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8 jun. 2020 17:30H
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MADRID, 8 (EUROPA PRESS)

Los pacientes jóvenes sin factores de riesgo para el accidente cerebrovascular pueden tener un mayor riesgo si han contraído COVID-19, ya sea que muestren o no síntomas de la enfermedad, según un estudio liderado por la Universidad Thomas Jefferson (Estados Unidos) que analizó a los pacientes que se presentaron con derrame cerebral del 20 de marzo al 10 de abril en sus instituciones.

Los accidentes cerebrovasculares que observaron fueron diferentes a los que suelen ver. Estábamos viendo pacientes de 30, 40 y 50 años con derrames cerebrales masivos, del tipo que típicamente vemos en pacientes de 70 y 80 años. Aunque tenemos que subrayar que nuestras observaciones son preliminares, y basadas en las observaciones de 14 pacientes, lo que hemos observado es preocupante. Los jóvenes, que tal vez no sepan que tienen el coronavirus, están desarrollando coágulos que causan un accidente cerebrovascular grave", explica Pascal Jabbour, autor principal del trabajo, que se ha publicado en la revista 'Neurosurgery'.

Los investigadores examinaron a 14 pacientes que habían ingresado a su sala de neurointervención por un accidente cerebrovascular. Ocho pacientes eran hombres, seis mujeres, el 50 por ciento no sabían que tenían el coronavirus, mientras que el resto ya estaban siendo tratados por otros síntomas de la enfermedad cuando desarrollaron el icuts.

Según sus hallazgos, los pacientes con signos de ictus retrasaban su llegada al hospital por miedo a contraer el coronavirus. Hay una pequeña ventana de tiempo en la que los accidentes cerebrovasculares son tratables, por lo que los retrasos pueden poner en peligro la vida. La tasa de mortalidad en estos pacientes con ACV es del 42,8 por ciento. La típica mortalidad por ictus es de alrededor del 5 al 10 por ciento.

El 42 por ciento de los pacientes positivos para el coronavirus de ictus estudiados eran menores de 50 años. La mayoría de las apoplejías, más del 75 por ciento en EEUU, ocurren en personas mayores de 65 años. La incidencia de coronavirus en la población con apoplejía fue del 31,5 por ciento, según esta muestra de pacientes.

Los pacientes observados tuvieron ictus en grandes vasos, en ambos hemisferios del cerebro, y tanto en las arterias como en las venas del cerebro - todas estas observaciones son inusuales en los pacientes con apoplejía.

Investigadores han demostrado que el coronavirus entra en las células humanas a través de un punto de acceso muy específico: una proteína en las células humanas llamada ACE2. Pero el coronavirus se aferra a esta proteína y la utiliza como una puerta de entrada a la célula, donde el virus puede replicarse. No todas las células tienen la misma cantidad de ACE2. Esta proteína es muy abundante en las células que recubren los vasos sanguíneos, el corazón, los riñones y, por supuesto, los pulmones.

Ahora, estos autores especulan que el virus puede estar interfiriendo con la función normal de este receptor, que controla el flujo sanguíneo en el cerebro, además de usarlo como punto de entrada a la célula. Otra posibilidad es que la inflamación de los vasos sanguíneos que causa la vasculitis con lesión de las células que recubren el lumen del vaso, llamado endotelio y causando micro trombosis en los pequeños vasos.

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