MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
En los inicios de la pandemia, las teorías conspirativas que más se compartieron en Twitter destacaban los propósitos maliciosos y las acciones secretas de los supuestos malos actores detrás de la crisis, según un análisis de casi 400.000 mensajes de la Facultad de Comunicación Murrow de la Universidad Estatal de Washington (Estados Unidos).
En el estudio, los investigadores identificaron puntos en común en cinco de las teorías conspirativas más populares: las relacionadas con Bill Gates, las redes 5G, las vacunas, QAnon y la Agenda 21.
Aunque cada teoría parece tener un tema diferente, las narrativas de los medios sociales a menudo se superponían, según Porismita Borah, profesora asociada de la Facultad de Comunicaciones Murrow de la Universidad Estatal de Washington.
"Puede que las teorías conspirativas utilicen estrategias diferentes, pero las narrativas suelen estar conectadas", afirma Borah, autora del estudio publicado en la revista 'New Media and Society'. "Estas teorías tienen mucho en común en el sentido de que intentan que las historias formen parte de una conspiración mayor, de modo que si la gente cree en una conspiración, entonces tiende a creer en la otra", expresa.
Para llevar a cabo este estudio, los investigadores utilizaron 'Brandwatch', una biblioteca de datos y análisis de medios sociales, para recopilar publicaciones de Twitter asociadas con las cinco teorías conspirativas de los primeros seis meses de 2020. El resultado fue un total de 384.592 publicaciones. Los investigadores los redujeron a las diez URL con más enlaces semanales. Esto les permitió llevar a cabo un estudio cualitativo y cuantitativo y examinar el contenido de las teorías más allá de las publicaciones con caracteres limitados de Twitter.
Así, descubrieron que las publicaciones más comunes contenían afirmaciones de que una teoría era cierta, pero no obtenían tanta participación como las publicaciones sobre fines maliciosos y acciones secretas. Los mensajes con menos probabilidades de ser compartidos eran los que intentaban proporcionar algún tipo de autentificación o fuentes para estas conspiraciones.
La Covid-19 resultó ser un terreno fértil para las conspiraciones, pero a los autores les sorprendió la rapidez con la que las teorías existentes adaptaron la pandemia a sus argumentos. Por ejemplo, antes de la pandemia, existía una teoría conspirativa relativamente menor según la cual la tecnología celular 5G podía dañar la salud humana, pero una vez que la Covid-19 golpeó, la teoría se expandió al afirmar falsamente que las torres 5G eran responsables de su propagación por todo el mundo.
Esta rápida incorporación del SARS-CoV-2 a las falsas narrativas fue especialmente cierta en el caso de las "megateorías" 'QAnon' y 'Agenda21'. 'QAnon' contiene la extravagante idea de que el mundo está dirigido por una cábala de pedófilos caníbales. 'Agenda 21' es una versión retorcida de una iniciativa real de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, alegando que se trata de un plan secreto para despoblar el mundo.
"Cuando se tienen teorías generales tan grandes como 'QAnon' y 'Agenda21', realmente pueden encajar cualquier cosa en ellas", ha resumido Ital Himelboim, primer autor del estudio y profesor asociado de la Universidad de Georgia. "Inmediatamente, la pandemia encaja en la forma conspirativa existente de explicar el mundo... y por supuesto, hay un villano", añade.
Durante este periodo, el villano más popular de la teoría de la conspiración fue el fundador de Microsoft, Bill Gates. Algunos posts afirmaban falsamente que Gates estaba detrás de la creación de la enfermedad, quería despoblar el mundo o pretendía beneficiarse de una futura vacuna, o alguna combinación de las tres cosas. Gates aparecía en la mayoría de los mensajes examinados por los investigadores, y se extendía a otras teorías.
"Hay muchas maneras de explicar que se centre la atención en Bill Gates, pero cuando ocurre algo que la gente no puede controlar, a veces necesitan a alguien a quien culpar, así que buscan a ese villano en una teoría de la conspiración", explica Himelboim, para agregar que, "de algún modo, Bill Gates se convirtió en ese villano inventado".
Los autores han pedido más investigación para comprender el atractivo psicológico de las teorías que afirman propósitos malévolos y acciones secretas. Además, al margen de similitudes y solapamientos, las diversas teorías de la conspiración presentaban muchas diferencias, lo que apunta a la necesidad de encontrar estrategias distintas para contrarrestar cada una de ellas.
"Para combatir estas teorías de la conspiración, tenemos que tener en cuenta cómo se crea el contenido, lo que la gente cree y lo que comparte", según la autora del estudio. "Es una situación muy compleja, pero es importante entender el contenido para poder contrarrestarlo. Hay que saber contra qué se lucha", finaliza.