MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
Investigadores Nuevos del Lawson Health Research Institute y de la Western University (Canadá) han descubierto por primera vez que el VIH puede transmitirse si se comparten los utensilios utilizados para preparar las drogas antes de inyectarse.
Entre agosto de 2016 y junio de 2017, el equipo de investigación entrevistó a 119 consumidores de drogas inyectables para comprender su comportamiento al inyectarse y el riesgo de contraer el VIH. En sus hallazgos, publicados en la revista 'Journal of Acquired Immune Deficiency Syndrome', descubrieron que los que compartían el equipo utilizado para preparar las drogas inyectables tenían 22 veces más probabilidades de contraer el VIH que los que no lo hacían, a pesar de no compartir agujas o jeringas.
Estos utensilios incluyen un recipiente metálico utilizado para disolver las drogas en el agua y un filtro utilizado para extraer la mezcla en la jeringa. Los consumidores de drogas inyectables informaron que reutilizaban el equipo cuando consumían hidromorfona de liberación controlada, uno de los opiáceos inyectados con más frecuencia.
Además, los investigadores hallaron que cuando el recipiente metálico se calienta con un encendedor de cigarrillos durante aproximadamente 10 segundos, o hasta que salen burbujas en el agua, el virus se destruye, lo que evita su transmisión.
"La hidromorfona de liberación controlada es cara y difícil de disolver. Después del primer lavado, grandes cantidades del medicamento permanecen en el equipo, que luego se guarda, se comparte o se vende para su uso futuro. Aunque la gente sabe que no debe compartir agujas, algunos usan su propia aguja varias veces, lo que permite la contaminación del equipo", explica la doctora Sharon Koivu, una de las responsables del estudio.
El equipo llevó sus hallazgos al laboratorio de investigación. Confirmaron que, en promedio, el 45 por ciento de la droga permanece en el equipo después del primer lavado. No solo confirmaron que el virus del VIH puede transmitirse entre agujas, cocinas y filtros, sino que también descubrieron que la hidromorfona de liberación controlada tiene propiedades que promueven la supervivencia del virus.
También desvelaron que calentarlo no afectaba a la concentración del medicamento. "Teníamos que asegurarnos de que la cocción no cambiara la cantidad de medicamento que se extrae de la jeringa. Si se liberara demasiado, podría provocar sobredosis. Si alguna droga se quemara o se perdiera, la intervención no sería aceptada por las personas que se inyectan drogas", comenta la investigadora.