MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
La meningoencefalitis amebiana primaria (MAP), una enfermedad mortal causada por la 'ameba comecerebros' 'Naegleria fowleri', se está volviendo más común en algunas zonas del mundo y no tiene un tratamiento eficaz. Ahora, investigadores españoles han encontrado que un compuesto aislado de las hojas de una planta medicinal tradicional, la Inula viscosa o "falsa coral de cabeza amarilla", mata a las amebas haciendo que cometan suicidio celular en estudios de laboratorio, lo que podría conducir a nuevos tratamientos.
La MAP, caracterizada por dolor de cabeza, fiebre, vómitos, alucinaciones y convulsiones, es casi siempre fatal a las dos semanas de desarrollar los síntomas. Aunque la enfermedad, que suele contraerse al nadar en aguas dulces contaminadas, es poco frecuente, recientemente se ha informado de un aumento de los casos en Estados Unidos, Filipinas, el sur del Brasil y algunos países asiáticos.
La anfotericina B es la terapia más común que se administra a quienes padecen la infección. Puede matar a 'N. fowleri' en el laboratorio, pero no es muy eficaz cuando se administra a los pacientes, probablemente porque no puede atravesar la barrera hematoencefálica. Los investigadores querían explorar si los compuestos aislados de I. viscosa, una planta de fuerte olor que se ha utilizado durante mucho tiempo para la medicina tradicional en la región mediterránea, podrían tratar eficazmente la MAP.
Los investigadores primero hicieron un extracto de etanol de las hojas de la hierba, encontrando que podía matar a 'N. fowleri'. Luego, aislaron y probaron compuestos específicos del extracto. El compuesto más potente, la inuloxina A, mató a las amebas en el laboratorio al romper las membranas y causar cambios mitocondriales, condensación de cromatina y daño oxidativo, forzando finalmente a los parásitos a sufrir una muerte celular programada, o apoptosis.
Aunque la inuloxina A era mucho menos potente que la anfotericina B en el laboratorio, la estructura del compuesto derivado de la planta sugiere que podría ser más capaz de cruzar la barrera hematoencefálica. Se necesitan más estudios para confirmar esta hipótesis, según los investigadores.