Han señalado que permitirá abaratar los procesos, lo que reducirá el gasto sanitario



8 jul. 2014 19:22H
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Redacción. Madrid
El uso doméstico de la impresión 3D reducirá el gasto sanitario de la Administración y producirá el abaratamiento de los procesos aplicados a la medicina al promover la autofabricación de productos de apoyo y sanitarios. Es una de las principales conclusiones del taller sobre Impresión 3D organizado por el Centro Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad (Centac). Para Enrique Varela, presidente de la Fundación Tecnología Social, “el objetivo final es producir nuestros propios objetos”, y para ello, la impresión 3D permite “la fabricación de objetos caseros personalizados a un coste muy bajo”.

Enrique Varela, presidente de la Fundación Tecnología Social (izq.), y Juan Carlos Ramiro, director de Accesibilidad de Centac, tras el taller.

Según Varela, de las múltiples aplicaciones de la impresión 3D, “una de las más interesantes es la impresión social”. Gracias a este uso se pueden “realizar diseños personalizados de objetos para personas mayores o con algún tipo de discapacidad”, que pueden ir “desde prótesis adaptadas para imprimir dedos o piernas, productos de apoyo como pinzas de apertura fácil hasta robótica infantil con juguetes adaptados para niños o mapas en relieve para personas ciegas”, ha explicado Varela.

“Estamos en un momento del háztelo tú mismo”, ha asegurado, y según ha vaticinado, “la gran eclosión de la impresión 3D se va a producir en el uso doméstico, los precios han bajado mucho y hoy se puede adquirir una impresora 3D por unos 1600 euros”. Aun así, Enrique Varela ha apuntado que la impresión 3D “no está pensada para producir en cadena”, va a “beneficiar a todos los sectores productivos” y ha recomendado “abrir la mente”.

En ese sentido, Varela ha señalado que una de las claves de la impresión 3D son los “códigos abiertos”, para que “cada uno pueda personalizar los diseños”. “Los ficheros de diseño ya están en la red”, ha apuntado, y ha señalado que “en la industria hay una contrarreacción, aunque acabarán vendiendo ficheros”. En esa línea, Varela, ha adelantado que ya se está trabajando en “repositorios de ficheros testados por profesionales”. Además en España, en todas las ciudades, ya existen comunidades y talleres de makers (creadores de tecnología) donde se transmiten conocimientos y se investigan nuevos diseños para aplicar a la impresión 3D, ha asegurado Varela.

Por su parte, Juan Carlos Ramiro, director de Accesibilidad de Centac, ha señalado que la impresión 3D va a cambiar el sistema de trabajo, de creación y producción. “Es una tecnología fácil, con gran nivel de adaptabilidad y con miles de usos”, al tiempo que ha considerado “que no hace falta ser un físico cuántico, solo dedicar tiempo a aprender”, ha apuntado.
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