MADRID, 15 (EUROPA PRESS) El microbioma intestinal podría ayudar a prevenir el desarrollo de alergia a la leche de vaca, según sugiere una investigación de la Universidad de Chicago, que ha decubierto que los microbios intestinales de donantes humanos sanos trasplantados en ratones protegían a los animales expuestos a la leche de experimentar reacciones alérgicas, mientras que los microbios intestinales trasplantados de bebés alérgicos a la leche no lo hacían.
El trabajo, publicado en 'Nature Medicine' y que ha contado con la colaboración del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los NIH, pueden ayudar a los investigadores a desarrollar terapias basadas en microbiomas para prevenir o tratar la alergia a los alimentos.
Concretamente, los científicos descubrieron previamente que los bebés alérgicos a la leche de vaca tenían composiciones diferentes de microbios intestinales que los bebés no alérgicos. Los estudios anteriores también revelaron que algunos microbios están asociados con un menor riesgo de desarrollar alergia a los alimentos, lo que lleva a los investigadores a examinar si los microbios intestinales de los bebés sin alergia a la leche podrían ser protectores.
Los investigadores trasplantaron microbios intestinales de cada uno de los ocho donantes infantiles a grupos de ratones criados en un ambiente estéril y sensibilizados a la proteína de la leche, lo que significa que los sistemas inmunitarios de los animales crearon anticuerpos alérgicos a la leche.
Cuando posteriormente fueron expuestos a la leche, los ratones que no recibieron microbios o microbios de niños alérgicos a la leche produjeron anticuerpos alérgicos y experimentaron anafilaxia, una reacción alérgica potencialmente mortal. Los ratones que recibieron microbios intestinales de bebés no alérgicos no tuvieron reacciones.
Luego, los investigadores analizaron los microbios en muestras de heces infantiles, encontrando muchas diferencias entre las heces de los bebés que eran alérgicos a la leche y los que no lo eran. Los ratones trasplantados con microbios de bebés no alérgicos también albergaban a una familia de microbios que previamente se descubrió que protegían contra el desarrollo de alergias a los alimentos.
Otros experimentos clínicos identificaron un microbio, Anaerostipes caccae, que impidió el desarrollo de alergia a la leche cuando se trasplantó solo a grupos de ratones. Luego, los investigadores tomaron muestras de células a lo largo de los revestimientos intestinales de los ratones, donde comienzan a desarrollarse alergias a los alimentos en ratones y humanos.
Encontraron que los ratones que recibieron microbios de bebés no alérgicos expresaron genes diferentes en comparación con los que no lo recibieron, lo que sugiere que los microbios que residen en el intestino afectan el sistema inmunitario del huésped.