Horace Owiti Opiyo, cuando padecía elefantiasis escrotal (Barcroft).
2 dic. 2017 16:10H
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Con una bolsa escrotal que pesaba cinco kilos y un pene de un metro de largo, Horace Owiti Opiyo, un joven keniata de 20 años, era hasta hace poco el hombre con los genitales más grandes del mundo. Un honor que le causaba más dolores que otra cosa, ya que le era casi imposible realizar tareas cotidianas como sentarse o caminar sin que le afectase. Ahora, tras una cirugía, ha vuelto a llevar una vida normal.
Padecía elefantiasis escrotal, una rara enfermedad provocada por la picadura de un mosquito. En 2006, cuando tenía sólo 10 años, notó por primera vez una inflamación exagerada en sus genitales. Sin embargo, los médicos a los que acudió le descubrieron un quiste y le intervinieron para extirpárselo. Sin embargo, el crecimiento anormal de su pene y sus testículos continuó en los siguientes meses, lo que terminó obligándole a dejar la escuela.
Esta enfermedad está provocada por la inyección de las larvas del mosquito en el torrente sanguíneo, bloqueando el sistema de drenaje del cuerpo. Como resultado, su pene y sus testículos se hincharon de manera desproporcionada acumulando líquido en su interior.
Sin suficiente dinero para costearse una operación, se recluyó en su casa, incapaz de andar grandes distancias por culpa de los dolores que empezó a padecer. "Le dije a mi abuela que me había infectado de una enfermedad, pero no estaba seguro de qué se trataba. Podía ser una maldición. Sabía que no era obra de Dios, sino del diablo", aseguraba el joven en una entrevista a The Mirror.
Por suerte, la ayuda de un vecino resultó clave para que el joven pudiese operarse. A través de Facebook, difundió unas fotos que evidenciaban su enfermedad y el mensaje, que se hizo viral, fue leído por Olivia Ranguma, esposa del gobernador de la ciudad keniana de Kisumu, quien intercedió para que un médico lo ayudase.
En el Hospital Jaramogioginga Odinga de Kisumu, le dijeron que la enfermedad que padecía era elefantiasis escrotal. Le sometieron a dos operaciones: una para reducir el volumen del escroto y otra para reconstruir el pene. "Nos centramos en localizar y colocar los testículos en el lugar que le corresponden. Luego, tratamos de eliminar el exceso de tejido, piel, carne y grasa alrededor y reconstruir el eje del pene para que pudiera ser visible", explicaba Dan Raburu, uno de los médicos que lo atendieron, al Daily Mail.
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