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26 nov. 2024 14:53H
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La prevalencia de VIH es 5 veces mayor en países que penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo que en los que no lo hacen

MADRID, 26 (EUROPA PRESS)

ONUSIDA ha afirmado este martes que, para terminar con la pandemia causada por el sida antes de 2030, es necesario que los líderes políticos defiendan los derechos humanos de todas las personas que viven con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o están en riesgo de contraerlo.

Así lo ha destacado en el informe 'Tomemos el camino correcto para poner fin al sida', publicado con motivo del Día Mundial del sida, que se conmemora este domingo. En su prólogo, la directora ejecutiva del programa de Naciones Unidas sobre VIH/sida, Winnie Byanyima, señala que, aunque se han dado avances en la lucha contra esta enfermedad, las violaciones de los derechos humanos "siguen impidiendo" que el mundo acabe con ella.

"Cuando a las niñas se les niega la educación; cuando la violencia de género queda impune; cuando se puede detener a las personas por ser quienes son o por amar a quienes aman; cuando una visita a los servicios de salud es peligrosa para las personas debido a la comunidad a la que pertenecen, el resultado es que se les impide a las personas acceder a servicios relacionados con el VIH que son esenciales para salvar sus vidas y poner fin a la pandemia del sida", declara Byanyima.

El informe recoge cifras que ponen en valor la necesidad de dar respuesta al VIH, pues de los 39,9 millones de personas que viven con el virus en el mundo, aún hay 9,3 millones sin acceso a tratamientos. Además, en 2023, 630.000 personas murieron por enfermedades relacionadas con el sida y 1,3 millones de personas en todo el mundo contrajeron el VIH. En al menos 28 países, el número de nuevas infecciones por el VIH está aumentando.

ONUSIDA hace énfasis en la situación de algunos colectivos vulnerables, como son las mujeres jóvenes y niñas de entre 15 y 24 años, un grupo en el que se producen 570 contagios diarios. En concreto, en 22 países de África oriental y meridional, estas mujeres y niñas tienen tres veces más probabilidades de vivir con el VIH que sus pares masculinos.

"No se debe negar a ninguna niña la educación y la información que necesita para mantenerse a salvo. La discriminación y la violencia contra las niñas deben abordarse como una emergencia de derechos humanos y de salud", destaca la activista del VIH Nomonde Ngema, de 21 años.

Por otra parte, el documento recuerda que, en la Declaración Política de 2021 para poner fin al VIH/SIDA, los países se comprometieron a garantizar que, para 2025, menos del 10 por ciento cuenten con marcos jurídicos y de políticas restrictivos que conduzcan a la negación o limitación del acceso a los servicios de VIH.

Sin embargo, de momento, el pasado año aún había 63 estados que penalizaban las relaciones entre personas del mismo sexo, lo que obstaculiza el acceso a servicios sanitarios especializados en VIH en caso necesario o que faciliten métodos de prevención del contagio. ONUSIDA apunta en este sentido que la prevalencia de VIH es cinco veces mayor en países que penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo que en los que no lo hacen.

A este respecto, el director de participación comunitaria de MPact Global Action for Gay Men's Health & Rights, Axel Bautista, afirma que estas políticas punitivas impiden que los colectivos vulnerables reciban ayuda para prevenir, detectar y tratar el VIH. "En lugar de castigar a las comunidades marginadas, los gobiernos deben defender sus derechos humanos", añade.

EL CAMINO A SEGUIR

ONUSIDA destaca la necesidad de hacer universalmente accesibles los fármacos que existen en la actualidad para el tratamiento del sida, como los medicamentos de acción prolongada que solo necesitan inyectarse unas pocas veces al año. Para ello, insiste en que hay que adoptar un enfoque basado en los derechos humanos, que reduzca los precios de los mismos y permita su producción en todo el mundo.

"Las herramientas médicas que salvan vidas no pueden ser tratadas como simples productos", indica la directora de VIH en los Hospitales Universitarios de Ginebra, Alexandra Calmy. "Las opciones terapéuticas y preventivas revolucionarias que se están desarrollando actualmente deben hacerse accesibles sin demora para lograr un alcance universal", agrega.

El informe incluye diez ensayos de invitados destacados en la respuesta mundial al SIDA. Entre ellos se encuentran el cantante Elton John; el arzobispo de Ciudad del Cabo, Thabo Makgoba; el presidente irlandés, Michael D. Higgins; el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk; y el ex presidente de la Sociedad Internacional del SIDA, Adeeba Kamarulzaman.

En el caso del ensayo de Elton John, este afirma conocer el sentimiento de vergüenza y lo que puede provocar, por lo que insta a actuar desde "la inclusión, la empatía y la compasión" y dejar de considerar que el VIH no es una enfermedad de "personas decentes" para poder terminar con la pandemia.

Por su parte, Michael D. Higgins escribe sobre la necesidad de la implicación política y financiera para poner fin al sida. "Garantizar el pleno disfrute de los derechos humanos es una necesidad práctica y crucial si queremos librar al mundo del flagelo del SIDA. Cumplir la promesa de poner fin al SIDA como amenaza para la salud pública es una decisión política y financiera. Hace tiempo que debería haber llegado el momento de elegir el camino correcto", señala.

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