La primera vez que un médico salva a un paciente supone una de sus experiencias más emotivas.
Todo médico guarda en su memoria la primera vez que, gracias a su intervención,
consiguió salvar una vida. Es cierto que tener que dar una mala noticia sobre un diagnóstico es la peor parte del trabajo, pero también hay momentos donde la
alegría y la emoción inundan las consultas tras conseguir que una persona grave salga adelante y pueda
volver con su familia. Unas experiencias que pesan mucho más en la balanza que los momentos negativos que pueden vivir en su día a día los facultativos, y que ayudan a recordar los motivos de por qué estudiaron
Medicina.
María Aparicio, R1 de
Oncología, recuerda una de las
experiencias más emotivas que vivió estando de guardia en Urgencias y que aún permanece en su retina. “Es uno de los casos que más me ha marcado”, ha afirmado esta médica en una
publicación de TikTok.
Durante una jornada entró un paciente catalogado con
el nivel cinco, es decir, “de los que podían esperar”. Era un hombre de mediana edad y fue a Urgencias porque
no podía tragar ni líquidos ni sólidos. “Era una persona que, anteriormente, estaba sana y que desde hacía un tiempo había perdido peso”, ha relatado esta
MIR.
A pesar de ser el primer año como residente, su “mente de oncóloga” empezó a sospechar que podría ser un
cáncer de esófago y que, aunque su médico de Familia le había derivado al Digestivo, todavía no había tenido la cita con él.
Ingreso de un paciente con cáncer de esófago
Tras este rápido análisis, Aparicio tomo la decisión de llamar al
especialista de Digestivo que estaba de guardia para ver si podían ingresarle y hacerle las pruebas adecuadas. Al ser residente de primer año, dudó un poco de que fuesen a tomarle en serio, pero
confiaron en ella.
Gracias a la decisión de esta médica le ingresaron “super rápido y, efectivamente, le diagnosticaron cáncer de esófago. “Lo pillaron a tiempo y le dieron quimio y
radioterapia. Le he visto algunas veces por el hospital, sé que ha tenido complicaciones, pero la última vez que me lo encontré le vi bien y me puse muy contenta. Su
familia está super agradecida conmigo y
cuando me ven se ponen a llorar, y yo también”, ha reconocido.
Recuperación de paciente con cáncer de esófago
Actualmente Aparicio reconoce que el paciente está “super bien”, ha recuperado su peso, tienen más apetitito y puede comer y dormir. “Estoy segurísima de que va a salir bien. Os cuento esto porque
me hizo muy feliz y siempre me voy a acordar de esa persona y de su familia”, ha concluido.
Tras publicar esta emotiva historia, varios sanitarios han hecho una valoración sobre cómo actuó la futura especialista con el paciente. De esta forma, uno de ellos ha reconocido que Oncología es un servicio “muy especial” y que necesita de
personas “empáticas y especiales” como ella. “Enhorabuena,
serás una increíble oncóloga”, ha escrito.
De hecho, aunque ella haya vivido una experiencia bonita, durante toda su carrera también tendrá momentos de derrumbe. Así se lo ha recordado otra profesional, quien le ha pedido “porfavor” que las experiencias negativas que viva
no cambien su empatía y profesionalidad. “Que las experiencias solo te sumen”, ha subrayado.
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