MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
El 'codo de tenista' o epicondilitis, la tendinopatía del supraespinoso, la tendinitis rotuliana y la tendinitis de muñeca son algunas de las dolencias más comunes que pueden sufrir lesiones por sobreesfuerzo durante la práctica del tenis, según el médico deportivo de iQtra Medicina Avanzada, el doctor José Mª Torregrosa.
El tenis, especialmente en competición, se considera un deporte de elevada intensidad o impacto, con un importante componente anaeróbico. Sus desplazamientos rápidos y breves, implican tanto a las extremidades inferiores, como a la columna vertebral y las extremidades superiores, por lo que diversas articulaciones como las rodillas, los hombros, los tobillos y los tendones son propensos a sufrir lesiones, según ha asegurado el doctor Torregrosa.
"Aunque no hay impactos continuos como en el atletismo, las frenadas y arranques bruscos y repetitivos del tenis pueden producir sobrecargas en las extremidades inferiores", ha indicado el especialista, que ha añadido que "además, el impacto de la bola con la raqueta en los saques y en los golpes afecta fundamentalmente a las articulaciones superiores, por lo que un entrenamiento adecuado y una buena técnica son fundamentales para prevenir lesiones".
El codo, el hombro, las rodillas y las muñecas son algunos de los principales puntos proclives a sufrir lesiones por sobreesfuerzo en este deporte, según el doctor Torregrosa, que ha enumerado algunas de las principales lesiones que pueden sufrirse.
En primer lugar, se puede sufrir el 'codo de tenista' o epicondilitis. Está lesión común en el tenis como indica su nombre, pero no exclusiva de este deporte, tiene su origen en los movimientos repetitivos de extensión de la muñeca y supinación del antebrazo.
"Es una inflamación o degeneración de la inserción de los músculos epicondileos, habitualmente el segundo radial, que produce dolor en la cara externa del codo que irradia con frecuencia al antebrazo y la mano", ha explicado el experto de iQtra. Al principio, estos síntomas aparecen solo durante la práctica deportiva, pero acaban manifestándose en actividades de la vida diaria.
En los hombros se puede sufrir una tendinopatía del supraespinoso o tendinopatía de hombro, que "se produce por los movimientos reiterados de esta articulación que se realizan en el tenis, muchos de ellos con el hombro en flexión mayor de 90º, como el saque, en el que el espacio de paso de los tendones se estrecha", ha asegurado el médico deportivo de iQtra. Esta inflamación también puede afectar a otros tendones del manguito rotador, como el infraespinoso y el subescapular.
En la rodilla, se puede sufrir tendinitis rotuliana. Hay quienes denominan a esta lesión la rodilla del saltador y su causa principal son los microtraumatismos por repetición sobre la rodilla, como ocurre en el tenis por la multitud de saltos. "Se ve afectado, sobre todo, el tercio proximal del tendón que une la rótula con la tibia, aunque también el cuerpo y el tercio distal del mismo", ha explicado Torregrosa.
"Esta lesión produce dolor en la rótula o bajo la misma, apareciendo de forma progresiva: al principio solo en impulsos bruscos con el miembro inferior, con los movimientos de desaceleración y en la recepción de los saltos", ha descrito el médico.
Por último, el sobreesfuerzo en la práctica del tenis puede dar lugar a la tendinitis de muñeca. Según el especialista en medicina deportiva, "habitualmente los síntomas aparecen en el tenista tras un golpe de revés a dos manos o también con un golpe fuerte a una mano".
La lesión suele presentarse en el tendón extensor cubital del carpo, que puede sufrir inestabilidad e incluso su rotura, ha asegurado Torregrosa, siendo frecuente también la tendinopatía de los extensores de la muñeca y la Tenosinovitis de Quervain. Además de darse en los tenistas, este problema es habitual en otros deportistas que realizan movimientos muy repetitivos de las manos.
¿CÓMO PREVENIRLAS?
Para prevenir este tipo de lesiones, la indumentaria empleada es un factor importante a la hora de esquivar lesiones en el tenis. "La raqueta debe ser adecuada al deportista, atendiendo a su edad y al tamaño de su mano (es importante que el "grip" o empuñadura sea correcto), y por supuesto hay que calzarse una zapatilla específica, con una suela y refuerzos adaptados al tipo de pista", ha afirmado el experto de iQtra Medicina Avanzada.
Como en el resto de disciplinas, al iniciarse en el tenis la exigencia deportiva debe ser progresiva y adaptada a las características físicas del aficionado, por lo que la supervisión de un especialista en medicina del deporte permitirá detectar posibles riesgos y diseñar el entrenamiento adecuado. Una vez en la pista, una técnica correcta de juego y un calentamiento previo a entrenamientos y partidos serán claves en la protección de las articulaciones.