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20 ago. 2020 12:44H
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MADRID, 20 (EUROPA PRESS)

Es prudente considerar todas las opciones de tratamiento no quirúrgico antes de recurrir a un implante artificial de articulación de cadera o rodilla. Sin embargo, en muchos casos, los médicos y los pacientes no agotan toda la gama de opciones de terapia conservadora. Un estudio noruego ha demostrado ahora cuántos pacientes con artrosis pueden beneficiarse de un programa de terapia conservadora cualificado.

El diseño del estudio, un llamado ensayo aleatorio por grupos (CRT), comprendía un programa desarrollado sobre la base de las recomendaciones internacionales de tratamiento para la artrosis de cadera y rodilla. Incluía, entre otras cosas, un programa inicial de tres horas de educación del paciente. A esto le siguieron 8-12 semanas de ejercicios adaptados individualmente y supervisados por fisioterapeutas. El programa fue facilitado por médicos generales, médicos de atención primaria y fisioterapeutas, que también recibieron formación previa.

Participaron en el estudio 393 pacientes en total; 284 se incluyeron en el programa especial de artrosis y 109 (grupo de control) continuaron su atención habitual. Los participantes tenían por lo menos 45 años de edad y presentaban síntomas clínicos de OA, como movilidad reducida o dolor. Fueron reexaminados 12 meses después del comienzo del programa. Los parámetros del estudio incluían, entre otros, la calidad de la atención, la satisfacción con la atención, la actividad física y las remisiones a fisioterapeutas o cirujanos ortopédicos. Los investigadores también registraron si se había realizado una cirugía de reemplazo de articulaciones.

El 92 por ciento de los pacientes participaron en el programa de educación de pacientes y el 64 por ciento completó un período mínimo de participación de al menos ocho semanas de ejercicio. Doce meses más tarde, el grupo de intervención reportó una calidad de atención significativamente más alta (puntuación de 58, frente a 41 para el grupo de control).

Los participantes también informaron de una satisfacción significativamente mayor con la atención. Una proporción significativamente mayor también cumplió con las recomendaciones de actividad física en comparación con el grupo de control. Una proporción menor fue remitida a cirujanos ortopédicos y una proporción aún menor (4%) recibió cirugía de reemplazo de articulaciones durante el período de observación, en comparación con el grupo de control.

"La aplicación de un modelo estructurado para la atención de la artrosis condujo a una mejor calidad de la atención, una mayor satisfacción de los pacientes y un aumento de la actividad física, a pesar de la artrosis", explica el coautor del estudio, Tuva Moseng, del Hospital Diakonhjemmet de Oslo (Noruega). También hay algunas pruebas que sugieren que un programa estructurado de artrosis que incluya la educación de los pacientes y el ejercicio puede retrasar o incluso reducir la necesidad de cirugía después de 12 meses.

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