Claudio Martínez-Ballesteros, especialista en Patología Prostática y Uro-oncología de LYX Instituto de Urología.
7 nov. 2023 16:00H
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El cáncer de próstata es uno de los tumores más frecuentes en la población masculina. No es especialmente letal, pero, si se diagnostica tarde, puede tener impacto funcional. De hecho, aunque la edad fundamental de presentación de esta enfermedad se sitúa por encima de los 65 años, Claudio Martínez-Ballesteros, especialista en Patología Prostática y Uro-oncología de LYX Instituto de Urología, recomienda realizar un screening dirigido a los hombres a partir de 40 años que tengan antecedentes familiares de primer grado de cáncer de mama o próstata, ya que la herencia es el principal factor de riesgo.
“En las últimas dos décadas, la prueba del antígeno prostático específico (PSA), prácticamente de rutina, ha logrado que haya muy poco infradiagnóstico y tres cuartas partes de los casos que se detectan en nuestro país se hacen en enfermedad absolutamente localizada, ni siquiera localmente avanzada, y, generalmente, es de riesgo bajo o intermedio”, explica Martínez-Ballesteros. No obstante, “todavía se sigue viendo que entre 1 y 1,5 de cada 10 casos de cáncer de próstata son avanzados e incurables”, advierte el especialista.
Para animar a los varones a desmitificar la consulta con el urólogo, Cardiva y LYX Instituto de Urología ponen en marcha la campaña #SOSpróstata, que se desarrolla en redes sociales del 6 al 10 de noviembre, en el marco del Mes de la Salud Masculina. “Las mujeres han asumido desde hace muchos años que tienen que hacerse revisiones ginecológicas, pero muchos hombres aún son reacios a acudir a una valoración urológica. ¿El motivo? El miedo al tacto rectal, cuando realmente no es una herramienta de exploración habitual, ya que es muy subjetivo y hay muchas variables que hacen que falle frecuentemente”, asegura el especialista.
El urólogo hará una revisión de salud sexual, urológica, vascular y, además, investigará si cabe la posibilidad de que el paciente tenga un cáncer de próstata, un tumor que, en general, es asintomático. “Los síntomas específicos son los que se presentan cuando la enfermedad está ya avanzada: dolor óseo o inflamación por obstrucción de ganglios linfáticos. Específicamente, la enfermedad localizada o localmente avanzada no tiene síntomas. Estos vienen derivados del crecimiento o inflamación del tejido prostático, es decir, por la hiperplasia o hipertrofia de la próstata, inherente al avance de la edad, pero no porque el cáncer produzca síntomas específicos”, matiza Martínez-Ballesteros.
Miedo a perder la erección por el tratamiento
Algunos hombres temen perder la erección a causa del tratamiento. Sin embargo, el abordaje actual del cáncer de próstata no necesariamente tiene un impacto funcional. “Hoy en día, utilizamos cirugía robótica, terapia focal y técnicas de radioterapia intervencionista que son mucho más conservadoras con la función sexual y la continencia”, afirma el doctor.
En concreto, la electroporación irreversible (IRE) es una técnica ablativa no térmica que destruye las lesiones tumorales mientras preserva estructuras anatómicas sensibles, como vasos sanguíneos y vías biliares. Así, permite hacer ablaciones focalizadas en casos muy seleccionados con un mínimo impacto funcional, en comparación con otras terapias de energía.
“Estamos siguiendo los pasos del cáncer de mama, donde existen tratamientos focales desde los años 90, por lo que la terapia focal en cáncer de próstata va a seguir creciendo. El paralelismo con el cáncer de mama es recomendable tanto para ir al médico como para desmitificar el impacto funcional de los tratamientos”, concluye Martínez-Ballesteros.
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