Carlos Cristóbal/ Imagen: Adrián Conde. Madrid
Una intervención rápida acompañada del uso de técnicas de resucitación y desfibrilación podría aumentar las tasas de supervivencia en casos de parada cardiorespiratoria hasta el 75 por ciento. Esta proporción, no obstante, se encuentra muy por encima de la que se registra en España, con un superviviente por cada 20 casos que se dan fuera del hospital. Precisamente con el objetivo de acercarse a un correcto abordaje se ha puesto en marcha la campaña ‘Date una Segunda Oportunidad’, que aboga por el establecimiento de una legislación única a nivel estatal basada en la ‘Ley del Buen Samaritano’.
Ignacio Fernández, representante del Cercp; Ángeles Barrios, directora de Comunicación de Philips; Moncho Monsalve, ex-seleccionador nacional de baloncesto; y Antonio Alba, presidente de la Asociación Segunda Oportunidad. |
Uno de los puntos sobre los que más se ha incidido durante la presentación de la campaña, puesta en marcha por el Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar (Cerp), la Asociación Segunda Oportunidad y Philips, ha sido la necesidad de contar con equipos de desfibriladores en todo tipo de espacios públicos, que a su vez contrasta con el bajo nivel de concienciación. “No nos sorprendemos cuando vemos un extintor en un recinto público, pero sí cuando vemos un desfibrilador”, ha indicado el representante Cerp, Ignacio Fernández Lozano, para quien la actual legislación “no ayuda” a la expansión de este tipo de dispositivos.
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En vista de la tasa de supervivencia ideal y la obtenida por España en estos casos, no es de extrañar que los expertos sitúen nuestro abordaje de la parada cardiorespirtoria muy por detrás de países como Alemania, Dinamarca y, por supuesto, Estados Unidos. Para acercarse a ellos, han coincidido en destacar la barrera legislativa que supone no contar con la llamada ‘Ley del Buen Samaritano’, que exime de cualquier responsabilidad legal al ciudadano que voluntariamente realiza una reanimación.
Las legislativas no son las únicas barreras que deben ser derribadas. También hay mucho trabajo por hacer, empezando por los más pequeños. Así lo ha manifestado Antonio Alba, presidente de la Asociación Segunda Oportunidad, que ha considerado “fundamental” enseñar en los colegios cómo funcionan los desfibriladores y qué hay que hacer en caso de emergencia. “Muy pocos ciudadanos son conscientes de la gravedad de la situación y estarían dispuestos a realizar esta práctica”, ha añadido Alba antes de pedir que dicho trabajo de formación se extienda a los adultos a través de empresas u otros colectivos.
En busca de un consenso estatal
En la actualidad, cada comunidad autónoma establece sus propias normas sobre implantación y uso de desfibriladores, una postura que ha sido rechazada por los presentes. “Hoy en día se están dando situaciones tan absurdas como que en un autobús de línea que pasa por dos o más comunidades autónomas, el conductor solo pueda utilizarlo en función de en cuál se encuentre”, ha explicado el presidente de la Asociación Segunda Oportunidad. En una línea muy similar se ha mostrado Fernández, para quien “desgraciadamente la regulación no ha sido uniforme”. “Esto ha creado un panorama muy confuso en nuestro país, con normas y requisitos muy diferentes en cada territorio”, ha añadido.
No se está a la altura de los países más avanzados, pero se están dando pasos para conseguirlo. Uno de ellos es el proyecto ‘Ohscar’, que pretende realizar un registro nacional único de paradas cardiacas para obtener de una forma totalmente fiable datos como la causas, lugares, distribución poblacional o tasas de supervivencia. “Se trata del primer intento serio de obtener datos que permitan conocer cuál es el perfil de la parada cardiaca extrahospitalaria en nuestro país”, ha declarado el representante del Cercp, que lo ha descrito como una “herramienta de incalculable valor para diseñar estrategias que nos permitan mejorar la atención a estos pacientes”.
A la izquierda, uno de los desfibriladores que han presidido la presentación. En la imagen de la derecha, un momento del pequeño curso realizado tras las intervenciones. |