. Hace falta un plus más y un poquito más de compromiso con lo que se nos ha ido "vendiendo" en los últimos años y que finalmente no se ha cumplido. Entonces, entiendo que hay mucho trabajo todavía por hacer y mucho por reconocer a la Enfermería. 

¿Cómo le gustaría acabar la legislatura?

Después de 30 años, nos gustaría instaurar que no se pudiese estar más de 10 en los cargos, porque entendemos que el acomodamiento siempre es perjudicial para la profesión. Por supuesto que se nos recordará como el equipo que cumplió lo que prometió y devolvió el Colegio a los colegiados. Al final lo que importa no es quien entra o sale de la institución, sino que queda en ella. Y lo que tiene que permanecer es que el organismo esté en manos de los enfermeros.