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25 jun. 2020 14:04H
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MADRID, 25 (EUROPA PRESS)

El Consejo General de Colegios Farmacéutico ha avisado de que, según la evidencia científica disponible, la melatonina no debe considerarse un tratamiento sistémico del Covid-19, la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus.

La melatonina es una hormona natural producida por la glándula pineal, cuya secreción endógena normal se asocia al control de los ritmos circadianos y a la adaptación al ciclo de luz- oscuridad, aumentando poco después del anochecer (pico máximo entre las 2 y las 4 de la madrugada) y disminuyendo posteriormente. Ejerce un efecto hipnótico e induce una mayor propensión al sueño, probablemente a través de su acción sobre los receptores MT1, MT2 y MT3, de expresión mayoritaria en el sistema nervioso central.

Está autorizada en España en medicamentos de uso por vía oral para el tratamiento del insomnio (comprimidos de liberación prolongada de 1-5 mg). Además, a dosis menos a dos miligramos se incluye en numerosos complementos alimenticios, comercializados por reconocimiento mutuo entre Estados miembros de la UE.

Asimismo, tiene aceptadas dos declaraciones de propiedades saludables: alivio de la sensación subjetiva de 'jet lag' (ingesta de 0,5 miligramos) y reducción del tiempo necesario para conciliar el sueño (ingesta de un miligramo mg antes de dormir).

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha autorizado el inicio de un nuevo ensayo clínico de fase 2 con una nueva formulación de administración intravenosa a base de melatonina desarrollada por una empresa española. Será un estudio unicéntrico que incluirá pacientes graves (ingresados en UCI).

Actualmente, se está investigando la melatonina en 2 ensayos clínicos en España, incluyendo uno que evalúa si aporta beneficio clínico en profilaxis pre-exposición al coronavirus SARS-CoV-2. Diversos artículos científicos plantearon desde el inicio de la pandemia el posible uso terapéutico de la melatonina (incluso junto a vitamina D) desde la base, principalmente, de sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes.

A priori, según ha informado el organismo, podrían contrarrestar la respuesta inmunitaria exagerada y el estrés oxidativo para evitar los efectos de la tormenta de citoquinas que se produce en la mayoría de pacientes graves, así como reducir la mortalidad por sepsis.

Todos los artículos exponían hipótesis en base a mecanismo de acción, estudios preclínicos y clínicos previos (en otras patologías), para concluir sobre la necesidad de estudios clínicos en COVID-19. "A diferencia del reciente caso de la publicación de resultados clínicos sólidos con dexametasona, a día de hoy se carece de datos de eficacia y seguridad clínicas de melatonina en el tratamiento o la profilaxis de la COVID-19", han dicho los farmacéuticos.

Por tanto, si bien debe celebrarse el inicio de estudios clínicos con potenciales alternativas terapéuticas, han destacado la necesidad de que impere la prudencia hasta que se divulguen los resultados de las investigaciones en curso. Además, han recordado que la AESAN ha señalado que no existen complementos alimenticios que prevengan, traten o curen la infección por coronavirus, ni se puede comercializar ningún producto alimenticio con tales declaraciones.

"Desde la farmacia, pacientes y ciudadanos pueden recibir un consejo adecuado sobre complementos alimenticios", ha dicho el organismo, para recordar que la utilización de melatonina no está recomendada para la población general sin causa justificada, y que no se pueden adquirir medicamentos con melatonina en las farmacias sin su correspondiente receta médica.

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