Francisco Rivera, especialista de la Unidad de Urología del Hospital San Agustín de Sevilla.
2 ago. 2017 12:10H
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Las litiasis ureterales son la segunda causa de ingreso en Urología. Tradicionalmente, se han empleado dos métodos para su eliminación: el tratamiento conservador –esperar– o la litotricia extracorpórea, que fragmenta la piedra mediante ondas de choque. Sin embargo, en la actualidad, la ureteroscopia con sistema láser está desbancando a las anteriores porque “es mucho más resolutiva y la tasa de pacientes que solucionan por completo su problema de litiasis está por encima de un 85 por ciento”, afirma Francisco Rivera, especialista de la Unidad de Urología del Hospital San Agustín de Sevilla.
En concreto, los especialistas del centro sanitario andaluz llevan un par de meses utilizando un equipamiento láser desarrollado por Boston Scientific, pionero en la comunidad autónoma, que, según Rivera, “tiene una potencia superior a las demás máquinas, por lo que, prácticamente, pulveriza los cálculos y los convierte en fragmentos tan pequeños que no hace falta ni extraerlos”.
La técnica consiste en acceder con un ureteroscopio por la vía urinaria, localizar el cálculo y romperlo con un láser que actúa a través de un mecanismo foto-térmico que fragmenta la piedra con una onda de choque muy débil. De esta manera, los cálculos se dividen con mayor precisión y se evitan complicaciones al extraerlos. “Se utilizan ureteroscopios flexibles, con instrumental más fino, para las litiasis renales de un tamaño no muy grande, y la ureteroscopia clásica o rígida para los cálculos de cualquier tamaño que se localizan en los diferentes tramos del uréter”, detalla el especialista.
De hecho, el San Agustín es el único hospital de Sevilla que tiene ureteroscopios flexibles, “una inversión que apuesta por la mejora de los pacientes”, indican desde el centro sanitario. “Este sistema adquiere una gran importancia en el abordaje de las piedras intrarrenales. El láser es muy importante para todo tipo de litiasis, pero el ureteroscopio flexible es único en la zona y resulta esencial para la recuperación del paciente con piedras intrarrenales”, explican.
Tres intervenciones semanales
En definitiva, al tratarse de una intervención menos invasiva y más precisa permite una mayor eficacia y seguridad en el procedimiento, lo que redunda en múltiples beneficios para los pacientes operados por este problema, dos o tres a la semana en el Hospital San Agustín, según el especialista de Urología. “Es una técnica muy segura, cuya única complicación suelen ser las infecciones posteriores a la intervención o, raramente, en torno a un dos por ciento, la estenosis ureteral posterior o la perforación del uréter”, indica Rivera.
La intervención dura unos 15 minutos y, al no requerir ningún tipo de incisión quirúrgica, acorta considerablemente el tiempo de convalecencia del postoperatorio. Así, si con las técnicas anteriores el paciente permanecía entre dos y cuatro días ingresado en el hospital, ahora su estancia hospitalaria se limita a un máximo de 24 horas.
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